Ebria y horny.

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Llevo exactamente dos horas sentada en el mismo maldito sillón.

Cuando llegamos a la casa, me pareció que sería interesante, incluso divertido, pero no.

En el momento en el que dimos un paso dentro de la mansión, John Canlentón se llevo a Anne por las escaleras.

Pensé que Fer se quedaría conmigo. PENSÉ.

En el segundo en el que los brillantes ojos azules y la enorme y blanca sonrisa seductora de Matthew White cruzó la puerta, Fernanda ya tenía las bragas abajo.

Estoy totalmente histérica y borracha.

Así es, borracha.

Han venido tres chicos a invitarme a bailar en estas dos horas y cuarenta y siete minutos, cada uno con un vaso rojo con cerveza en la mano.

He rechazado a todos. Pero me he quedado con la bebida.

Ana no ha aparecido, tampoco John. Asco.

Creo que tengo arcadas.

He cambiado de lugar para parecer un poco más interesante. Ahora estoy en la cocina, sentada en un taburete y con mi sexto vaso rojo en la mano.

Puedo ver todo desde aquí.

Desde como Fernanda y Matt se restriegan todo en la pista de baile, hasta los bellísimos ojos verdes que se acercan a mi cada vez más.

Mierda.

-Hola Moll.

-Que tal, Patrick.- digo, tratando de parecer lo más tranquila posible. ¡Oh, por Dios, es Patrick!.

-¿Porque no has bailado?.- pregunta él.

-Oh, porque nadie me lo ha preguntado.

El suelta una pequeña risa. Hermosa.

-Moll, he visto a tres chicos venir aquí a, practicamente, ponerse de rodillas para que aceptes un baile con ellos.- dice, mirandome con un deje burlón en los ojos.-¿No quieres bailar?.

-No me parece una buena ide...- me veo interrumpida por Patrick.

-No voy a aceptar un no por respuesta.

Antes de que pueda siquiera contestar, Patrick esta llevandome de la mano a la sala.

Oh... ¡El tomó mi mano!.

Cuando llegamos, suelta mi mano y pone las suyas en mis caderas. Si no estuviera tan borracha, ya me hubiera desmayado. Coloco las mías en su cuello.

Esto es lo más cerca que he estado de un chico jamás.

Esta es la cuarta canción que llevo bailando con Patrick. Nos movemos al ritmo de Talk Dirty de Jason Derulo.

Patrick me acerca más a él.

Bien, no importa lo borracha que este, eso hizo que me pusiera un poquito nerviosa.

En un segundo Patrick tiene sus labios sobre los míos y en otro después, los tiene sobre la pared a diez kilometros de mi.

Eso fue raro.

-Que rayos fue es...- me callo al ver a Matthew enfrente de mi con el ceño fruncido.

Ohh, maldito hijo de puta, le romperé ese bonito y redondo culo que tiene. Cabrón.

Pero antes de que pueda abrir mi boca, estoy sobre la espalda de Matt.

Mierda, mierda, mierda, mi trasero esta a la vista de todos.

Empiezo a chillar y a patalear y a darle golpes por toda la espalda.

Matt pone su chaqueta de cuero negra sobre mis nalgas.

Después de dar tres vueltas y esquivar a unas cuantas personas, deja mis pies, ahora descalzos, sobre el cesped.

Luego de dos minutos de estar parados los dos en silencio, me doy cuenta de que estamos en el jardín.

Un hermoso jardín.

¿Que rayos fue eso?.- digo con una mueca de confusión marcada en toda mi cara. Una mueca borracha.

-¿Porque demonios hiciste eso?- le.pregunto cuando la ira comienza a apoderarse de mi.

- ¿Sabes desde cuando quería que Patrick me besara? ¿CUANTO QUERÍA QUE ME BESARA?.

La cara de Matt se iba de tiñiendo de rojo a medida que asimilaba mis palabras.

-PERO SI EL CABRÓN CASI TE ESTABA VIOLANDO.

-Matt, solo me beso... un segundo y medio porque un imbécil más loco que un cerdo lo tiró a tres habitaciones de distancia de mi.

-TE TOCO LAS TETAS.

-NO ME TOCO NADA, TENÍA LAS MANOS A TRES KILOMETROS DE MI CUERPO Y YA DEJA DE GRITARME.

-TU DEJA DE GRITARME.

-NO, TU ERES EL Q...- y tenía sus labios encima de los mios, callándome.

No sé si era por mi estado de ebriedad o por su increíble atractivo pero lleve mis manos a sus omoplatos por encima de sus hombros acercándolo más a mi.

Su brazos y manos estaban por doquier, en mi cintura, caderas, en mi trasero, etc. No me importaba, estaba muy ocupada ursurpándole la vida a través de su boca.

Sentí como lamía mi labio inferior pidiéndome entrada, pero yo no se la concedí.

Jamás nadie ha metido su lengua en mi boca. A excepción de mi perro, twinky, ugh.

Él seguía pidiendo entrada pero yo mantuve mi boca firme hasta que el le dio un apretón a mi nalga derecha haciendo que yo diera un gritito de sorpresa, lo que el tomó como su oportunidad.

Oh rayos, esto se siente jodidamente bien.

Sus manos se desplazaron por mi trasero hasta mis muslos, levantandome del suelo. Yo lo rodee con las piernas en su cintura.

Es el momento perfecto para twittear #zorrafeliz.

El beso cada vez iba más acalorado y nuestras manos estaban por todas partes. Sus labios bajaron a mi cuello donde beso, lamió, chupo y beso.

Voy a desmayarme de placer.

Estaba en el éxtasis y cuando creia que nada podia ser mejor, el... se alejo.

-Qu... Que haces.- tartamudeo un poco aturdida. Muy aturdida.

-Estas ebria y tienes 14, no voy a violarte.

-Oh vamos Matty, no seas un maldito santurrón ahora.

Voy. a. matarlo.

-Estas borrach...

Lo interrumpí con un gruñido.

-Callate y termina lo que empezaste. Ya.

El trato de bajarme de su cuerpo pero yo me guinde con un agarre fuerte de el.

-Moll, bajate ahora.

-No.

-Si, baj... - lo calle mientras le succionaba el cuello.

El soltó un gemido. Así es nene, yo mando aquí.

Casi lo tenia cuando el me alejo e hizo un movimiento, que en mi estado me pareció magia, subiendome de nuevo en sus hombros.

-Matty juro que si no me llevas al cuartito de la sirvienta debajo de las escaleras y me satisfaces ya, iré a tu casa en la madrugada y sera para violarte.

El soltó una sonora carcajada mientras me daba una palma en el trasero.

Un segundo después de eso, todo se volvió negro.

Falling in youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora