III

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Estoy sentando en el precipicio del mundo
admirando las celosías de los cielos
mientras tomo la cuchara con miel,
y la meto a mi boca.
No, no son los besos tuyos, no es tu abrazo, ni tu aroma.
Mas ahora, eres sentimiento disfrazado del recuerdo. Un hermoso recuerdo.

Estoy sentado en el precipicio del mundo,
admirando las auroras.
Sosteniendo mi alma en luto, que comienza a brillar con esperanzas conciliadoras.

Más aún así el vértigo
de tu silencio me agobia,
me entristece el alma
y también la memoria.

Aunque...

A veces, solo es a veces.

Encuentro la paz en este desierto de tu presencia
y me refugio en la cegadora tiranía de tu ausencia.
Pues a veces tu recuerdo me invade y es tranquilizador,
esperanzador
y motivador de los largos días
y cortas noches
en los que te pienso,
siento
y recuerdo. Un dulce recuerdo.

Estoy sentado en el precipicio del mundo,
esperando que la paz me llegue,
admirando tus fotografías
sosteniendolas en mis manos
mientras que con la memoria te acaricio.

Estoy sentado en el precipicio del mundo
eludiendo al dolor
sonriéndole a la vida
y admirandote lejana.
Esperando que algún día
llegue a encontrarme junto a ti, mi amada.

Cartas al infinitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora