Dos horas antes
En algún lugar en el corazón de Nuva, una criatura similar a un conejo con ojos de mapache se escabulló a lo largo de una rama. Saltó hacia otro árbol y, entonces, se detuvo. Sus largas orejas se tensaron y el animal se giró hacia un hueco que había entre dos árboles. Se quedó mirando fijamente el barro durante unos instantes hasta que vislumbró una pequeña pompa surgir en la superficie. A continuación, otra pompa de aire, más grande que la anterior, estalló. Y luego otra. Y otra. Pronto, la superficie del enorme charco de barro parecía bullir de pompas, como una bañera repleta de agua caliente.
—AAAAARG.
Un monstruo de barro surgió del centro de la charca mientras las arenas movedizas se desplazaban hacia los lados como un volcán en erupción. El animal, que aún permanecía observando el barro, emitió un chillido antes de salir corriendo en busca de un lugar seguro, esquivando el barro que caía en gotitas.
Coby dio una bocanada de aire mientras sostenía su espada con ambas manos. A pesar de estar cubierta de barro, el arma emitía aún algo de brillo, ya que el sol cazaba partes de la hoja espada que quedaban expuestas. El pecho de Coby subía y bajaba con violencia. Un segundo más ahí abajo y habría sido hombre muerto.
Caminó fuera del barro y dio un salto hacia una de las ramas del árbol más cercano. Limpió su espada en una zona cubierta por el musgo en un esfuerzo porque volviera a estar reluciente. Después, la envainó y puso las manos en su cintura.
—Ese maldito... —susurró a la vez que miraba a su alrededor— ¡Tengo que hacerle pagar por esto! ¡Soy un marine! ¡Le cortaré en pedazos y los tiraré al maldito barro que hay en esta isla!
De repente, algo cayó desde lo alto de una rama. Coby no tuvo tiempo de esquivarlo y le cayó sobre la cabeza. El golpe le hizo trastabillar hacia atrás y cayó sobre su trasero. Algo muy pesado le había caído encima, por lo que se sentía confuso y un enorme chichón surgía desde lo alto de su cabeza.
—¡Aaaahhh!
—¿Pero qué? —Coby abrió los ojos de par en par al escuchar un grito. Aquella era una voz femenina. Era una niña.
—¡UN MONSTRUO! —gritó la pequeña, lanzando su puño contra Coby sin dudarlo ni un instante. Sin embargo, la pequeña no calculó bien, por lo que golpeó al aire en vez de a Coby.
—¿A quién llamas tú monstruo? —Coby gimió, intentando limpiarse el barro de la cara.
La niña parpadeó confusa.
—¿Eres tú ese chico?
—¿Qué chico?
—¿El chico por el que Seida gritó al pensar que estaba muerto? ¿Entonces estás vivo?
—¡Pues claro que estoy vivo! —Coby frunció el ceño hasta que...— Un momento, ¿Seida cree que estoy muerto? ¿Quién le ha dicho eso?
—¡Ese hombre! —gritó la niña— Ellos no sabían que yo estaba allí. Mi trabajo es vigilar la zona sur del bosque desde que avistamos un barco desconocido en la costa. ¡Yo lo vi todo! Pero no quise intervenir porque, de haber intervenido, nadie sabría dónde se encuentran todos ahora ni lo que habría pasado. Voy de camino al pueblo para informar de lo sucedido y que alguien viniera a ayudarme, pero creo que tú bastarás.
—¿Adónde se los han llevado?
—Tenías que haber visto a la pobre Seida... También le dijeron que otro chico había sido apresado. Seida estaba muy triste y luego ¡explotó!
—¿Qué Seida explotó? —Coby no daba crédito. Imaginaba que no era de forma literal...— En fin, gracias por la información, pequeña —Coby se puso en pie y le dio unas palmaditas a la niña en la cabeza.
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Justicia [One Piece] EN HIATUS
FanfictionSonrió de medio lado y, tras arrugar el cartel de recompensa, tiró el papel al suelo mientras caminaba por el pasillo del cuartel general. Él había cumplido su sueño de convertirse en pirata, pero, por mucho aprecio que le hubiera tenido durante aqu...