Capítulo ocho.

406 22 6
                                    

Narra Diego.

Estaba cogiéndole la mano a Victoria, corriendo, tirando de ella y le había metido un puñetazo a Raúl, ni siquiera yo sabía cómo había tenido el valor suficiente para haberlo hecho. Cuando ya estábamos lo suficientemente alejados me paré e intenté recuperar el aliento, Victoria me estaba mirando y yo solo quería adivinar sus pensamientos. Al fin ella rompió el silencio.

-¿Por qué hiciste eso?

-Sé que él te ha hecho todo eso, vi que las cosas no iban bien entre vosotros y lo supuse, Raúl es un cabrón. – Dije mirándola a los ojos, los tenía llorosos y no me gustaba verla mal.

Ella suspiró.

-Pues sí, fue él, pero ¿qué cambiaría que os lo hubiera contando? Nada, el daño ya estaba hecho.

-Me dijo que mañana se iba a intentar a acostar contigo, y si no lo consigue sé a lo que va a recurrir así que tú no vas a ir a ningún lado con él, se lo contaré a Aurora y dormirás con ella y estarás con nosotros, te cuidaremos.

Vi que Victoria comenzó a llorar y la abracé, no me gustaba verla así, en aquel estado, porque es que a mí se me rompía el corazón así que intenté calmarla.

Narra Victoria.

Me puse a llorar de lo agobiada que estaba y de repente Diego me abrazó y mi cuerpo se estremeció, era una sensación extraña pero a la vez agradable, no quería que ese abrazo terminara, era lo que necesitaba. Me reconfortaba, me sentía segura así. Espera Victoria, ¿te gusta el abrazo o el hecho de que te lo esté dando Diego? Puede que ambas cosas me respondí a mí misma, era tan cuidadoso, tan protector, era adorable. A veces me gustaría ser Aurora.

Levanté mi cabeza y nos quedamos mirándonos a los ojos un par de segundos, parecía que nos íbamos acercando cada vez más pero escuchamos nuestros nombres en una voz conocida.

-Aurora ¿qué haces aquí?- Dice Diego un poco nervioso.

-Estaba dando un paseo y os he visto. ¿Qué hacéis vosotros aquí?

Le conté lo sucedido detalladamente desde la noche que Raúl me pegó y su cara era de un asombro y enfado a la vez. Me abrazó y yo le devolví el abrazo.

-Tú te vas a venir a dormir a mi casa y vas a estar con nosotros. – Dijo Aurora en forma de orden.

-Eso le he dicho yo. – Dijo Diego.

Aurora le sonrió y le dio un beso, éste se lo devolvió.

-Gracias por cuidarla feo, luego hablamos que me voy con ella. – Le dijo Aurora, le volvió a dar otro beso en modo de despedida y nos fuimos juntas.

Ella sonreía todo el rato, se la veía enamorada y yo pensando que me gustaba Diego hace un rato, soy un desastre, de amiga y de todo.

-¿Estaremos solas en casa?- Dije solo por pensar en otra cosa.

-No, estará mi hermano también. – Me sonrió de manera pícara.

Las dos nos empezamos a reír.

Carlos, el hermano de Aurora era un año mayor que nosotras, siempre que iba a su casa a dormir tonteábamos mucho, la verdad es que era guapo y al final siempre conseguía que nos acabáramos liando, pero verdaderamente si pasa esta noche no haría nada malo porque lo que teníamos Raúl y yo lo ha concluido Diego con su puñetazo. Ojalá pudiera tener una relación como la de Diego y Aurora, alguien que me quisiera así.

-Victoria, ¿te importa si invito a Diego a pasar la noche también? Él dormirá con mi hermano y tú conmigo, pero es para que no me dejes sola como siempre por Carlos. – Tras decir esto ella se comenzaba a reír y a hacer como si estuviera dolida.

-Claro que no me importa, además es tu casa, invítalo.

Ella marca su número rápidamente y tras un rato intentándolo convencer se ve que ha salido victoriosa.

-A las 10 viene a casa me ha dicho.

-Perfecto. – Le dije aunque estaba un poco pensativa de cómo iría la noche.

Eran las 10 y llegó Diego, nos pusimos una peli, compramos unas pizzas, yo me senté con Carlos en un sofá y él con Aurora en otro. Así pasó la noche, con Aurora dándole muchos besos a Diego, él que a pesar de que parecía no estar cómodo se los devolvía y Carlos que de vez en cuando me plantaba besos a mí sin venir a cuento, aunque yo también se los seguía y veía como Diego nos miraba de reojo y nervioso y eso me incomodaba un poco pero fue entretenida la noche, a pesar de todo.

Cuando acabó la peli nos acostamos a pesar de que ni siquiera le habíamos echado mucha cuenta. Yo me fui a la habitación con Aurora y rápidamente nos dormimos.

Me desperté en mitad de la noche y fui camino del baño aunque antes de entrar vi una sombra, resulta que era Diego.

Sin esperármelo se abalanzó sobre mí, me acorraló contra la pared y me besó, mi cuerpo sintió un cosquilleo que iba desde los dedos de mis pies a todas partes, en ese momento no pensaba en otra cosa y yo le devolví el beso.

Acabó de besarme y yo estaba sorprendida, estupefacta y un poco enfadada, también. Iba a decir algo pero él se me adelantó.

-Victoria, me gustas mucho.

Por si me olvidasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora