14.Duelo de Guardianes Parte-2

38 7 0
                                    

Cuando volté vi a un Ozmán herido,moribundo. Me acerqué rápidamente. Estaba en el suelo tirado.

-¡Ozmán!-lo tomé en mis brazos.

Tenía uno de esos filos blancos clavado en su pecho. Se lo quité de una vez y lo puse en el suelo. Cuando me miré las manos noté que estaban llenas de sangre. En eso,sentí como si hubiera sido a mí a quien le clavaron el filo. Ozmán tenía la cara pálida.

-Fhéradron,Fhér...

Hubo una repentina pausa. Me quedé perplejo cuando ví los labios de Ozmán. Su frase se había quedado en el aire. La cabeza se le vino abajo...y cuando toqué su cuello para revisar el pulso...No había nada que hacer.

Era mi culpa. Todo era mi culpa. Había tantas cosas que no debí hacer. No debí entrar en esa cantina. No debí ver todo el lugar para ver si encontraba a alguien conocido. No debí acercarme a Armando. No debí seguir a aquella anciana que hirió a Armando,quien por mi culpa casi muere. Armando se había ofrecido como voluntario para sacrificar su vida por mí y yo le respondía muy mal. Fuí muy estúpido al seguir a Valentín...En eso,noté que no era mi culpa era su culpa. Valentín me trajo aquí,me convenció de que me quedara y ahora seguramente pretendía que me sintiera inferior a todos. Inferior por no tener poderes. Inferior por ser nuevo. Inferior por...por...sí,me quería hacer sentir inferior principalmente por ser yo. Yo,un estúpido pordiosero. Yo,un hijo de su madre que fue lo suficientemente idiota al inculparse por un crimen que no cometió. Yo,un cabrón que quería hacer todo por miedo y no por cojones. Yo,una persona que pretendía ser un hombre y no era más que una gallina,un bebé que se dejaba manipular por Armando y por muchos otros para no admitir que no sabía mantenerse a si mismo. Espera. Aún había oportunidad de demostrar quien era Fhéradron y no el tonto de Fher.

Tomé el filo blanco que estaba junto al cadáver de Ozmán. El filo estaba lleno de sangre cual pluma entintada. Lo presioné muy fuerte en mi mano izquierda y dirigí mi mirada al duelo entre los guardianes que se presentaba en el lugar. Caminé lentamente un paso decidido hacia ellos...dos pasos;ya estaba alejado del cadáver... tres pasos,había pasado el límite...cinco pasos;sentía la brisa del duelo en mi cuerpo...ocho pasos;mi sandalia izquierda salió volando...doce pasos;cada vez apretaba más y más el filo,para cuando había dado los quince pasos sentí como la sangre de mi mano brotaba y se confundía con la de Ozmán que ya estaba en el filo,esto era debido a que presionaba demasiado fuerte dicho filo,pero no me detuve,seguía caminando y mientras más caminaba más presionaba el filo...veinte pasos;llegué.

El de la máscara volteó su mirada hacia mí. Yo levanté el filo. Sin embargo,no se lo pude clavar. Él lo había esquivado. Seguí moviendo el filo hacia todas partes con tal de vengar la muerte del inocente Ozmán. Un chico del que me había hecho amigo en tan siquiera un día.

El hombre,justo cuando estaba cerca de clavarle el filo,movió su mano. Y como con telequinesis,lo atrajo hacia él. Lo levantó para enterrármelo a mí,pero justo en ese instantme,la del antifaz lanzó ondas que expulsaron al hombre.

Yo corrí y,por el susto,volví a quedarme al lado del cadáver de Ozmán. No sé cómo se me ocurrió hacer eso. No era lo suficientemente poderoso...o mejor dicho,no tenía ningún poder.

El hombre se levantó y comenzó a lanzarle flechas blancas que salían de su dedo índice a la chica. Ésta se volvió a trepar por los pilares,esquivando muy bien las flechas. Luego de unos segundos,el hombre se hartó y comenzó a caminar y caminar. Sus pies estaban sujetos en,lo que parecían,unos tacones. El hombre caminaba y caminaba. Los tacones hechos de su hielo blanco,lo ayudaban a acercarse más a la chica que trepaba por los pilares. Ésta se lanzó al suelo.

Ella levantó su brazo y sus ondas chocaron con las flechas del hombre. Estuvieron un momento luchando tan solo en esa parte de la batalla. Justo cuando el de la máscara estaba cerca de la victoria,la mujer lo cubrió y encerró en una esfera similar a la nuestra,pero más grande. El poder del hombre revotó por esto y empezó a atacarlo a él. A tal punto que una de sus flechas le traspasó el pecho. La mujer retiró el campo y el hombre cayó de espaldas.

Ella caminó hacia él y le quitó la máscara con rostro y mano alerta. Cuando ésta le quitó la máscara,el rostro,aun de lejos,me resultó familiar.¡Era Arabá Aranzamendi! La mujer se quitó el antifaz.¡Era Aika O'Connor! De su rostro brotó una sonrisa.

-¡Gané!- dijo emocionada y presumida al mismo tiempo.

Los Tres Tronos y el primogénito de TarsusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora