Sospechas acertadas.

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Dejemos de llorar y tomemos nuestro chocolate que está a punto de enfriarse. —Habló mientras sorbía su nariz. —No estoy llorando, ¿Cómo crees? —Comentó irónicamente mientras secaba sus mejillas. —Tonto, antes de que te vayas, ¿podemos ir a mi casa? Quiero mostrarte un juego de mesa que compré, te encantará, también podemos jugarlo un rato, ¿Qué dices? —Comentó la rubia con emoción. —Por supuesto, sólo déjame avisarle a mamá. —De acuerdo, pero le llamas después, tenemos una charla pendiente. —¿Ah sí? ¿De qué o qué? —Fingió no saber nada. —No te hagas Louis, sabes muy bien de que, de Harry. —Y ese, ¿Quién es? —Habló con sarcasmo. —Ya Louis, me tienes que decir, yo te cuento todo. —Expuso molesta. —Agh, de acuerdo, él jugó con mis sentimientos, creí que le importaba y no fue así, hace ya un mes que lo vi con su ex novia besándose y de eso no volvió a buscarme, ni me dio explicación alguna, creo que la respuesta es evidente. —Relató con frialdad. —Cielos, lo siento mucho Lou, que tonto el Harry, con todo respeto. El castaño rio por lo bajo. No importa, ya no quiero hablar sobre él, vámonos debo hablarle a mamá. —De acuerdo Lou.

*

Habían pasado dos meses, dos largos meses, en el transcurso de este tiempo Louis había perdido completamente la esperanza de que Harry volviera a buscarlo, día a día se sentía cada vez más destrozado, aunque no lo aparentaba, lo único que le levantó el ánimo fue que Lorette haya vuelto a hablarle.

Louis puedes pasarme la caja de donas, ¿por favor? —Preguntó amablemente la rojiza. —Espera, ¿me hablas a mí? —Preguntó sorprendido. —Sí Louis. —Rio —Aquí tienes, ¿ya no estas enojada conmigo? En verdad lo lamento mucho, sé que me pasé de arrogante e insoportable, tú no tenías la culpa de nada, siempre intentas ayudarme y siempre me porto como un patán en serio lo siento. —Se disculpó sintiéndose bastante arrepentido. —Ya no estoy enojada Louis, de hecho hace mucho que dejé de estarlo, sólo quería darte una lección, no creas que no estuve pendiente de ti, estuve lejos de ti de forma física, pero estuve al pendiente mediante varias personas, le llamaba a Jay constantemente, y le decía que cualquier cosa que te pasara o algo que necesitaras me dijeras y estaría dispuesta a apoyarte, no soy tan mala amiga después de todo, observaba constantemente tus ánimos, jamás podría abandonarte, te quiero Lou. —Oh Lore, no tienes idea de cuánto te extrañe y como me dolió tu indiferencia, pero no importa, lo importante es que estas aquí. —Dijo mientras se le resbalaban pequeñas lágrimas. —Oh vamos tonto, no llores, me siento culpable ahora. —No por favor, ya dejaré de llorar como niña. —Habló mientras secaba sus mejillas. —Y bien... he visto que sales últimamente con una chica, bastante bonita, al parecer ella se ha vuelto tu nueva mejor amiga. —Comentó tratando de sonar lo menos celosa posible. —Ya sé a qué va esto, pero no te preocupes tu eres muy especial para mí, ella también lo es, ambas, están en cada parte de mi ser, sólo que ella es diferente, por ella siento un cariño especial, no sé si se deba a que pues... bien. —La pelirroja lo interrumpió. ¿Te gusta? —Arqueó la ceja sonando bastante sorprendida. —Oh no, sabes perfectamente que no me gustan las mujeres, jé. —Dijo lo más suave posible. —Entiendo, pero al parecer ella no se siente de la misma forma, es decir, se súper nota que le gustas mucho. —Así es, me lo dijo, ella es una chica muy sensible y dulce, se ha vuelto especial. —Me alegra que la aprecies tanto, pero no olvides que yo soy tu principal mejor amiga, no me cambies. —Le guiño el ojo y bromeó. —Lo sé, es sólo que ella tiene un problema y me siento mal de no poder hacer nada por ella, es decir, ella me ha estado levantando el ánimo todo este tiempo, yo sufriendo por pequeñeces cuando el problema de ella es mil veces peor que el mío. —Dios, ¿Qué pasa con ella? ¿Está bien? —Preguntó inquieta. —Ella, ella tiene cáncer. —Dijo tratando de contener sus lágrimas. La pelirroja cubrió su boca con ambas manos. —No puede ser, ella se ve tan feliz, tan positiva, tan buena, no es justo Louis, no lo es. —Lo sé perfectamente, me duele porque la aprecio muchísimo, mientras yo lloraba como idiota por alguien que no puede ver que valgo la pena, ella siempre me dice que valgo mucho, que quisiera salir conmigo, quisiera hacerla feliz, pero no puedo, no puedo hacer nada por ella, yo soy así, no puedo cambiar, no puedo verla como algo más, si pudiera no lo dudaría, pero aún tengo a Harry enterrado en mi corazón. —Ya olvídate de ese tipo, ahora me cae muy mal. —Puso los ojos en blanco. —Oh no, no tiene por qué caerte mal, no te ha hecho nada malo, yo fui el culpable de todo, fui yo el que se ilusionó. —Pero él te dio alas, en fin ya no hablemos de ese tipo, sólo trata de hacer feliz a Hanna, ¿así se llama no? Bien, sé su amigo, no la dejes sola en ningún momento. —Jamás lo haré lo prometo. —Bien, que tal si tú y yo nos vamos a comer un deliciosos helado y así te digo muchas cosas que debo contarte. —De acuerdo, vamos.

*

El sol brillaba como nunca en Cheshire, todo indicaba que era un bonito día, y así lo era, afortunadamente el abuelo de Harry logró reponerse de su enfermedad, había respondido bien a las quimioterapias, pronto estaría mucho mejor, Harry estaba muy contento, adoraba ver bien a sus abuelos, terminaron de almorzar unas deliciosas empanadas de Cornish, se dirigieron a lavar los platos y finalmente llegó la hora de irse. —No duden en llamarnos por cualquier cosa, ya sabes mamá, estoy tan feliz de que ya esté mejor, ya tenemos que irnos, las clases en línea de Harry ya finalizaran y le toca regresar a la universidad, además hay asuntos pendientes que debemos resolver en Londres, ya abandonamos mucho tiempo a Robín. ¿Ya están las maletas en el auto Harry? —Preguntó Anne amablemente. —Ya está todo listo má. —hijos, despídanse de los abuelos. Gemma y Harry obedecieron y finalmente emprendieron su camino a Londres.

Estoy muy agradecida por el tanto apoyo que dieron mis amores, en verdad estoy orgullosa de ustedes, cuidaron y velaron por su abuelo, agradezco a Dios porque tengo el privilegio de tenerlos como hijos, los amo. —Nosotros a ti mamá. —Respondieron ambos al unisón. —Los llevaré a almorzar a The Five Fields su lugar favorito desde que son niños. —Qué bueno má, tenemos algo de hambre. —Bien pues vamos. Harry estaba ansioso por llegar a la ciudad, quería correr e ir a hablar con Louis, tenían demasiadas cosas que aclarar, al llegar al lugar, tomaron asiento y enseguida un hombre alto y algo mayor les atendió, finalmente ordenaron y continuaron platicando. —Harry cielo, ¿pasa algo? Todo el camino has estado demasiad pensativo, ni siquiera estas conversando con nosotras. —No, no pasa nada, ¿de que hablaban? —Déjalo má, está ansioso por llegar y ver a Louis. —Habló Gemma. —¿Eh? ¿Louis? Ese muchachito ni siquiera te ha llamado para saber que ha sido de ti en estos dos meses, ¿Qué clase de amigo es? —Expresó algo disgustada Anne. —No, no es eso, es una larga historia, por eso quiero hablar con él, cuando este todo resuelto de explicaré. —El mesero llegó con la comida, luego de esperar un poco, a los pocos segundos comenzaron a comer. —¿Resuelto? A ver Harry explícame exactamente cuál es tu relación con ese jovencito, realmente me interesa saberlo. —Expresó Anne mientras tomaba un sorbo de su vino blanco. —Mm, bien, oh, mamá creo que este no es el lugar indicado para hablar de eso. —Dijo mientras jugaba con sus manos, eso significaba que estaba muy nervioso. —Harry estás jugando con tus manos, ¿Por qué te pones nervioso? Soy tu madre, tienes que decirme las cosas, ¿no confías en mí? —No, no es eso, es que siento que el lugar no es el adecuado, sólo eso, no tienes de que preocuparte. —Comió un poco de ensalada para evitar seguir hablando. —Harry amor, dime, me estas preocupando, además, ¿Qué importa la gente? Pueden opinar lo que se les venga en gana, sabes que eso a mí me tiene sin ciudad, lo que me importa realmente, eres tú, así que habla de una vez. —Está bien, es que, es que estoy enamorado de Louis. —Habló finalmente, Anne no parecía sorprendida, Gemma tampoco. —Bien, me lo esperaba. —Expresó algo inconforme. —Harry no te voy a juzgar ni nada de eso cariño, sólo dame tiempo para asimilarlo, te amaré igual siempre, quiero que seas feliz, lo he venido sospechando desde que él apareció en tu vida, nunca habías mostrado tanto interés en alguien, dejaste ir a Caitlin, no me preguntes como es que lo sé, pero todavía tenemos ese tema pendiente, ahora al grano, ¿Qué pasó entre ustedes? —Precisamente por Caitlin, el día que fuiste a ver al abuelo, bien, yo lo invité a que se quedara en la casa íbamos a ver películas, cenar pizza etc, ese día fui a comprar snacks, entonces la vi, parada tocando la puerta desesperadamente, hablamos y entramos a la casa, mucho antes había hablado por teléfono con Louis, le dije que dejaría abierto para que entrara, porque posiblemente estuviera arriba en mi habitación y no lo escucharía, y ya ves que Caitlin y yo estábamos en la sala, al momento en que Louis abrió, nos vio a ella y a mi besándonos, salió corriendo y pues no me dejó explicarle nada, al otro día que estaba dispuesto a hablar con él, pasó lo del abuelo y tuvimos que irnos, hasta ahora no he podido hablar con él. —Pero amor, pudiste mandarle un e-mail o tan siquiera una llamada, no ves que creerá que lo dejaste ir así como si nada, tienes que darle una explicación hijo. —Le aconsejó de la manera más dulce. —Lo sé mamá, pero estas cosas se hablan en persona, no por e-mail, ni por teléfono, sólo espero que no sea demasiado tarde. —Sí en verdad te quiere, estoy completamente segura de que te entenderá. —Gracias por apoyarme mamá, a ti también Gemma, perdóname si te traté mal. —Sabes que lo que hago es porque te quiero. —Harry abraza a ambas y se le escapa una pequeña lagrima.

Losing My Religion. LSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora