Bien, Dorian no deja de comer los pequeños dulces que están sobre el escritorio y eso me intranquiliza. ¿Porque no pedí una niñera?.
Justo ahora estoy en la oficina de la jefa de ediciones para una de las marcas de ropa y calzado deportivo más conocido en el mundo, no entraré en más detalles.
Tenía entendido que me llamaron porque necesitaban una modista y una fotógrafa, y yo necesito empleo. Así que espero que den el empleo de modista, aunque lo dudo si Dorian sigue así de inquieto.
La puerta tras de mí se abre y como arte de magia mi pequeño hijo de cuatro años se sienta bien, deja los dulces en su lugar, se limpia (según el) cuidadosamente y se peina. ¿Este es mi hijo?
-Bien.-habla la que supongo es la jefa de ediciones-. Te preguntarás el porque estás aquí ¿no?-
-¿Para conseguir un empleo?.-dudo-.
-Ósea si .-ríe-. Eso es obvio. Pero estás aquí porque la encargada de servicio social acaba de tener a su bebé, y yo estoy contratando. Por ahora-
-Bien.-respondo-.
-Seamos sinceras. Acabo de revisar tu currículum porque no me lo habían hecho llegar antes .-dice dándole una segunda hojeada-. Por lo que veo tienes algo de experiencia, al igual que las otras. Además necesitamos una modista para hoy mismo, y veo que tienes un pequeño galán .-dice con una sonrisa mirando hacia Dorian-. Así que supongo que te urge el empleo-
-No es como que me urga, pero, si si me urge .-digo y ríe-.
-Bien, entonces el empleo es tuyo, como mencioné empezaras a trabajar hoy .-asiento-. Pero en dentro de unas horas. No te preocupes.
-Y ¿mi hijo? .-pregunto-.
-Oh cierto, el galán.-ríe-. ¿Cuál es tu nombre?.-pregunta hacia el-.
-Dorian.-responde mi hijo súper tímido-.
-Y ¿cuál es tu edad?-
-Tengo cuarto .-dice con algunas trabas-.
-Supongo que querrás estar al lado de tu mami todo el tiempo, ¿no?.-pregunta y el solo responde con un asentimiento de cabeza-. Bien, puede quedarse contigo, pero espero que estés al pendiente de él y de tu trabajo-
-Se lo prometo .-le digo feliz-.
-Bien, en unas cuatro horas, máximo, te enviarán un mensaje de texto, diciendo a donde tienes que llegar para la sesión de esta tarde. Ya te puedes retirar .-dice amable y así lo hago-.
Al parecer, mi galán de cuarto añitos me ayudó a conseguir este empleo, que además de tener buen suelto y horarios accesibles, puedo tener a mi bebé (no tan bebé) conmigo. Creo que le daré un regalo.
-Y bien mounstro.- habló hacia Dorian-. ¿A donde quieres ir a desayunar?
-Quiero hot-cakes.-dice feliz-.
-Entones vamos por tus hot-cakes.-responde y salta aún más feliz-.
Caminamos agarrados de la mano hasta el ascensor, y nos disponemos a esperarlo. Cuando las puertas se abren, mi mundo parece detenerse por completo al ver el ocupante que baja de el.
¿Qué demonios hace Manuel Ríos en New York?