Capítulo trece.

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Narra Victoria.

Ya ha pasado una semana y no he vuelto a ver a Álvaro ni a hablar con él. Estuve toda la semana sin ganas de nada, solo pensando. Recibí como diez llamadas perdidas de Álvaro por día pero es que la verdad me da miedo hablar con él, no sé lo que pasó y tampoco sé muy bien si me gustaría tener algo con él. Quizás con él me vaya mejor pero es que tengo un miedo a los chicos ahora… Y con el único que no lo tengo es con Diego, ¿y si siento algo por Diego? No lo sé y además no debería… No sé qué hago pensando en Diego cuando tengo un problema mucho más grave, no me viene la regla, tengo una falta y ni siquiera me acuerdo de lo ocurrido. ¿Y si estoy embarazada? ¿Embarazada con 17 años? Dios no quiero ni pensarlo. Necesitaba hablar con alguien, así que llamé a Aurora.

-Aurora, ¿podemos quedar? Tenemos que hablar de muchas cosas.

-Sííí, por favor, te tengo que contar muchas cosas. Vente a mi casa que estoy sola.

-Vale, allí estaré.

Fui a casa de Aurora y nos sentamos a charlar.

-Empieza tú, Aurora.

-Sí, estoy deseando de contártelo, es que el otro día Diego me hizo una sorpresa increíble, fue el mejor día de mi vida y… lo hicimos.

No sé porqué pero al decir eso sentí un nudo en la garganta, no tendría porque sentirme así, es una buena noticia de mi mejor amiga. Joder Victoria para.

-Me alegro mucho Aurora. – Sonreí y le di un abrazo.

-Te toca.

-Pues verás… Yo es que tengo un problema.

-¿Qué ha pasado?

-Que… A lo mejor estoy… Embarazada. Tengo un retraso.

-¡¿Qué?!

-Es que el otro día en la discoteca me lié con Álvaro y no sé muy bien hasta dónde llegamos pero amanecí en su cama y con una camiseta suya y no sé…

-Bueno tranquila, que a lo mejor es falsa alarma, ¿lo sabes Álvaro?

-No, desde aquel día no he vuelto a hablar con él, aunque no para de llamarme pero es que no sé si me da miedo empezar algo con otro chico.

De repente sonó el timbre de la puerta y las dos nos giramos en dirección a la puerta.

Aurora se levantó y fue a abrir, cuando abrió la puerta y vi quien era pensé bien, en el mejor momento tuvo que venir.

-Hola Victoria.

-Hola Álvaro. – Y al decir esto salí y me encerré en el cuarto de baño porque tenía ganas de llorar.

Álvaro vino tras mí y no paraba de llamar a la puerta.

-Victoria, ¿estás bien? Pienso que tenemos que hablar, no sé que he hecho mal para que no me cojas ni una de mis llamadas. ¿Qué te he hecho?

Yo simplemente escuchaba, no me encontraba bien, solo tenía ganas de llorar así que eso fue lo que hice, llorar, hasta que escuché una voz que siempre me hace estar segura, esa voz que me recuerda a mi infancia cuando todo siempre iba bien, cuando nunca te preocupabas de nada, cuando tu mayor preocupación era no saber de qué color pintar aquel dibujo, esa maldita voz que últimamente no sale de mi cabeza y debería hacerlo, no puedo sentir cosas por él, ni siquiera sé lo que siento. Diego, joder, sal de mi cabeza.

Me arrimé a la puerta y escuché como saludaba a Aurora, de esa manera cariñosa como lo hacía él. Después no sé qué pasó pero cambió su tono de voz dirigiéndose a Álvaro y diciéndole que tenían que hablar, ¿habrá pasado algo entre ellos?

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Perdonad, sé que es corto pero no tengo mucha inspiración pero tranquilos que lo antes posible volveré a subir, gracias por leer y si queréis alguna dedicación o cualquier cosa comentad :3.

Por si me olvidasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora