Carta II

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Para el amor de mi vida

del primer amor de la tuya,

Cariño, el final se acerca a cuenta gotas, las mañanas son eternas pero también esperanzadoras. Te preguntarás ¿por qué?, y te tengo que responder.

El dolor se irá, el cansancio agotador, las náuseas, todo malestar. Solo anhelo encontrar tranquilidad.

Pero, hay una cosa que no me deja en paz, que recurre a mi mente cuando no estás, que me hace luchar, por un día, uno más. Y eres tú. Tu mirada taciturna, preocupada. Te ríes, sí, pero tus ojos reflejan el dolor, nuestro dolor.

Amor, un día, cuando pase el tiempo, veas atrás, a los recuerdos. Cuando veas el álbum de fotos, o facebook y sus memorias tal vez sientas dolor, pero no ese dolor angustiante, sofocante y depresivo. Será un dolor que tras los minutos te traiga un suspiro de esperanza.

Algún día, el dolor pasará. Tal vez llegue a ser un río de tristeza, o una llanura de melancolía.

No lo sé. Pero, tengo fe que pasará.

Que encontrarás la tranquilidad después del sufrimiento, que tus ojos volverán a brillar pizpiretos, amantes de la vida, como siempre.

Mantengo la esperanza, de que vuelvas a cantar. De que un día encuentres el amor y te vuelvas a casar. Que seas feliz, no solo por ti, si no por mi también, porque es lo que deseo.

Cariño, un día el dolor dejará de ser el protagonista, entonces deberás ser tú mismo y hacer lo que mejor sabes hacer, sé feliz, sé auténtico, sé tú.

Amor, quisiera poder estar ahí para verte. Tal vez, no lo sabemos. Todo después de la muerte es incierto.
Pero quiero que sepas mi verdad la que vivo desde hace tiempo, la que ha tomado forma, ni solo en pensamiento si no también en sentimiento.

Te llevo en mí, en mis sueños. En nuestra realidad, cerca o lejos.
Esa es mi verdad.

Y aunque esta tal vez sea la última carta, quiero que sepas que siempre tendrás cartas al infinito.

Letras de canciones, que te hagan recordar lo que es amar, cuidar y añorar. Libros que te hagan suspirar. Cuentos que tal vez un día a tus hijos leerás. Y estas letras que te dejo, no solo para no dejar de existir de algún modo en este mundo una vez que ya me halla marchado, si no para recordarte que te amo y que mantengo la esperanza de que quedarás en buenas manos. Las tuyas.

Cuídate mi amor. Ámate cariño. Que desde donde esté, siempre escribiré, aunque sean cartas al infinito.

Con amor L.

Cartas al infinitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora