Losing My Religion. LS

Caitlin.

La pelirroja se avecinó a casa de Louis, el frio había cesado, se quitó uno de los tantos sweaters que llevaba puestos, la nieve comenzaba a derretirse, iba a pasos lentos, hasta que finalmente llegó a casa del ojiazul, tocó la puerta dos veces, esperando a que le abrieran, en eso salió Jay con una sonrisa hacia ella.

—Hola, buenos días Jay, ¿está Lou? —Preguntó suavemente.

Lorette, cariño, tiempo sin verte, pasa, estás en tu casa. —Dijo genuinamente y le da un abrazo.

—Muchas gracias, me alegro de verle de nuevo, ¿Cómo ha estado? —Dijo sintiéndose algo apenada.

Pues no me quejo, ¿Qué tal tú? ¿A qué se debe tu visita?—Inquirió amablemente.

—Ah, es que quiero hablar con Lou. —Respondió sin dejar de sonreír.

Está en su habitación, puedes subir a verlo, pero siento que algo le pasa, no me quiere decir, ¿no sabes algo? —Preguntó preocupada.

—Emm, no, para nada, iba a preguntarle cosas del trabajo. —Mintió.

Oh bueno cielo, cualquier cosa me dices, por favor, este muchachito me saca de quicio, ¿no quieres desayunar? Hay huevos, waffles, muffins y té.

—Muchas gracias, pero ya desayuné, en serio gracias Jay, que amable.

Está bien, sube a ver a Lou, estaba algo enfadado.

—No se preocupe, yo sé cómo manejarlo. —Le guiñó un ojo.

Lorette subió las crujientes escaleras de la casa, llegó al segundo piso y divisó la segunda puerta, que era la habitación de castaño, vio que tenía un poster de "The fray" pegado en la puerta, tocó dos veces y espero a que Louis abriera la puerta.

— ¿Quién es?

Soy yo, Lorette Lou. —Dijo suavemente

—Pasa. —Dijo afligido

La pelirroja se adentró a la habitación, que sorpresivamente estaba hecha un desastre, había bolsas de papas fritas, recipientes de refrescos, ropa tirada, etc. Y ahí estaba él, con lágrimas en los ojos, enormes bolsas debajo de ellos, y sostenía una taza de té.

—Disculpa por este desastre, no tengo ánimos para hacer el aseo de mi habitación, no tengo ánimos para hacer nada. —soltó en llanto.

Lou, Lou, no sabes cómo odio verte así, tan frágil, tan afligido, no por favor, no llores. —Se acercó a darle un abrazo.

—Es imposible, me duele tanto.

No me has dicho que pasó con él. —Preguntó preocupada y sobándole la espalda.

Pues mi más grande erro fue enamorarme de él y yo de tonto que creí que me quería, no fue así. —Dijo entre sollozos.

Louis. —Tomó su mentón. Sé que Harry te pegó fuerte, nunca habías estado así por alguien, ni siquiera por Austin, ¿recuerdas? A veces el corazón simplemente se deja llevar, me pasó, lo sé a todos nos ha pasado, no te culpo, él llegó con su sonrisa y ojos verdes sin imaginar que te cautivaría a ti. Aún no sé qué sucedió, pero apuesto que él no tiene idea del maravilloso ser humano que eres, ¿recuerdas cuando me gustabas? Pues bien, tú me cautivase, lo recuerdo bien, porque eras tan tú mismo, tan divertido, positivo, seguro, pero desde Harry cambiabas bruscamente de ánimo, de todo, llegaba a extrañar tanto al chico divertido que solías ser, no me gusta verte así, me duele también, eres mi mejor amigo. —La pelirroja fue al baño a tomar un poco de papel higiénico y secó las lágrimas de Louis. Ahora dime que es lo que sucedió, todo parecía marchar a la perfección sigo sin entender. —Dijo desconcertada mientras daba suaves golpes debajo de los ojos del castaño.