Amor

20 1 0
                                    

¿En qué carajos estaba pensando? Quizás prefería no pensar, solo deseaba ver qué ocurría y estuvo mal.

No me hizo nada malo, fui yo quien que se autodestruye en vano. Me gustó demasiado para dejar que se vaya, y puedo asegurar que nadie me había hecho así de vulnerable. Pero solo le haré daño, lo sé.

Se sintió tan bien que se siente mal. Que recorriera mi cuerpo con tanto deseo y yo sin miedo. Que al sentir amor y cuidado, al mismo tiempo sintiera un caos. Nadie nunca me había amado así, deseado así, excitado así... Pero mi mente me ha gritado lo que mi cuerpo al final habló y es que a pesar de desearlo no pude concretarlo.

No quiero perderle, si ha sido la única persona dispuesta a darme lo que quería, y al amarme como tanto había esperado. Pero mi egoísmo me supera, al no poder darle lo mismo a cambio.

Quiero que sea feliz y que disfrute su vida como nunca, me duele tanto dejarle ir.  Y por su bien será mejor que yo —de nuevo— lo eche a perder. Me sentía a salvo en sus brazos, la calidez y suavidad de su piel, sus manos deslizándose por la mía, dónde la quietud era una ironía. Su agresión a mi cuerpo fue de mi simpatía, pero mi corazón siente agonía y mi alma sufre traición. Fue tan perfecto que me mata pensar que eso no va a volver a pasar.

Te escuché cuando declarabas tu adicción a mí, te sentí cuando frotabas tu cuerpo en mí, me odié cuando frené todo, me odiaré más después, cuando te diga que te hice amarme para abandonarlo todo.

Perdóname amor, perdóname de verdad. Tú corazón quería cuidar, pero no soy la persona ideal. Perdón si te hice amarme y ahora debo alejarme. Perdón perdón perdón. Perdón para siempre, perdón eternamente, amor.

Recolectando Fragmentos De Mi Alma RotaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora