Capítulo 37

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~Hace 21 años~

Narra Aleena

Me retuerzo las manos con nerviosismo mientras espero a que mi amiga peli-rosa salga del cuarto de baño y me de una respuesta de una vez por todas. El condenado suspense está matándome lentamente a cada segundo que pasa.

Debía calmarme y ser positiva con respecto a los resultados, no importaba cuales fueron. Ella está para mi cuando la necesitaba y yo estaba ahí para ella cuando me necesitara, ambas encontraríamos una solución.

Mis pensamientos fueron interrumpidos por la eriza quien salía del cuarto de baño, un poco pálida pero con una deslumbrante sonrisa pintando su rostro.

—¿Y bien?

Su sonrisa se ensancha más (si es que es eso posible) y empieza a dar saltitos por toda la estancia poniéndome los nervios de punta.

—¡Rosaly ¿cuál fue el condenado resultado?!—chillo y ella me abraza.

—¡Voy a ser tía!—grita en mi oído mientras hace que salte con ella mientras una débil sonrisa se curva en mis labios.

Oh Chaos...

—E-Estoy embarazada—susurro sin apenas creerlo.

Llevo las manos a mi plano vientre y un par de lágrimas descienden por mis mejillas.

Estoy esperando un hijo de Jules y mío.

Maldición, ¿cuándo sucedió esto?

—¡Jules saltará en un pie en cuanto lo sepa! ¡te amará aún más!

Espero que así sea. Más que nunca necesito de su apoyo en este momento.

***

—Alee, amor ¿estas bien?—pregunta Jules mientras se recuesta conmigo en la cama y me abraza por la espalda al escucharme sollozar.

Hacía una semana me había hecho el test y desde que supe que si estaba embarazada empecé a evitar al erizo cobalto a toda costa.

Soy una cobarde, lo sé.

Mi excusa es que mi cabeza no dejaba de imaginar escenarios desde que Jules saltaba de regocijo ante la noticia de la espera de nuestro primer hijo hasta de él negando la paternidad y abandonándonos a mi y al bebé.

Una verdadera estupidez, ya lo sé.

Le daba cualquier excusa para evitar salir con él y para acostarnos. Rosaly y Margaret ya me habían amonestado por ser una completa cobarde y ser tan egoísta al no decirle al padre de mi hijo lo que me sucedía.

—Nena, si hice algo mal lo siento en serio. Hace un tiempo te he notado algo extraña y distante y no quería inquietarte pero me duele que estés sufriendo y no me cuentes el motivo—musita afligido mientras me da pequeños besitos en la mejilla.

Mi corazón se rompe un poco más ante su desconsuelo. Me odio por hacerle sentir culpable por algo que en realidad es culpa mía.

—Tú no me has hecho nada, Jul. Al contrario, he sido yo la que me he alejado por una tontería—sorbo por la nariz y me vuelvo haciendo que nuestros rostros queden a escasos centímetros.

Él, con mucha delicadeza, me limpia las lágrimas estancadas en mis mejillas con sus pulgares sin apartar sus ojos de los míos.

—¿Qué te sucede?—pregunta con suavidad, haciendo que trague con esfuerzo.

Es ahora o nunca.

—Debo decirte algo importante pero por favor no te alteres ¿si?—asiente y suspiro profundamente antes de soltar:—Estoy embarazada.

¿Comprometida Con Mi Mejor Amigo? SonAmy (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora