"No seas tan duro por ahora"
Esa noche Sock no llegó a dormir. Cosa que no me extrañó, después de todo nunca sale de la casa, ya era tiempo que pensara explorar más.
Tal vez deba invitarlo a salir...
No, tú no eres así Jonathan.Reí ante mis ideas y revisé el reloj de la cómoda.
—7:00 am — suspire y me tallé los ojos con mis puños.— hora de ir al infierno~
Fui a el comedor para desayunar, bien arreglado con mi ropa de siempre y los cascos que Sock me compró en mi cumpleaños, que de hecho eran rojos, y si no fuera por el hecho de que me contó todo su esfuerzo utilizado frente a mamá, los habría cambiado, pero ella me obligó a usarlos y a dejar vivir a Sock aquí ya que sabe barrer el suelo y lavar su ropa, sin contar que sabe lavar platos, pero siempre solía "cortarse por accidente" y no me gustaba que Sock se lastimara.
—Buenos días John, dejé tu sándwich en la mesa. Espero que te alegres un poco, siempre tienes esa cara— me dio su mejor sonrisa.
—¿y Sock?— mamá le dice Max, pero me parece muy aburrido. Además me gusta creer que le hablo a un calcetín.
—Me dijo que fue a ver a sus padres. Volverá para cuando llegues, no te preocupes... Y por cierto, te vistes para ir al hospital, hoy está programado todo.
—claro, claro — le hice una señal de despedida y me fui.
El autobus aún no llegaba, miré a un lado, recordando cuando él me habló. Esas cosas raras de que era un demonio.
Una eternidad que duró dos minutos para todos menos para mi, pues seguía pensando en Sock, y en cómo él logró romper esa barrera de hielo para llegar a gustarme... No, no sólo me gusta, me encanta. Joder, todo lo que hace me parece adorable, como habla, como camina, como me abraza, como me besa. Ese niño no hubiera muerto si me hubiera conocido antes.
Una lágrima, dos lágrimas, fue lo que bastó para que el autobús se dignara llegar.
Entrar a la escuela, pasar de largo a mi clase. Leía la rutina y la seguía hasta que alguien llegó por detrás mio y me tapó los ojos.
—agh, mira Melto si crees que yo..— me volteó con un movimiento rápido y me besó. De esos besos que te dan a entender que quieren más que sólo eso. Lo seguí, Mephistopheles me guardará un lugar en el infierno, pues estaba pensando en Sock. Sus labios no eran iguales. Zack tenía pinta de "sólo una noche" y valla que lo parecía. Pero mi pequeño demonio era más mi estilo.
Sé separó de mi, entrelazando nuestras manos.
—¿me explicas que quieres?— hablé lo más normal posible.
—Quiero que seas mi novio.— levantó una ceja, mirando mis ojos azules y yo los suyos.
Rei nervioso.
—Disculpa, Tengo pareja.— tenía ganas de ponerme unos lentes de sol e irme caminando muy cool.
—¿y?— habló divertido — las "Z" y "a" son mejores que las "S" y "o" [habla de sus nombres, Sock=Zack]
—tengo que ir a mi clase...Lo siento—bajé la cabeza mientras caminaba apenado, ya no me sentía cool.
Pasé la clase entera pensando en ello. Melto no tenía el poco ego para dejarme en paz después de nuestra pequeña conversación.
Me dirigía al cementerio, tal vez vería a Sock ahí aún. Que tal y le gustaba ir a tomar fotos y matar un par de ardillas para liberar estrés, y por lo que sabía ahí estaban sus padres.
Sólo debía tomar el colectivo, lugar el cual al subir sentía una mirada, una mirada muy pesada.
Voltee buscando a Sock. Nada.
No era nadie, ni Melto ni él... Tal vez sólo cosas mías.
Al llegar no lo veía por ningún, lado, hasta que encontré su tumba.
"Me.
Napoleon Maxwell
Sowachowski,
Suicidio."Pude reconocer esos sollozos de fondo. Sock estaba detrás de su lápida.
—Nunca te quise ¿lo sabías? — ¿hablaba de nuevo con Mephistopheles?
—... Sock— dije casi en pregunta.
—¿ah?...—volteó a verme— jonny~ mamá te dijo que estaba aquí, ¿a que si?— se limpió las mejillas mientras me señalaba un lugar junto a él.
—¿haces esto muy a menudo?— lo evadi con una pregunta.
—¿hacer qué?— jugaba con sus manos temblorosas, no estaban llenas de sangre como imaginé.
Parecía pensar mucho sobre que decir, como si algo le evitara ser él.
—ya sabes, atormentarte con esto... Siento que es mi culpa.
—bueno, lo es... Después de todo tu linda cara me enamoró. — no sabía si reír, o no sé, irme volando a wonderland.
No culpaba a Sock por tener mal genio hoy, pero ciertamente me confundió un poco.
Pronto su apodo me parecía tonto.—mañana toda esta mierda e ideas se irá, ahora vallamos al hospital Max, un bebé va en camino.—