18."Quam imaginem ad se"

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Valentín me había culpado por lo ocurrido. Por la incredulidad no me percaté que tenía que huir;aún cuando hombro con hombro chocaban conmigo. Sentí una mano que me sujetó del brazo y me llevó corriendo. Yo también corrí. Era Ozmán,quien al percatarse de que ya estaba consiente me soltó,éste estaba en frente de mí y al correr,el viento golpeaba nuestros cuerpos y cabellos,los cuales se echaban hacia atrás,como si el clima supiera lo que ocurría. Llegamos a la Cabaña Libélula y vimos a Oán en el balcón asustado. Nos preguntó qué había sucedido. Era difícil entenderle con el grito del gentío. "El diamante...no brilló. De hecho,se partió por la mitad",le contó Ozmán exhausto. El rostro de Oán parecía decir:"Se los dije. Ahora morirán",pero él no hablo. También tenía miedo. Lo único que hacía era mirar a los ojos a su hermano Ozmán aterrado.

-Es mi culpa-dije ya no tan agitado.

-¿Qué?-me preguntó Ozmán-¿A qué te refieres?

-Valentín me miró cuando todos huían y me dijo que fuí yo

-Eso es imposible

-Él dijo eso y estoy seguro

En eso,Carl entró en la cabaña cinco segundos después de haber dicho eso. Parecía enojado. El pecho le subía y bajaba rápidamente. También estaba agitado.¿A qué habría venido? De seguro sabía algo que nosotros no. Levantó el dedo índice como señal de que le diéramos un momento para respirar. Se encorvó y apoyó las manos en las rodillas.

-¿Carl?-preguntó Ozmán-¿Qué haces aquí?- Carl se levantó de manera correcta y habló.

-¿Qué te pasa?-preguntó-¿Acaso no sabes quedarte en un solo lugar?¿Corriste por toda la isla,desgraciado?-por un momento pensé en reírme,pues era él quien parecía que había corrido por toda la isla,pero me retracté,así que sólo brotó una sonrisa forzada de mi rostro- Fui al local y recibí la orden de que Valentín te quiere ver. Así que corrí hasta el lugar del diamante y no estabas ahí,fuí a la Mansión Plucky,te busqué y no te encontré,vine hasta acá y,al parecer,estás tan tranquilo como si tomaras una fina copa de vino con tu amigo el cerebrito y su hermano el oso gordo.

-¿Cómo me llamaste?-dijo Oán desafiante.

-Espera-dije-¿Te refieres a mí?

-¿A quién más crees?-me preguntó Carl.

-¿Y Valentín quiere verme?

-¿A caso estás sordo,sarigüella? Claro que quiere verte y me duele que no aprecies todo lo que hice. Corrí y te busqué por todos lados. Casi muero exhausto.

-Exagerado-murmuró Oán y Carl le lanzó una mirada asesina.

-¿Para qué Valentín quiere verme?-pregunté.

-¿Qué?-preguntó Carl-¿Acaso tengo cara de saberlo todo? Valentín me dijo que nos reuniéramos y que tú debes estar ahí. Ya no más hablar. Vámonos.

Hubo una pausa. Un momento de silencio. Entonces me imaginé qué me dirían allá. Talvés por ser un pordiosero me echarían porque estoy acostunbrado a ello o que erróneamente me habían traído aquí. Que no pertenecía al Tercer Trono,que no era una criatura sobrenatural ni cualquier cosa por encima de una persona sin importancia. En eso,le lancé una mirada a Ozmán y talvés porque él también sufrió los efectos de la pobreza o por el simple hecho de que mi rostro mostraba mi pensamiento;él me entendió. Luego comprendí que,por primera vez en años,tenía un buen amigo que talvés incluso se sacrificaría por mí.

-Yo iré con él-dijo.

-Iremos-dijo Oán.

-Ay,no vengan con eso. Valentín sólo lo quiere ver a él-les dijo Carl irritado.

Los Tres Tronos y el primogénito de TarsusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora