Mientras contemplo el horizonte
A través de mi ventana,
El café se enfría en mis manos.
¿Cómo no recordar su sabor
Y aroma?
Acompañado de tu tabaco
Nocturno.
Que tantas veces nos unió
junto a la chimenea.
Era cómplice de nuestros besos,
A veces sólo nos quedaba su gusto
En el paladar.
Y con su escencia se despertaba
Nuestra pasión.
¿Cuantas veces?
nos sorprendía
La madrugada saboreando
Nuestros labios?
Haciéndose agua nuestra remembranzas.
¿Cuántas veces?
el amor
Se vistió de tabaco y madera
Y alimentando las caricias
Los besos sabían a complicidad.
Entre los maderos ibas desplegando
Tus besos en busca de sabores carnales,
Tus manos desgarraban las ganas
Dejando a la vista la pasion desenfrenada.
¿Cuántas veces?
te tuve entre mis brazos y adore
Tu respiración en mi boca.
Amante fuiste de mi alcoba
Amante fugaz.
Y en una mañana clara
Tus labios me dieron su último
Sabor.
Te marcharse dejando
Cicatrices difíciles de curar.
Tu recuerdo quedo dibujado
En el umbral de mi puerta
Y la atmósfera quedó sellada de
Café y Tabaco...