Epílogo.

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Hoy se cumplían dos días desde que Stiles y Derek hicieron el amor. Este último había rechazado la salida de Matías y le había aclarado amablemente que no serían nada más que amigos, que su corazón le pertenecía a alguien más. 

Derek Hale había hecho una decisión y era todo gracias a Isaac. 

Lahey, el chico de rulos rubios hermosos y su bufanda como siempre, lo había convencido a que luchara por él, le dio argumentos válidos para que regresaran, para que lo intentaran una vez más. 

Isaac no era un Sterek shipper en balde. 

El moreno parqueó su vehículo, un cámaro negro, frente a la casa de Stilinski. Luego, se desmontó y caminó hacia su puerta.

—Bien, Derek. No la cagues, ¿vale?  —se dijo a sí mismo. 

Respiró profundo, tomó valor y tocó la puerta. A los pocos segundos, el castaño abrió la puerta, se veía cansado, el pelo todo emburujado, con ojeras y los ojos algo hinchados. Había llorado toda la noche. 

—Vete—le ordenó. Iba a cerrar la puerta, pero justo cuando lo lograra, Derek puso el pie y se lo impidió. 

—Quiero hablar contigo. —manifestó el mayor, mirándolo estupefacto. No podía creer que Stiles se viera hermoso incluso cuando estaba hecho mierda.   

—No. —le respondió decidido el de ojos whisky. 

—Sí —le contraatacó el mayor, alzando una ceja. 

Stilinski lo miró por unos segundos, dudando. 

—Vale, pero que sea rápido. —dijo dejándolo entrar. Se iba a sentar, pero al ver que Hale permanecía parado, no lo hizo. 

—Vale, mira. No soy bueno con las palabras, pero lo intentaré. —comenzó a decir Derek, algo inquieto. Se sentía como la primera vez que le había pedido ser su novio.—Yo... lo siento, lo siento por todo. Lo siento por dejar que nuestra relación se hunda, lo siento por Matías, lo siento por hacerte sufrir, lo siento tanto... Pero debes entender que te quiero más que a mi propia vida. No sé que haría sin ti, Stiles. Sé que nuestra relación está más que jodida, pero podemos arreglarla, podemos intentarlo. Solo, por favor... démonos una oportunidad. —explicó el ojiverde casi llorando, no sabía como expresarlo todo pero eso intentaba. —Lo quiero todo contigo, Stiles. Quiero un futuro, quiero una familia. Pero nunca lo lograremos si no lo intentamos nueva vez. 

El chico lleno de lunares escuchaba atentamente, con los ojos aguados, sin creer todo lo que en sus oídos entraba. 

—Te amo, Pookie. Joder, te malditamente amo. —terminó diciendo el moreno acercándose al castaño. Lo besó. Se besaron. Un besó que significó muchas palabras, lo significó todo, como siempre. 

Después de que sus labios se unieran, sus frentes quedaron juntas. Eso significó lo que ni millones de palabras podrían decir, significaba que Stiles había aceptado todo, que volverían a estar juntos, a ser felices. Significaba que lo intentarían.  

Porqué no había otra salida. O era estar juntos, o era sufrir. Porqué ese era el problema: si no estaban juntos, simplemente significaba dolor. No serían felices, y ellos querían serlo. Siempre encontrarían algo, una canción, una película, lo más mínimo que les recuerde su relación. 

Quizás el destino no los quería juntos pero ellos lucharían contra él, y le demostrarían que su amor lo puede vencer todo.  

Sterek, querido Sterek, no importa lo que tengan o con quién estén, no importan las peleas y los corazones rotos, siempre habrá una conexión realmente increíble y fuerte entre ustedes dos.  

  

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She's not me. [STEREK, editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora