Trabajo

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Osomatsu-san no me pertenece, solo uso sus personajes con el fin de saciar mi pasatiempo.

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En contra de las "recomendaciones" del cuarto hijo cuando cuidó de él, emprendió la decisión de llamar al tipo que le dio una tarjeta, cuando lo vio con cuidado no era más que perfecto, se estaba sentido demasiado egoísta con el asunto de ser una mujer; eso se debía por el asunto de lidiar con hormonas muy diferentes a las que pasó en la pubertad, podría hacer lo mejor posible. Llamó al tipo y sin más logró un puesto.

— ¿Trabajo?—cuestionó el tercero.

—Sabes muy bien que esa palabra está prohibida en la mesa—golpeó la mesa Osomatsu.

—No se deberían de meter, me tienen sofocada en la casa; si salgo solo lo puedo hacer con mom o uno de ustedes—argumentó mientras engullía la carne de la cena.

—Pero, Karamatsu-niisan ¿Qué pasara cuando dejes de ser...?—habló el menor de todos al inspeccionar al doloroso.

—Se cómo arreglar las cosas.

Los palillos dejaron de sonar y miraron a la fémina sentada entre ellos.

— ¿Acabas de?

—Sí

— ¡No es cierto! ¿¡Desde cuando puedes hacer eso!?

Always, de hecho la voz de mujer no me sorprendió porque lo use en un papel para la obra, solo que esta vez es al revés...—tosió un poco al usar mucho la voz gruesaI don' t care, I canexclamó con arrogancia parando su pulgar.

Ichimatsu estuvo sumido en sus pensamientos, el asunto se en revolvía de más; no espero escuchar de nuevo la voz gruesa de su hermano, no sabía por qué eso le hizo sentir algo de esperanza, pero de que volviera a la normalidad en forma física. Las semanas transcurrieron y el segundo no fue el único que consiguió trabajo.

El quinto, por obras del destino, término como coach de una liga infantil igual de energético que él. El cuarto se sentía algo solitario, por lo que empezó a ver los entrenamientos de su hermano desde las gradas durante las tardes, aunque terminaba por aburrirse al ver a niños intentar alcanzar al chico y se iba en busca de gatos. Una tarde en particular, Jyushimatsu acabo temprano por un pronóstico de lluvia, sabía que a los niños y a él les valdría comino, pero a las madres y padres preocupados por la futura gripe de los niños; eran otra cosa.

—Nii-san ¿Quieres ir a un café?—preguntó con entusiasmo.

— ¿No será mejor que te cambies?—no recibió respuesta al ver como el quinto se sacudía como perro y terminar limpio—Tú preguntas, tú pagas

—Hai

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Caminaron con lentitud, el morado se cuestionó esa tal repentina invitación, pero algo gratis en sus características de nini era una cosa fuera de discusión. Se detuvo en una entrada algo elegante y con unos cuantos emoticones con gis

¡Oh, genial!

A Choromatsu le gustaría estar en su lugar, pensó en algún café deportivo o un bar quizás, pero no cayó en la posibilidad de un café temático; entró de mala gana al recinto siendo recibidos por la maid de turno.

—Bienvenidos, Amos-nya—tres puntos sobre su cabeza empezaron a procesar lo visto.

Una Karako vestida como una Maid con orejas y cola de gato, mientras hacía una de esas poses de ese anime que vio por error.

KarakoWhere stories live. Discover now