15.El ganador

32 7 0
                                    

En eso,los ojos de Arabá se abrieron y el hielo blanco que le traspasaba el pecho se derritió. Se levantó arrebatándole su máscara a Aika. Tenía un semblante de enojo."Al menos este año no me lanzaste una lluvia de rocas como lo hiciste el anterior",dijo irritado. A unos metros al otro hombre(el que murió decapitado)se le unió la cabeza de vuelta al cuerpo,se quitó la máscara y se levantó.¡Era Carl Quintas!

-Debo admitir,Carl,que esta vez luchaste con más intensidad-le dijo Arabá,mientras estos se acercaban-¿Ha aumentado tu poder o son las prácticas desde hace un mes hasta hoy?

-Las prácticas no han acabado,Arabá-le respondió Carl tratando de quitarse el polvo que tenía encima del hombro causado por la explosión.

-Sí,ya lo creo

-Eh,chicos,¿ya terminaron de hablar? -interrumpió Aika-Porque empiezo a pensar que tratan de evadir el hecho de que hoy fue la chica quien les partió la cara-se rió,pero los hombres la miraban seriamente.

-Sí,pero no olvides que estuve de lujo en el duelo-dijo Carl.

-Sí,y luego yo te decapité-dijo Arabá-Ah,y destruí tu ramita-señaló la varita que estaba en el suelo hecha pedazos.

-¡NO! Mi varita. Mi única varita-Carl se arrodilló tratando en vano de reconstruirla.

-¡Ay,por favor,Carl,si la puedes reemplazar!

-¡¿Acaso no escuchaste que es mi única varita?!-se puso en pie y se le pegó a Arabá cara a cara.

En eso,escuché un quejido detrás de mí. Cuando me volté vi a Ozmán levantándose sano y salvo. Se acercó a mí;extendió los brazos con ademán de abrazarme.

-Fhéradron-dijo con una sonrisa de oreja a oreja-¿Cómo estás,mi gran amigo?-vio mi cara seria-¿Ocurre algo,Fhéradron?-le di un fuerte puñetazo en la cara.

La sangre brotaba de sus fosas nasales y tenía la nariz algo torcida. Hizo un quejido. Se le salió una lágrima. Sin embargo,después de unos segundos,la sangre volvió a sus fosas nasales y la nariz se estilló(lo que creó un crujido,que hizo que Ozmán se inclinara de dolor)y se le fué la hinchazón. Él me miró fijamente con cara pálida.

-Después del duelo,en este lugar no existen las heridas. Todas se sanan.-hubo una pausa en la que me di cuenta que los demás nos miraban-¿Qué fue lo que dije?

-No fue lo que dijiste,sino lo que hiciste-me enfadé- Después de años como pordiosero,vine aquí esperando una explicación a lo que ocurría y cuando me sentí familiarizado con tigo porque ambos sufrimos,ambos pasamos hambre,ambos nos sentimos solos,vienes y me engañas finjiendo tu muerte.¿Qué clase de gran amigo es ese?-se me salió una lágrima.

-Fhéradron...yo...

Luego,para mi sorpresa,las paredes se abrieron y una multitud entró por ellas. Esa era la razón de que todo afuera estuviese desolado. La multitud aplaudió alegre,a exepción de algunos que se mostraban desepcionados,pero aun así aplaudían.

Mi rostro se mostró sorprendido,Ozmán me dijo que no era un duelo de vida o muerte,sino de dignidad y que aquel que ganaba sería el reemplazo de Valentín si él moría o decidía renunciar a su cargo. Me dijo que eso formaba parte del Día del diamante en bruto y que todo aquel que tuviera su poder de defensa controlado podía participar,pero la mayoría no estaba preparada para duelos como esos;y los que sí,temían que algo pudiera salir mal. Por ello,decidí perdonar a Ozmán. Él no tenía de otra.

Las puertas se cerraron cuando ya el lugar no pudo estar más lleno de gente. En eso,del fondo lugar se elevó una pequeña tarima y sobre ésta,una mesita en la que se apoyaba un diamante sin pulir,uno por el que nadie se interesaría y ni siquiera resplandecía.

Carl,Aika y Arabá se deslizaron por el gentío para estar frente a la tarima.

-Bienvenido al Tercer Trono. Ya eres un pretiatum porque estás en La Tierra Pretium-me susurró Ozmán al oído.

Los Tres Tronos y el primogénito de TarsusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora