Osomatsu-san no me pertenece, solo uso sus personajes con el fin de saciar mi pasatiempo.
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Algo iba mal con el de azul, después de esa repentina metamorfosis parecía terrible y con los sentimientos a flor de loto, hasta le dijo a Ichimatsu que se pudriera. Los seis salieron tensos rumbo con Totoko, tal vez ella podría comprender el estado de Karako, como la había llamado su madre.
— ¿Qué les trae por aquí?—cuestionó algo egocéntrica.
—Tenemos un problema—habló el mayor.
—Karamatsu se convirtió en mujer—dijo con rapidez el beisbolista.
—Siempre supe que era gay.
— ¿Nani? No, estamos hablando en serio. Míralo por ti misma—señaló el otaku.
Totoko pensó en ver un chico doloroso con ropa de mujer brillante y atigrada con su mal gusto en la moda, más las plataformas rojas que combinaría con el lápiz labial. Pero vio a una mujer linda con cara de pocos amigos vestida con una sudadera azul y unos shorts que le quedaba algo grande.
—Karamatsu ¿eres tú?—ella asintió, dirigió su mirada a los Matsus hombres— ¿Tan bajo han caído? Convertir a su hermano en una mujer, clásico para una bola de ninis que desean dejar de ser vírgenes—concluyó con una mano en el mentón.
—No hicimos esto, Karamatsu tiene una suerte de mierda—defendió el menor sin despegar sus ojos del celular.
— ¿Y qué quieren que haga?—pregunto la Idol.
Pero antes que alguien le respondiera, la chica azabache le susurró en el oído con la intención de explicar. Totoko escuchó atentamente los aprietos del segundo y al finalizar soltó una carcajada.
—Esto es demasiado bueno, lidiar con ellos y con "eso"; de seguro piensan que le odias a todos—siguió con la risa—Por suerte no eres tan bonita con esa actitud que tienes y no tendré alguna rivalidad contigo. Ven, vamos a buscarte algo apropiado para que estos idiotas se les caigan la lengua—comentó y la llevo a su habitación.
Ellos tuvieron que dar unas cuantas vueltas porque se demoraban mucho y eso los ponía con los nervios de punta. Cuando el menor recibió un mensaje tragaron en seco ¿Qué tenían que ser mulas de carga? Y la vieron ¿Totoko les quería provocar un infarto o era el mismo?
—My brother's, me siento increíble—comentó con dulzura abrazando a los cinco.
— ¿Qué-qué es está ro-ropa?—exclamó Ichimatsu con claro enojo.
—Totoko-chan ¿Es una broma?—preguntó Choromatsu con el rojo en la cara.
— ¿De qué hablan? Fue difícil, pero mi prima tiene la misma talla de Karako junto con su gusto por la ropa pequeña...—alzó un dedo—Se me olvidaba—señaló abajo—Esas cajas son la ropa, deben de llevárselas.
— Nos negamos—dijeron en coro.
—Please, brothers. For me—suplicó con unos ojos de lástima.
Un interruptor se encendió en los cinco ¿Tan manipulables eran con esa cara? Solo tres cajas para la suerte de ambos, dejaron a Todomatsu e Ichimatsu sin cargar nada; Karako se contoneaba luciendo su nuevo perfect look, lo que denotaban de esa vestimenta era el top negro debajo de una sudadera azul pequeña que apenas le rosaba la cintura abierta dejando ver su busto. Su postura era un movimiento de caderas, con una mano agarraba un bolso blanco deportivo y el otro en el bolsillo delantero del short.
Ichimatsu y Todomatsu no notaron la presencia de pervertidos hasta que uno chifló a lo alto solo llamando la atención de ellos dos ¿Qué era esa sensación que le surgía a los dos? No pudieron encontrar la palabra cuando la chica se detuvo.
—Voy comprar una crepa—dijo recorriéndose los lentes oscuros.
—Te acompañamos—gritaron al unísono.
— ¿Y los demás?
—Ellos se han adelantado y los alcanzaremos después—argumentó el rosado mientras empujaba para ir rápido por el producto.
No lo comprendían ¿Qué tenía la estúpida de Karako para que todas las miradas de los solteros dieran con ella?
—Aquí tiene su crepa, guapa—dijo con picardía el vendedor agudizando los sentidos de alerta de los dos.
— ¿Cuánto te debo, darling?—cuestionó coqueta.
—La casa invita, preciosa—respondió meloso y ansioso.
Dio un mordisco, pero estaba demasiado caliente que dio un gemido por la quemadura y su boca se había embarrado de la crema pastelera líquida. Ambos miraron alrededor como los demás tenían las mejillas rojas, las venas saltaron y se llevaron a la casa a Karako.
Nota del día; siempre tener escoltado a Karako si planeaba ir alguna parte.
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Karako
Fanfiction[[Serie de drabble's y one's-shoot]] Kami te puede conceder tu deseo, aunque no de la manera que tu deseas... {Hecho por: Gotti Calavera}