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"Listo..."

Esa noche Sock y yo no tuvimos nada de lo que esperaba él.

Y me decidí a hablarle en la mañana.

-...Sock, no me siento preparado.- dejé un espacio.- perdón.

-oye Jonathan, eso no me importa, cuando estés preparado estaré para ti- sonrió y yo le abracé.

Y es que ¿existe un chico mejor que el?
Al instante recordé a Melto, y los besos que nos dábamos de pequeños, escondidos en el baño de la escuela diciendo que así sabríamos como besar a las chicas, el problema fue que sólo el lo usó con ellas, nunca tuve suerte en el amor, y es que no me importaba, hasta que llegó Sock y sus insinuaciones subidas de tono.

-¡Oye! ¿Escuchas? Dije que tus padres estacionaron el auto.

-¿eh? ¡¿Qué?!- se espantó- ven, vamos a mi pieza, te esconderás ahí.

-...aish, yo quiero presentarme ante mis suegros

-¡Sock, nada de bromas!

-ya, ya, que voy ahora mismo- fue corriendo a mi habitación cuando entraron.

-¡Hola hijo!- mamá corrió a abrazarme y mientras mi padre bajaba las maletas.

-¿No rompiste nada?- decía contento mi padre, ¿qué le sucedió? El no es así, de eso estoy seguro.

-...No, ni una sola cosa.

-Creí que no arreglarias en todo el rato que no estuvimos.

-bueno, ahora conocen mi lado perfeccionista, creo.- Sock, te debo mucho.

-...Tenemos mucha hambre, y estamos cansados ¿puedes hacer la cena? Traemos un poco de elementos básicos.

-Claro, no se preocupen- mi padre me contagió un poco su buen humor.

Hice la cena y todo fluyó con tranquilidad, pusimos todos la mesa, de saber que tendrían mejor humor después de viajar, probablemente les convencería todo el tiempo.

-Jonathan- mamá masticó un bocado.

-¿qué pasa? Los veo muy felices.

-...Tu madre tendrá un hijo, es sólo eso.- habló muy feliz mi padre con brillos en sus ojos.


Sock tenía razón, pero... ¿Otro? Ni siquiera supieron cuidarme a mi.

-oh, me alegra.- fingí un poco, sabía que terminaría siendo más mio que suyo, pero les di el gusto de ser felices.

-...Y gracias a la cercanía de tu pieza y la nuestra decidimos cambiarte la habitación por la de invitados.

No, no... Ahora sí que estoy furioso.

Me quedé callado, furioso. Por suerte yo sabía mentir.

Terminé de lavar los platos y fui a la habitación a quitar mis cosas, tenía mala cara, mis padres ya habían ido a dormir dandome la orden de quitar todo cuanto antes para arreglar y difundir la noticia a todos.

Ya había terminado, eran las 4:00 am, Sock estaba en mi cama, viendo el techo.

-Sock- le llamé- quiero tener sexo contigo.

-p..pero honey, me acabas de decir que no...es algo impulsivo. Mejor ven a dormir.

-No Sock... Estamos lejos, no escucharán.- Sonreí frustrado y burlón.

Haré lo mismo que ellos.

-Vamos Sock, ¿no quieres hacer tuyo a tu querido Jony honey?~

Lo acorrale.

-...no. - se hacía del rogar, yo lo sabía, a el le gustaba ser el primero en pedirlo y se le notaba.

-...Me suicidaré si lo haces.

-Te necesito vivo Jony, ¿como te voy a disfrutar si vas a trabajar por la eternidad a el infierno?

-Lo sabía.

El río, y después yo.

Me besó muy lento para luego respirar y dejarme caer a la cama, necesitaba a Sock, hoy más que nunca.

Me dio un casto beso y atacando mis labios me sacó algo de sangre.

El lo degustó tal sumo de naranja, sonrió ladino después de rozar su mano por mi masculinidad.

-...A alguien le alegra mi visita, eh Jhony~

No dije nada, sólo sentí mi cara arder.
Jamás creí que terminaría con un chico.

No hace falta narrar lo que sucedió esa noche, ni las siguientes noches por 9 meses, todas las veces distintas y mejor que la anterior, era algo que solíamos hacer semanalmente como podría serlo una tarea, pero mejor.

El Plan [Sockathan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora