【5】

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YoonGi.

¿Era ese el momento en el que debía empezar a preocuparme?

Llevaba cerca de media hora mirándolo. El animal sólo se quedaba tumbado en el suelo; si no fuera por el leve movimiento de su cuerpo debido a su respiración, hubiera pensado que estaba muerto.

Diez minutos después, decidí que ya bastaba de hacer el imbécil, y que ya era hora de mostrar la mínima preocupación por aquel perro, que se suponía que ahora iba a formar parte de mi día a día.

«Por tu culpa podría pasarle algo», me dije, enfadado conmigo mismo. «Deja por una vez tu fachada de chico al que le da igual todo y haz algo con el pobre animal».

Así que, me levanté del sofá, me acerqué a mi nuevo compañero y me arrodillé junto a él.

—Perdona por no haberte hecho caso, seguro que lo estás pasando muy mal —murmuré decaído acariciando su lomo. Solté un largo suspiro y cerré los ojos-. Yo no soy así, te lo prometo...

Decidí que me quedaría junto a él para observar si le sucedía algo nuevo -tal vez incluso despertaba- y para cubrir cualquiera de las necesidades que pudiera tener.

[...]

Está bien, el perro tenía toda mi atención. Y puede que no lo fuera a admitir, pero realmente me quité un peso de encima cuando lo vi abrir sus ojos lentamente, y ponerse de pie.

Estaba bien. Ya no había por qué tener miedo.

Me encontraba tan sumido en mis pensamientos que oír el timbre de mi casa me hizo sobresaltarme. No esperaba visita.

Como pude, me acerqué lentamente para abrirla y encontrarme a un sonriente Hoseok parado en frente de mi hogar.

—¿Hoseok? —le llamé, como preguntándole el por qué de su visita.

—Los chicos me dijeron que viniera —explicó, y su sonrisa se fue borrando—. ¿Te molesta?

—Oh, no, Hobi, pasa, pasa —me hice a un lado para que el chico pudiera entrar en mi casa. Y no, no me molestaba en absoluto. Hoseok era uno de los pocos chicos que no me sacaban de quicio. Uno de mis mejores amigos. Por supuesto que no me molestaba.

J-Hope entró tranquilo; ya estaba acostumbrado a venir aquí.

Cuando estaba a punto de cerrar la puerta, unas voces –más bien unos gritos– hicieron que me detuviera.

—¡Para, para, Suga! —definitivamente esa era la voz del ruidoso Taehyung—. ¡No cierres la puerta, que vamos!

Rodé los ojos para luego observar como Taehyung y Namjoon entraban a mi casa sin ninguna vergüenza con esos dos animales.

Suspiré y los miré con curiosidad.

—¿Puedo preguntaros a qué habéis venido? —inquirí, fingiendo molestia. Pero no estaba enfadado. Después de todo, ellos son los amigos con los que uno puede contar.

—Oh Yoongi, qué malo~ —Tae hizo un puchero supuestamente tierno. Y digo "supuestamente" porque lo único que me causaba era diversión—. Sólo venimos a ver a nuestro gran amigo~

Reí, acción que copiaron el resto de mis amigos.

—En realidad hemos venido a advertirte de algo —habló Namjoon, esta vez dando más seriedad al asunto.

Levanté una ceja, como diciendo "explícate". Y así lo hizo... bueno, o lo intentó.

—Primero de todo, no queremos que te asustes, ¿sí?

『Híbridos』➼BTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora