-¿Un tatuador?. Ya se comenzaba a preocupar por Raziel, quien solo as entia con una enorme sonrisa.
-Si, vamos se hacer runas magnificas con la estela, ¿cual puede ser la diferencia. Alec aun no podia borrar la imagen del angel mad poderoso con tatuajes mundanos en sus brazos, perforaciones en las orejas, unos guantes de látex y esa maquinita para tatuar. -Pero para eso necesitaré que me ayudes. Le sonrio.
-Vale, te ayudaré en lo que pueda. No le quedaba de otra, los ojos de cachorro que Raziel le ponía eran de lo más adorables.
-Eso me... pero mira que nos trae el viento. Raziel señaló hacia atrás de él.
-¿A que te refieres?. Al girarse lo noto, era nada más que Sebastián.
-Que romántico te trae flores~~. Canturreo alegre el angel a lo que Alec respondió dándole un golpecito en el brazo.
-¿Me veo bien?. La pregunta salió de sus labios son que el quisiera.
-Exquisito. Dándole un leve empujón, Alec comenzó comenzó caminar hacia el platinado quien se cubría con un ramo el rostro.
Pensaba en que se miraba de lo más adorable intentando ocultarse detrás de un ramo de florecillas, volteó hacia atrás para ver a Razirel, pero este ya no se encontraba allí, eso le hizo entrar en pánico, haciendo que sus mejillas se tornaran rojas. Se detuvo a algunos pasos de Sebastián y sonrio, tenía que decirle que le daría una oportunidad, que le dejaría conquistarle y que si lograba ganar su corazón lo amaría.
-Jonathan. Dio un paso mas, mientras el mencionado bajaba el ramo de su rostro.
-Ligwooth. Luego de escuchar su nombre sintió como un escalofrío le recorría la espalda, por lo que bajo el ramo.
-Hola. No sabía como empezar una conversación con el asesino más buscado por la clave. -¿Como estas?. Sentía el calor asender desde su cuello y sus mejillas arder.
-Bien. Apretó su mandíbula para envitar sonreir al verle tan sonrojado, se miraba sumamente tierno. -Toma. Extendió su mano dándole el ramo, pero evitando esa mirada azul.
-¿Ah?. Al tomar el ramo sonrio. -Gracias. Olio un poco el ramo, olían muy bien.
-Como sea. Desvío la mirada al notar la inocencia del ser que se encontraba delante, pero rápidamente se molesto al mirar como varias personas pasaban mirando embobados a lo que era suyo, de él, que descaro de mirarlo tan fijamente.
Rápidamente lo tomo de la cintura y movió su anillo apareciendo a unas cuántas cuadras del Instituto.
-¿Que fue eso?. Alec miraba a todas direcciones un poco desorientado y confundido por la actitud del platinado.
-Algún día te van a robar niño angel. Tenía que decir algo mas dulces algo que mostrara su preocupación por él. -Ten más cuidado por donde vas Ligwooth. Era muy malo diciendo algo lindo y eso sonó más como una amenaza que como una preocupación.
-Que gentil de tu parte el preocuparte por mi. Lo más probable es que el ya sabía que tenía las runas de matrimonio, por lo que lo trataría de conquistar, pero aún así le diría. -Quería decirte algo so... La mirada de Jonathan hizo que se quedara mudo.
-Se que no querrás que me acerqué. Eso le hacía doler el corazón a ambos. -Que me consideras un monstruo que no merece ser amado. Bajo su mirada al suelo entristecido. -No te preocupes no me interpondre entre el estúpido teñido y tu. Dio un paso atrás, ya no quería estar alli, pero una bofetada en el rostro le hizo quedarse quieto.
-Callate. Alec que encontraba furioso, el jamás pensaría de esa forma. -No soy como los demas, ¿bien?. El contrario asintió antes eso, tenía la mejilla rosada. -Te daré una oportunidad para que me conquistes, ¿entendido?.La mano le ardía un poco, jamás había abofeteado a alguien.
-Entiendo. A pesar de la bofetada que había recibido, no podía estar enojado, no sabía exactamente el porque... o tal vez si, pero aún no quería hacerse ilusiones. -Nos veremos después Ligwooth. Estaba dispuesto a girar su anillo, pero antes de eso se acercó al contrario.
-¿Pasa algo?. Ambos se encontraban a escasos centímetros del otro.
-Cuando veo a tus ojos me siento más cercas del cielo que nunca. Lo tenía sujeto de la cadera con una mano, acariciando con el pulgar el lugar de la runa.
El roce hacia que Alec tembrara en los brazos de Jonathan, este sólo sonreía por su reacción; se sentían cómodos envueltos en su calor, Alec abrazo por los hombros al ojinegro, recargando su cabeza en su pecho.
-Tu corazón está latiendo muy rapido. Eso hizo sonreír a Jonathan.
-Es que está feliz de tenerte cercas. Nisiquiera el sabía que podía decir frases tan cursis, pero le gustaba, pues las mejillas de SU Alec se ponían rojas. -Tengo que irme. Le tomo del mentón haciendo que lo mirará a los ojos.
-Claro. Se puso en puntitas y tomando lo de las mejillas bajo su rostro para plantar un cálido y suave beso en la frente.
Sebastián había cerrado sus ojos, le agradaba sentir esta muestra de afecto tan inocente de parte del ojiazul.
-Ve con cuidado Monterger. Alec se separó y le sonrio.
-Lo mismo Alec. Lo miro caminar con el ramo y el libro en sus manos.
Giró su anillo y apareció en aquel castillo, tenía una radiante sonría en su rostro y como no, cuando aquel bello angel le había dado una oportunidad. En ese momento extrañaba el calor que había sentido, y sabía perfectamente que había acariciado su runa, aquella que le daba el conocimiento de un amor futuro.

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¡Él es MÍO!
RomansaUn corazón lleno de pureza puede eliminar toda oscuridad del mas cruel y despiadado, pero también puede ser la perfección si se le agrega el fuego celestial. Raziel desde terminar con una guerra de la manera mas extraída de todas, la unión de tres p...