Besos, recuerdos y maldiciones.

638 61 9
                                    

Después de convertir el living room de Matthew en una mini sala de cine, con cojines y mantas en la alfombra en frente de la colosal pantalla plana, hice cinco bolsas de palomitas mientras Matt compraba gaseosas y chetos y cosas asi.

Termine con las palomitas y las puse en un depósito tamaño jumbo y me fuí con ellas en brazos hacia la mini sala de cine.

Me aventé en el suelo y comí unas cuantas palomitas mientras esperaba al mariscal de campo.

Es genial tener a alguien para ti, que te consienta de la manera en que lo hace Matthew.

Le tenía aprecio, lo conozco desde... siempre. Nuestras madres eran y son muy buenas amigas. Mi tía Patty siempre ha dicho que no se morirá hasta que no vea a Matthew casado conmigo.

Mi madre dice lo mismo.

Dios Padre me salve.

Reconozco que Matthew es bastante atractivo. Demasiado.

Su nariz recta y fina, sus labios ni tan delgados ni tan gruesos, su sedoso y lacio cabello castaño claro casi rubio.

Pero nada se compara con esos ojos azules como el cielo, rodeados de espesas pestañas cafés.

Eran tan expresivos, profundos... intensos.

Y no hablemos de esos abdominales de acero y esos brazos del grueso perfecto.

Era un 1.92m de pura sensualidad.

Lástima que metía su pene en cualquier hoyo.

Conmigo a solas era tan dulce y sincero. Pero en la escuela era un completo idiota.

Aunque debo decir que me encantaba esa forma que tenía de ser único, sin temor o darle importancia a la critica de los demás.

Hacía todo lo que quería porque le gustaba y sencillamente no se privaba del placer de hacerlo.

El era tan... Carpe Diem, nena.

Siempre decía eso.

El sonido de una puerta siendo cerrada me sacó de mis pensamientos y me recordo el tremendo dolor de cabeza que andaba, producto de la insoportable resaca.

-Traje toda la sección de comida basura de Barny's.- dijo Matt entrando a la sala cargado de bolsas.

Barny's era una pequeña tienda de comestibles y también cafetería del viejo señor Barny.

Matt y yo amabamos a ese señor.

-¿Qué trajiste vaquero?.

-Doritos, Cheetos, Lays, Max, Puffels. Traje toda la jodida tienda. El señor Barny al ver toda la basura que llevaba solo sonrío y dijo: "Día de películas".

Solté una sonrisita y le indique con mi mano que se acostára junto a mi. El lo hizo y dejo las cuatro bolsas llenas de comida chatarra en el suelo.

-Voy a traer vasos y platos.- dije mientras me ponía de pie.

Al hacerlo Matthew me pego una nalgada.

Yo le dí una mirada de te-corto-las-bolas y el levantó las manos en seña de yonohicenada.

********************

Ésta era la tercera película que veíamos y yo estaba despatarrada encima de Matt, casi inconsciente de tanta comida basura.

Estábamos viendo "Tres Metros Sobre El Cielo", una película española bastante buena.

Oh, si, Mario Casas estaba bastaaante bueno.

Falling in youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora