Labial

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Osomatsu-san no me pertenece, solo uso sus personajes con el fin de saciar mi pasatiempo. 

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―Por favor.

―No.

―Será por única vez.

―Tengo novia...―Ichi se contuvo de romper sus palillos.

―Eso que importa, Karamatsu iría encantado...―Totty paró al ver su expresión.

―Karamatsu se fue. Deja tu mensaje después del tono *Beep*―le toco la frente con los palillos.

―Yo que tú la dejará...―el de rosa miró al mayor.

― ¿Por qué?

―Está en sus...―no termino de hablar cuando un palillo se clavó en su frente.

―Me voy―se levantó y recogió sus platos.

―Va haber carne...

Ella detuvo sus pasos, se volteó y su rostro era diferente; sonrojado y con algo de nerviosismo en las cejas.

Really?cuestiono con entusiasmo.

Los demás se miraron entre sí, se alegraban de ser hombres para no lidiar con esos repentinos cambios de humor. Karako daba miedo esa semana del mes, incluso más que el morado al despertar temprano.

―Entonces... ¡Cuenta conmigo para la cita de grupo!

―Con una condición

― ¿Cuál?

―Usa labial―esa petición dejo a helado a más de uno.

Why?

―Cuando te invitan a las chicas ellas se ponen labial, no quieres romper la regla ¿o sí?

Las intenciones de Todomatsu iba directas al chico felino, pero este esperaba ignorar todo a su alrededor, como siempre; pero fue diferente la molestia.

No quería recordar las reglas que tuvo que imponer la azul no solo para él, sino también para Jyushiko; claro que ella acepto porque le tocaron puras fáciles de seguir. En cambio, ¿qué era eso de no seguirla? ¿Se le olvida que si no fuera por él algún violador se aprovecharía?

Pasó más de media noche y se preocupó. A escondidas marcaba al teléfono, tanto el del menor como de Karako, se maldijo internamente por haberse dormido sin poder ver como lucía; para saber si debía encerrarla en la habitación o no.

Si con el look que le dio Totoko casi le dio un paro cardiaco, no quería imaginársela con labial. A veces pensaba que esa mujer confabulaba para matarlo sea consiente o no Karako era el resultado para hacerlo.

Escucho pasos y si pensarlo se asomó por la ventana, era la persona que tortura su pensar a lado de un hombre. Este parecía coquetearle y sin poderlo evitar lo beso...

En los labios.

Sus cejas se fruncían y no solo las de él, Kara no quería eso y su rostro ere el reflejo de ello; abrió la puerta de un portazo y mando a volar al tipejo, con mano demandante agarro la muñeca para jalar al azul dentro de la casa.

Las quejas, regaños y comentarios de parte de la azul se convirtieron en silencio, lo obligo a sentarse mientras lo mira en su persona, se sentía pequeña e intimidada por ello.

¿Qué siente?

¿Enojo?

¿Tristeza?

¿Celos?

No lo sabe, pero lo pone los nervios de punta. Se acerca y se crispa en el lugar, pero en vez de sentir unos labios en los suyos como las otras veces antes del incidente, es la tela que restriega su boca para desaparecer el labial rojo.

Totoko, estás muertapensó mientras seguía limpiando.

También por Totty iba usa la amenaza, ese tipo de bromas son muy provocadoras y más cuando imaginas el rastro que deja ello.

La próxima vez, ira de incognito sin importar. Esos labios son sagrados.

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KarakoWhere stories live. Discover now