3.La Marca

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"La marca."Había escuchado bien. Aunque Armando y yo no sabíamos a quien le hablaba. Nos miramos y ella dijo algo más.

-Usted,el de pelo color café y ropa desgarrada,tiene la marca-se refería a mi.

-¿Yo?-pregunté

-Sí,usted-contestó- Tienes la marca

-¿Cuál marca?

-En su oreja,¿qué acaso no la ve?-preguntó

-¡Oh,esto sólo es un lunar!-le dije a la anciana

-Es Fher,¿no?

-¿Cómo sabe tu nombre?-me preguntó Armando.

-No lo sé-le contesté.

-Lo siento-dijo la anciana-,creo que no me he presentado de manera correcta. Mi nombre es Elba,pero muchos me llaman Llay-postró e inclinó su cuerpo hasta la cadera.

-Y dígame,Elba¿cómo sabe mi nombre?-le pregunté.

-Es una historia muy larga. Requiere tiempo-dijo Elba.

-Lo tenemos-le dijo Armando.

-No,usted no. El único al que de verdad necesito es a Fher

-¿Qué? No,somos viejos amigos-protestó Armando- Estamos juntos en ésto

Hubo una pausa en la que pude notar en el rostro de Armando una emoción distinta a cualquier otra que su rostro haya mostrado. Sus ojos claramente azules parpadeaban con menos frecuencia. Tenía semblante alerta. Él,tanto como yo,sentía peligro. Estaba preocupado. Preocupado por mí.

En eso,sentí un dejà vu. Esto ya había ocurrido. Esta sensación de que me protegían de algo terrible ya la había sentido. Sabía que no era nada bueno,pues siempre recordaba las cosas. En especial las malas. Sin embargo,había excepciones.

Como cuando me desalojaron de "Vistas Santas" y jamás recordé la razón. O la vez que desperté en medio del bosque,desnudo y cuando me dijeron que había estado corriendo por los campos,sin ropa y maltratando plantas de terrenos ajenos no les creí,aunque sabía que era cierto por el simple hecho de tener heridas. En fin,los sucesos que normalmente se me olvidan son los que tienen remedios difíciles o los muy vergonzosos y no creo que éste momento fuera algo vergonzoso. Eso no era buena señal.

-Muy bien-dijo Elba mirando a Armando-pero no diga que no se lo advertí- Hubo una pausa,a lo que ella se volteó y comenzó a caminar- Síganme

Armando y yo estábamos confundidos,pero la seguimos. Caminamos a paso lento dejando atrás la cantina,La Torre De Falconieri y hasta la aldea en si. En el transcurso miraba una que otra vez el rostro de Armando,el cual no dejaba de mostrar esa expresión alerta. Una de las veces que lo miré él me vio y yo giré la cabeza rápidamente hacia el otro lado. Él me tocó el brazo y yo lo volví a mirar. Cuando lo hise,Armando señaló la espalda de Elba,quien tenía dibujada en su capucha un escudo de un alcatraz negro. Yo lo miré a los ojos buscando un indicio de lo que significaba aquel escudo,pero se limitó a darme un arma cañón de fuego. Me hizo señas de que cuando el me diera la señal la matara. Yo no sabía que hacer.

Hace muchos años,cuando Armando y yo éramos los mejores amigos,él tenía la costumbre de acuadillarme en todo. Me quería involucrar en sus planes. Para ese tiempo éramos personas malísimas. No sólo intimidamos a muchas personas,sino también habíamos asesinado. Una noche,los guardianes nos tomaron desprevenidos mientras dormiamos en zona restringida. A él lo querían enviar a prisión,pero yo me culpé por todo y dije haberlo obligado a la fuerza para que cometiera crímenes por mí. Armando tenía hijos,los cuales,al enterarse de lo sucedido le dieron la espalda. Mientras yo estaba en prisión,era tanta la presión y el maltrato que,día tras día,olvidaba mis momentos felices. Al salir de prisión,ya todos mis momentos en los cuales tenía menos de quince años se habían quedado colgados. No recordaba y aún no recuerdo quienes fueron mis padres,donde viví,qué estudiaba,si mi personalidad era poderosa o débil. Armando tampoco lo supo,porque nunca me conoció o no nos conocimos mejor. Éramos malos,personas sin sentimientos,sin amor,sin Dios,presumidos y si de algo estoy seguro es que ya he cambiado y mucho.

Nuestros pasos sonaban al crujir y partir las ramas de flamboyán que habían en el suelo de aquel oscuro bosque en el que nos habíamos introducido hace más de una hora. Justo cuando estaba a punto de colapsar del cansancio presencié una cabaña semi destruida. Aunque se veía deshabitada,habían velas encendidas en el interior de ésta.

-¿Qué tal si tomamos un caldo de bianda?-preguntó Elba

-¿Qué dices?-preguntó Armando-¿Un caldo de bianda?¿Por qué querríamos un caldo de bianda?¿Qué acaso no viste que salimos de una cantina?

-¿Y eso qué?

-Armando-le dije-,por favor,sé amable-me dirigí a la anciana- Sí,nos gustaría probar un poco de su caldo de bianda

-Perfecto-dijo ella y se volteó-¿Me podrían ayudar con la puerta,por favor?-justo cuando me iba a ofrecer Armando se me adelantó.

-¡Yo lo haré!-dijo él. El rostro de Elba mostraba una mirada asesina hacia Armando. Ella quería que yo le ayudara. Sin embargo,al percatarse de que yo la observaba,forsó una sonrisa. Lo que me llamó la atención fue que ella,en lugar de acercarse a la cabaña,se alejaba. En eso,comprendí lo que sucedía.

-¡Armando!-le grité,pero ya era demasiado tarde. En cuanto Armando abrió la puerta y volteó su mirada hacia mí,la cabaña explotó y esa presión nos hizo volar por los aires. En cuanto me levanté,vi a Armando tirado en el suelo. Fuí a ayudarlo. Él estaba sangrando. Al voltearme,pude distinguir a la anciana regresando.

-Fher-me decía Armando-,necesito que me mates.

-¿Qué?¿Pero qué dices?

-Saca el arma que te di y mátame,Fher

-¡No,Armando!¡No lo haré! Sé que te duele el cuerpo,pero eres mi amigo y yo no te haría eso. Yo no te mataría,Armando

-Pues,entonces-dijo pensativo-,ayúdame para que me pueda levantar-sentí un gran alivio cuando dijo aquello. Por años me había prometido dejar eso de la matanza y no porque un amigo me pidiera que lo hiciera justificaba que hiciera excepciones.

En cuanto le tendí la mano para ayudarle,él llevó su mano a mi cadera,donde yo tenía el arma;la puso en su frente e hizo que mis dedos presionaran el gatillo. Lo que cualquier persona pensaría que fuera a ocurrir es que una bala traspasara su cráneo,pero lo que pasó fue distinto. Armando,la cabaña y la vieja desaparecieron. Ahora estaba yo solo en lo que parecía otra parte del bosque. Donde sólo había un local viejo y abandonado,en el cual se leía:"Bernieri y Bernaber".

Los Tres Tronos y el primogénito de TarsusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora