Mi Salvador (Seblaine boyxboy)

CAPÍTULO 13: TE AMO

CAPÍTULO 13: TE AMO

Sebastian miraba a Blaine mientras dormía. Ya había amanecido, pero todavía no había sonado la alarma que anunciaba que debía levantarse. Era la primera noche que dormían juntos, pero después de todo lo que había pasado, no se había sentido con fuerza para dejarlo solo. Era cierto que no tenía nada más que una pequeña herida en la ceja, pero su lado protector había despertado con fuerza.

Le resultaba extraño. Él había sido alguien muy activo en cuanto a su vida sexual y jamás se imaginó compartiendo una cama con otra persona sin llegar a desnudarlo y llegando al máximo placer. Sin embargo, con Anderson todo era diferente. Tal vez era porque, por primera vez en su vida, estaba total y completamente enamorado.

Sabía que haría cualquier cosa por él, algo que le asustaba. Decidió levantarse, aunque no estaba preparado para separarse de su amado. Necesitaba hablar con alguien y decidió que Sam sería un buen cómplice de esos sentimientos.

Sí, era el mejor amigo de su novio, pero él también era muy protector y podía ayudarle a encontrar una solución que no dañara al maravilloso hombre que estaba en su cama.

–Espero que sea muy importante para que me levantes a estas horas. –La voz adormilada de Sam le hizo ver que estaba todavía dormido. En ese momento se dio cuenta de que era muy temprano.

–Lo siento... Es que necesito a alguien que me impida hacer una locura. –El castaño se sinceró.

–¿Qué locura?

–Matar a Hummel.

–¿Qué? –El grito que dio Evans le indicó que estaba despierto. –¿Qué ha pasado?

Smythe decidió contar lo que había pasado porque, con todo lo ocurrido, no le habían informado de la agresión. Podía escuchar los gruñidos de enfado del otro.

–¿Se supone que tengo que evitar que mates a Kurt? –El rubio comentó.

–No sé qué hacer... Él es lo más importante en este momento, pero verlo tan vulnerable...

–No soy vulnerable. –Blaine interrumpió la conversación y se acercó. –¿Con quién hablas?

–Con Sam.

El moreno le pidió el teléfono sin palabras, sólo extendiendo la mano. A partir de ahí, hizo su mejor esfuerzo para tranquilizar a su mejor amigo mientras acariciaba a su pareja.

–Entiendo que estéis preocupados, pero sois mi mejor amigo y mi novio... Os necesito y si os meten en la cárcel por una tontería como esa, no me lo perdonaría en la vida. Quiero que los dos me prometáis que no haréis nada... Estoy bien. –Desde el otro lado del teléfono, Evans prometió no hacer nada y Smythe le susurró su promesa. Se despidió de su amigo y miró a los ojos a su pareja.

–Lo siento, pero estaba preocupado...

–No tienes que disculparte... Te amo y sé que, si estuviera en tu lugar, haría lo mismo. –Blaine confesó.

–¿Qué has dicho? –Sebastian estaba sorprendido y supo el momento exacto en el que el otro se dio cuenta.

–Que te amo. –El moreno reconoció tímidamente.

–Yo también te amo.

La pareja se besó, olvidándose de Hummel, olvidándose de lo que había pasado la noche anterior. Se habían confesado sus sentimientos por primera vez y ese momento sólo era de ellos dos.

–Es una pena que me tenga que ir a trabajar... Me quedaría todo el día aquí contigo. –El castaño susurró cuando terminó el beso, pero sin ganas de separarse de su amado. Apoyó su frente en la del otro, con una sonrisa que parecía que últimamente no lo abandonaba. Al fin y al cabo, eso era lo que significaba la felicidad.

–Yo también tengo que ir a trabajar... ¿Por qué no nos preparas una cita especial aquí en casa para esta noche? Así podremos celebrar que nos hemos dicho lo que sentimos. –El actor pidió.

–Por supuesto.

Volvieron a darse un beso antes de separarse para comenzar sus días.

Parecía que se habían vuelto adictos a decirse que se amaban desde que habían superado esa barrera por primera vez. Se habían vuelto más empalagosos si eso era posible. Una noche, los dos estaban viendo la televisión en el sofá, con los restos de las pizzas y las cervezas que habían tomado frente a ellos. Les encantaba estar así, tranquilos, abrazados, mientras disfrutaban de la simple compañía del otro. Era su momento favorito del día.

–He estado pensando... –Blaine comenzó a comentar.

–No sé si es bueno o malo. –Sebastian bromeó, sabiendo que no tenía nada que temer, que su relación no estaba en peligro.

–A ver si me voy a replantear lo que estaba pensando... –El moreno "amenazó".

–Te escucho. –El castaño suavizó la broma.

–Nos hemos dicho que nos amamos, me has demostrado que son más que palabras... ¿Qué nos impide que demos un paso más en nuestra relación? –El actor pregunto.

–Si te refieres a matrimonio, tú todavía no estás divorciado y me gustaría que llevemos algo más de tiempo juntos antes de casarnos. –El futuro abogado comentó serio.

–No hablo de eso... ¡Es muy pronto todavía! –Anderson se sorprendió de que la mente de su novio fuera ahí. Era consciente de que, si eso era lo que pensaba que le estaba proponiendo, era porque lo tenía presente y había pensado sobre eso.

–En ese caso, no sé a qué te refieres. –Smythe estaba perdido.

–¡Al sexo! Quiero que demos ese paso... Si tú lo quieres, claro. –Blaine se sonrojó.

–¡Por supuesto que me encantaría! B, puede que haya cambiado pero mi deseo sexual en general y hacia ti en particular no ha cambiado... Pero quiero que estés completamente seguro y lo hagas porque lo deseas, no porque creas que es lo que yo quiero o porque creas que me debes algo.

–Es lo que yo quiero... ¿Vamos a la habitación? –El moreno se levantó y extendió la mano para que el otro la cogiera.

–¿Ahora? –Sebastian estaba sorprendido.

–¿Por qué esperar?

–Me gustaría que fuera algo especial, en un sitio romántico, con velas, comprarte flores, tener champán...

–Será especial porque es contigo... No necesito flores, no quiero que bebamos alcohol porque quiero que tengamos todos nuestros sentidos en lo que hacemos, tenemos velas si quieres darle un toque romántico a la habitación, aunque a mí no me importa... Lo único que necesito eres tú.

–Te amo.

El castaño se levantó y besó a su novio antes de que ambos se dirigieran a su habitación para pasar la noche más especial que habían tenido y entregarse por primera vez a la pasión.