2.El pordiosero

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Siglos después.

No lo comprendo. Un día dicen que los nerienses se llevan entre si y al otro le dan patadas a un pordiosero,pero ya debería estar acostumbrado a esto. Me levanté,ya que el ruido de los carruajes no me dejaba volver a dormir;puse mi manta en el tronco donde suelo ponerla y fui camino a "El Pueblo de los Gigantes." En el transcurso,vi al señor Almodóvar,el cual me dio diez monedas de plata por ayudarle a cargar cajas con vasijas y urnas egipcias a su casa de colección. El señor Almodóvar es un anciano de unos setenta y tantos años,a quien se le olvidan muchas cosas. Él dice:"La vejez es el dolor de la sabiduría". Almodóvar es pelirrojo con una que otra cana, ojos azules,tez muy clara,voz ronca,exageradamente delgado,ogeras sumamente marcadas,nariz puntiaguda, igual que la mía,tiene la barba y bigote en forma de candado,brazos y manos venosas y columna vertebral encorvada. Siempre lleva ropa blanca,chaqueta larga y ajustada del mismo color y combinado con ella,tenía un sombrero aplastado y sucio. Dos días atrás sólo me había dado una pumarosa y,al parecer,notó en mi rostro que lo que yo quería era,más bien,dinero para tomar vino de menta.

Ya había transcurrido más de una hora cuando llegué a "El Pueblo de los Gigantes". Hubiera sido mucho más largo el camino sino alcanzaba a trepar el baúl de un carruaje "Riendas Nor." Eran las doce del mediodía. Eso según "La Torre De Falconieri",donde un gran reloj se podía divisar. Aquella torre era el obsequio que la familia más rica de toda La Isla Neri,los De Falconieri,le daba a los nerienses que lucharon para sobrevivir,la misma,tenía una estatua de mármol de quien era Daniel De Falconieri,el primer juez neriense,quien llevaba una túnica o toga,sombrero en rombo,la balanza de la justicia en la mano izquierda y una pluma entintada en la derecha. En mi opinión,tal obsequio no era tan convincente para la ocasión,a no ser que los De Falconieri sólo buscaban y aún buscan elogiarse ellos mismos y hacernos ver,más que un reloj,lo superiores que son a nosotros.

Pasé un tiempo tratando de recordar dónde estaba el lugar que buscaba,pero lo encontré. En la calle "Cruz y Vela" estaba "La Cantina Tari". Un lugar,al que mayormente sólo van hombres. Es un edificio muy viejo,pero el único en el que sirven el mejor vino de menta. Cuando entré,me fijé que estuvieron bebiendo toda la noche por el olor a sudor y alcohol.

En seguida,me acerqué a la barra y pedí una botella de vino de menta y me la trajeron rápidamente. Costó dos monedas de plata. La abrí y,después de darle un largo sorbo a mi botella,pasé mi mirada por el lugar a ver si encontraba a alguien a quien conocía. En efecto. Divisé a lo lejos a un viejo amigo,el cual me debía un favor desde hace mucho tiempo. Me acerqué y le toqué el hombro,pues estaba de espaldas. Vió mi rostro y se sorprendió.

-¡Fher!¿Qué haces aquí?-preguntó y le mostré la botella-¡Oh,claro,bebes!

-Sí,Armando-dije

-Te ves...

-¿Sucio?¿Pobre?

- No. Diferente. Iba decir diferente. Por favor,siéntate.

Tomé asiento.

-Sí. Tú también te ves algo diferente-dije y había mentido.

Armando Bullet es rubio,pelo perfectamente recortado,ojos azules,tez clara,cuello largo,bastante alto,dientes muy blancos y bastante bien ubicados,cara perfilada,músculos algo notables y siempre llevaba una chaqueta más larga atrás que al frente y pantalones ajustados. La verdad era que no había cambiado mucho.

-Oye,¿recuerdas ese favor que me debías?

-Sí,lo recuerdo. De cuando te inculpaste por mí y fuiste preso. Eso fue hace mucho.

-Sí,pero aún no ha expirado y necesito que me lo hagas

-Seguro-contestó-¿Qué quieres?

-Yo necesito...,pues desde el día que me liberaron he tenido ciertos problemas para conseguir...un lugar donde hospedarme...y me preguntaba si tú...si tú me devolvieras el favor dejándome vivir un tiempo...,sólo por un tiempo en tu...

Estaba a punto de decirle que necesitaba quedarme en su casa,pero él me interrumpió.

-Mira quien llegó ahí,Fher-dijo emocionado,dándome palmadas en el pecho

Miré a la puerta y vi a una mujer,seguramente de unos veinte y tantos años,joven y muy bonita. Tenía ojos de color azul verdoso,era rubia,cabeza de forma circular,tenía una que otra peca en el rostro,nariz algo pequeña,cabello largo hasta la cadera y muy lacio,delgada,llevaba un vestido corto de los colores azul,blanco y gris,mis colores favoritos. Llevaba un collar de hilo y un diamante que combinaba con los otros numerosos de su vestido. También tenía una tiara igualmente con diamantes,joyas y rubíes de colores claros como el agua. En eso,noté que algo en mi entrepierna se movía,mi corazón se aceleraba y sentía mariposas en el estómago. Era la mujer más hermosa que había visto en mi vida y por mi experiencia ya había visto muchas mujeres en mi diario vivir.

-¿Quién es?-pregunté y en seguida me arrepentí de haberlo hecho,pues Armando,con los brazos cruzados,me miró con una seriedad increíble.

-¿En serio no sabes quién es,Fher?-preguntó sin quitar aquel semblante y la mirada directa a mis ojos.

-No-contesté.

-Ay,no puede ser. Es Aika O'Connor,descendiente de Konnor O'Connor. Sí sabes quién fue Konnor,¿verdad?

-¿Ese no fue la mano derecha del rey Confesor?-pregunté.

-No sólo fue su mano derecha,sino también su mejor amigo. Se rumorea que aún el rey sufre su pérdida y después de años. ¿Sabes? Me sorprende que todavía esté vivo ese viejo-me susurró.

-¡Oye,no le llames así!-dije. Aunque no sabía porque defendía a un hombre como aquel rey.

-¿Me equivoco,Fher?-me preguntó acercándose más a mí-di que sí y habrás mentido-en eso,me intimidó su tono de advertencia,la verdad era que Armando siempre me había intimidado. Hubo una pausa en la que él esperaba mi respuesta,pero yo no respondí-Bueno-se alejó-,al menos ya sabes quien es Aika O'Connor. Seguro estoy de que en unos meses será mi novia.

-¿En serio lo crees,Armando?-pregunté.

-Está bien,tal vez me tome años conquistarla,pero lo lograré y tú,Fher, serás mi padrino de boda.

-Yo que tú no tendría muchas esperanzas.

-En serio-dijo mientras salíamos de la cantina-Apostemos¿Qué tal un cuarto de cien monedas?

-Me enseñaron a no apostar,Armando-le dije caminando.

-Está bien,ciento cincuenta monedas de plata.

-De nada te servirá

-Doscientas

-Hazme un favor y con eso bastará

-Sí,claro,sólo dilo y así será-me dijo.

-De hecho,me debes una.

-¡Sólo habla!-paramos de caminar frente a "La Torre De Falconieri"

-Déjame quedarme en tu casa por un tiempo-le solté. Él lo pensó por un momento,pero aceptó aunque le dolía

-Claro,así será-hubo una pausa-¿Quién es?-me preguntó mirando sobre mi hombro. Yo volté y vi a una figura encapuchada que se acercaba a nosotros. Cuando ya estaba frente a nosotros,se quitó la capucha y dijo algo con voz entrecortada.

-Usted tiene la marca

Los Tres Tronos y el primogénito de TarsusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora