CAPÍTULO 14: OTRA VEZ KURT

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CAPÍTULO 14: OTRA VEZ KURT

Sebastian miró por décima vez a Blaine en los últimos dos minutos. Su jefa y él estaban ultimando los detalles para la segunda parte del juicio del divorcio del moreno. La primera parte había sido tan tensa que el juez había pedido que tuvieran un descanso.

Eso implicaba que el castaño estaba trabajando mientras su pareja sólo podía esperar. Lo conocía lo suficiente para saber que estaba nervioso y ese descanso sólo aumentaba ese estrés que estaba sintiendo.

–¿Puedo ir a por un café? –El actor preguntó.

–¿Café? ¿Realmente crees que necesitas cafeína en este momento? –El futuro abogado lo miró preocupado.

–Lo que necesito es salir de aquí, aunque sea un minuto. Me empiezo a sentir agobiado por todo. –Anderson comentó, haciendo que su novio suspirara.

–Me sentiría mejor si estuvieras cerca de mí este rato... –Smythe respondió.

–Sólo un minuto, por favor...

Blaine miró al otro de esa manera que sabía que no podría negarle lo que le pedía. Sebastian no podía soportar esa mirada de perro abandonado, no podía decirle que no cuando lo miraba así.

Kurt vio que Blaine se alejaba de Sebastian y pensó que esa era su oportunidad. Sabía que tenía que hacer un último esfuerzo antes de que el divorcio fuera oficial. Sobre todo, porque no quería cargar con una condena por maltrato físico o psicológico. El castaño siguió al otro fuera del edificio, algo que parecía perfecto para su plan.

–¡Blaine! ¡Espera! –Hummel bajó las escaleras a toda prisa tras el que pronto sería oficialmente su exmarido si no lo remediaba antes.

–No quiero hablar contigo, Kurt. –Anderson comentó cansado. No era algo que le apeteciera hacer en ese momento.

–Por favor, sólo será un minuto. –El castaño agarró el brazo del otro, haciendo que temblara un poco por el miedo.

–Suéltame.

–No te voy a soltar hasta que me escuches. –Hummel estaba frustrado y zarandeó a su ex con fuerza.

–Por favor.

Anderson tiró con fuerza para liberarse del agarre, pero al hacerlo, acabó invadiendo la calzada. Un coche que iba a una velocidad algo alta para ser una ciudad, acabó chocando con él y levantándolo por los aires.

En cuestión de segundos, el lugar se llegó de curiosos y alguien llamó a una ambulancia. Nadie se atrevía a tocar a Blaine porque el golpe había sido muy fuerte, pero sabían que estaba inconsciente. Kurt lloraba porque en ningún momento quería que eso pasara, pero sabía que gran parte era su culpa.

Pam llegó totalmente derrumbada al hospital. Durante todo el vuelo había ido llorando y, por mucho que su esposo había intentado tranquilizarla, nada la consolaba. Enseguida localizaron la habitación en la que estaba ingresado su hijo y entraron.

–Sebastian... –La mujer corrió a abrazar al novio de su hijo. El joven parecía agotado, tenía ojeras claramente visibles y su imagen distaba mucho del elegante y siempre perfecto joven que conocían.

–¿Han dicho algo los médicos? –James intentó mostrarse más calmado.

–Tenemos que esperar... El golpe en la cabeza ha sido muy fuerte... No saben si despertará del coma... Y aunque lo haga, también tiene un golpe muy fuerte en la espalda y no sabrán que secuelas tendrá hasta que despierte... –El castaño susurró, casi como si temiera que al decirlo en voz alta supusiera que se haría realidad.

–¿Tal vez no pueda andar? –La madre preguntó alarmada mientras agarraba la mano de su hijo y lo miraba con lágrimas en los ojos.

–Tal vez no pueda ni mover sus brazos. –La voz de Smythe se rompió al reconocer eso. No pudo resistirlo más y comenzó a llorar.

–No perdamos la esperanza... ¿Has estado solo todo este tiempo? –El mayor quiso saber.

–Santana, Britt y Rach se han pasado, pero no he querido que se quedaran mucho. –Sebastian reconoció.

–¿Por qué no? –Pam cuestionó.

–No me gusta que me vean así. –El castaño se encogió de hombros.

–Pero vamos a necesitar a las personas que nos quieren a nuestro lado... Tendremos que ser fuertes y seremos las personas en las que Blaine se apoye cuando despierte... Necesitamos en quién apoyarnos nosotros también. –La mujer sonrió con tristeza.

–¿Qué ha pasado con Kurt? –El padre del herido tenía esa duda.

–No lo sé... Dejé a mi jefa que se encargara de todo. Por lo que me han contado, agarró a Blaine y... Para liberarse acabó en la calzada justo en el momento que pasaba el taxi. Supongo que estará en la calle, no fue intento de asesinato, al menos no lo parece... –El joven explicó.

–Te veo muy tranquilo. Sabiendo todo lo que sé sobre Kurt y su relación contigo, esperaba que estuvieras más enfadado. –La madre se extrañó.

–Lo estoy... Por el bien de todos, espero no encontrarme a Hummel... Pero sé que tengo que informaros con imparcialidad, necesitáis conocer la información... ¿Qué sabéis de mi enemistad con Kurt?

–Blaine nos contó todo sobre vuestro pasado. –La señora Anderson respondió y se dio cuenta de que el otro se había sonrojado, algo que sabía que era poco habitual.

–¿Todo?

–Relájate... No te vamos a juzgar por una broma de adolescentes que se te fue de las manos. Has hecho mucho más para ayudarlo que aquél error. Hemos visto que amas y proteges a Blaine y es todo lo que pedimos... El pasado, atrás queda. –Pam sonrió.

–Gracias.

–Ve a descansar... Nosotros estamos aquí ya y Cooper está de camino. Si hay algún cambio, te avisamos. –James propuso.

–¿Estáis seguros? –El futuro abogado quiso saber.

–Tranquilo, nosotros lo cuidaremos bien. –El mayor comentó.

–No tengo dudas sobre eso... Llamádme si hay algún cambio, sea cual sea. –Smythe pidió.

Al salir del hospital, cogió un taxi y suspiró. Llevaba dos días en esa habitación de hotel, esperando a que Blaine despertara. Había avisado a los padres de su novio, pero habían tardado casi 48 horas en conseguir llegar a la ciudad de los rascacielos.

Se sorprendió al pasar frente al teatro donde, hasta el accidente, su novio había trabajado. Había flores y velas y varias personas estaban allí, junto a la salida de los actores. Pidió al taxista que parara y le pagó antes de bajarse. Necesitaba saber qué era lo que pasaba.

–¿Qué ocurre? –Preguntó a una mujer que acababa de dejar una rosa blanca.

–El actor que protagoniza esta obra está grave en el hospital. Su exmarido lo lanzó contra un taxi. Es nuestra manera de mostrarle su apoyo... Tanto a él como a su familia.

–Tuve la suerte de verlo. Tiene tanto talento... Ojalá pueda volver pronto. –Un hombre añadió, a su lado. Él había dejado una nota de ánimo.

El corazón de Sebastian se aceleró. Estaba tan orgulloso de que, en tan poco tiempo, su chico hubiera tocado tantos corazones. Sacó el teléfono para sacar fotos.

–Me encargaré de que les llegue vuestro cariño.

Mi Salvador (Seblaine boyxboy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora