8.Punto de vista:Armando-Última Parte

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"Aika,Aika,...,"me decía la mente. "Aika,Aika,...",como un susurro. No lo podía evitar. "Aika,Aika,Aika,..."¿Por qué su nombre y no el de Amanda?¿Por qué a ella?¿Por qué Fher?¿Por qué a él?¿Por qué a mí? "Aika,Aika, Aika,Aika,..."Cada vez más frecuente. Esto era por ella,esto era por él,esto era por los borrachos,esto era por las mujeres,esto era por los trabajadores,esto era por los niños,esto era por los leymbres,por los presbíteros,por los ancianos,por las viudas,por el Primer Trono. Esto era por la unión.

Mi cuerpo seguía clavado al suelo. Sentía como la sangre bajaba gota a gota por mi rostro. Las fracturas y las heridas de gravedad. No sentía dolor. Sólo un leve cosquilleo.

Cuando Fher desapareció dejó en mis manos la tearción,un arma que no le hacía efecto a su objetivo,creada por mí para teletransportar al lugar más seguro y más alejado del peligro. Sin embargo,había exepciones. Si el portador o el fundador del arma se encuentra asechado sólo debe cargar el arma tres veces y pensar en el lugar más peligroso que se le pueda ocurrir. La bala,al impactar el cuerpo del oponente se teletransportará al lugar pensado.

La anciana seguía caminando hacia mí. No podía moverme mucho,pero escuchaba muy bien. Los pasos se detuvieron. Cerré los ojos. Como extrañaba a mis hijos,a mi prometida,a mi familia,a mi hogar. Sentí un líquido bajar por mi mejilla y desviarse a la derecha. Al comienzo pensé que era una lágrima,pero luego supe que era una gota de sangre. Yo jamás lloraba,mi padre decía que no era de hombres hacerlo. Al comienzo pensé que era imposible,pero con el paso de los años me acostumbré. Si él jamás permitió que llorara en su presencia era para que no lo hiciera en su ausencia. Ahora que no está vivo,siento que me ve en todo momento y que es él quien me da fuerzas para abrir mis ojos.

-¿Dormías?-me preguntó Elba muy cerca de mí.

-No-le dije-Sólo pensaba en cómo deshacerme de tí

-¿Crees que lo lograrás,maldito pretiatum?

-Ya no tienes un vocabulario adecuado para una anciana

-¿Sabes quién soy?-dijo ahora con una voz demoníaca.

-Ni hablas como anciana

-Te mataré

Me levanté quejándome del dolor que ahora sentía.

-Ajá...¿Y qué más harás?-pregunté con el arma en mano.

-¿Qué?-preguntó.

-¿Sólo eso?¿Me matarás así como así?¿En un dos por tres?¡Bum,muerto!¿Y ya?

-¿Qué quieres que haga?

-Bueno,si estuviera en tu lugar primero haría que sufriera,ya sabes,como cortarme los dedos del pie o sacarme un ojo. Aunque sería muy asqueroso y te mancharías la capucha. Talvés a ti te mejoraría algo. No digo que esté mal,pero tampoco es muy colorida que digamos...

Paré de hablar cuando vi como se le caían los ojos a la anciana. Cuando estuvieron en el suelo,uno de ellos deslizó sus venas hasta el pie de la anciana y le recorrió la pierna. Mientras las venas se multiplicaban ella se transformaba en un monstruo negro. Las venas le cruzaron las piernas y éstas crujieron los huesos hasta crecer a un tamaño parecido al de dos hombres bastante altos. Le pasaron por los brazos y éstos se estiraron. Le llegaron a las manos,y los dedos crecieron dos veces su tamaño original y las uñas se afilaron cual navaja. Pasaron por su cuello y éste se estilló hasta formar un zigzag. Las venas pasaron por el rostro e hizo que la quijada se alargara,la nariz se esfumara y,dejando una cara deforme,eliminó las orejas. Las venas desaparecieron y lo único que había de la anciana era...

-¡Que orrenda estás!-dije.

El monstruo rugió y dejó ver una boca negra que sólo contenía una gran hilera de colmillos larguísimos.

Los Tres Tronos y el primogénito de TarsusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora