Losing My Religion. LS

Hannah.

—Hueles rico. Tienes un olor como a vainilla, combinado con perfume. —Comentó la chica olfateando al castaño mientras lo abrazaba fuertemente. — ¿Gracias? —Expresó con una pequeña sonrisa de lado observando como la rubia cerraba los ojos fuertemente cuando la rueda subía a lo más alto.

La rueda finalmente se detuvo y ambos chicos bajaron, Louis ayudó a Hanna a bajarse y tomó su mano sutilmente, ella claramente no quería soltarla, a él no le molestó del todo, creía que Hanna era muy genuina y agradable, una linda persona por lo poco que la había tratado pero sabía perfectamente que jamás lograría sentirse de otra manera junto a la joven. El día se había ido volando, ya eran las 7:00pm, Jay iba a matarlo por no haber llegado a casa a almorzar.

— ¡Demonios! Mamá va a matarme, no fui a almorzar y más que lo había preparado especialmente para mí. —Tocó su pecho fuertemente sintiéndose culpable. —Oh que tierno te ves preocupado, todo es mi culpa, yo te hice acompañarme a todos lados, en serio lo siento, hablemos con tu mamá, le diré que todo fue mi culpa, démonos prisa, se nos hará más tarde Lou. —Se apresuró a tomar la mano del ojiazul y salieron corriendo.

*

—Tu hermano me va a oír, es tardísimo, ni siquiera me aviso, no vino a comer, le daré una buena sermoneada a ese jovencito. —Expresó Jay más que furiosa.

—Seguramente se quedó tonteando por ahí, no te preocupes tanto ma, él ya es mayor. —Rodó los ojos Lottie mientras trataba de calmar a su madre.

—Sí Charlotte pero no se tomó la molestia de tan siquiera avisarme, hice el almuerzo especial para él, espero que venga a cenar, en verdad que Louis ve va a oír.

La mujer continuaba regateando cuando se escuchó el sonido de la puerta abrirse, y claro ahí estaba él, junto con Hanna, su madre no tenía idea de quien era esa muchacha tan bonita.

—Louis, ¿ya viste la hora? ¿Por qué ni siquiera me avisaste? ¿Y quién es esta jovencita? —Lo sermoneó bastante alterada. —Lo siento má pero tuve varios inconvenientes y... —Lo interrumpe Hanna. —Todo fue mi culpa señora, verá, me llamo Hanna vivo a unas casas de aquí, llevo apenas un mes viviendo aquí, el otro día conocí a Lou, creo que es bastante guapo, entonces casualmente lo vi hoy y le dije que me acompañara porque estaba sola él aceptó y básicamente lo obligue a ir a todos lados, no lo regañe por favor. —Louis se quedó expectante y ya no supo que decir.

—Oh bueno cielo, no se preocupen, pueden comer ahora, siéntense, estás invitada Hanna, preparé Lasagna, espero que te guste. —Jay le regaló una enorme sonrisa a la rubia. —Por supuesto que me encantará, la lasagna es mi comida favorita. Hanna ayudó a servir los platos y la comida, se sentaron a degustar la comida, Jay platicaba constantemente con Hanna y todos parecían encantados con ella, a pesar de que apneas la estaban conociendo, finalmente terminaron de comer y se despidió de todos y agradeció a Jay por ser tan amable y Louis acompañó a la rubia hasta su hogar.

—Todos fueron bastante agradables, gracias por acompañarme Lou, eres un lindo, nos vemos, ¿me llamas sí? —Le depositó un beso en la comisura de sus labios, Louis se apartó algo asustado, Hanna era bastante aventada y vaya que sí lo era.

—No hay de qué, nos vemos Hanna. —Se despidió de la chica sin expresión alguna y caminó nuevamente hacia su hogar, no dejaba de pensar en Harry ni un maldito segundo, pero lo más triste es que pensaba que a Harry le importaba una mierda.

*

— ¿Qué les pareció el asado? A tu abuelo le encantó, ¿Qué opinas tu Harry, cariño? ¿Harry? —Interrogó nuevamente su abuela algo confusa por la actitud de su nieto. Harry siempre era un chico bastante atento y solo se comportaba distraído cuando algo le sucedía, eso le preocupaba bastante a su abuela.