Mafuyu
Mafuyu
Mafuyu
MAFUYU
Los gritos no se detenían, aún cuando ella quería seguir durmiendo, seguir soñando que nada había pasado.
-Solo... 5... minutos... más...-
-¿Mafuyu? Gracias a Dios- la voz aliviada del médico, hizo que la foca abriera los ojos para ver que pasaba.
-Yuki ¿Dónde estamos?- preguntó, al notar que no estaba en su cama.
-En mi casa, la tuya fué destruida por el terremoto ¿Recuerdas?-
-N-no entiendo, ayer estuve en ella-
A diferencia del día anterior, la foca se sentía increíblemente cansada.
-Mafuyu, llevas durmiendo tres días desde la pelea con Idate- las palabras que decía eran claras, pero demoraron en llegar hacia Mafuyu.
-¿Q-que...?-
-Me hubiera gustado esperar a que te despertaras sola, pero parecía que tenías una pesadilla-
-¿Una pesadilla...?-
Yukisada afirmó con la cabeza.
-Si, estabas... llorando en sueños-
Mafuyu se paró de golpe, dejando atónito al doctor. Ignorando el miedo que sentía preguntar, habló.
-¿Y Rocma?-
Los ojos de el búho perdieron un poco de brillo.
-Perdió mucha sangre, y estaba muy herida...-
La menor sintió como cada palabra que pronunciaba el otro estrujaba su pequeño corazón.
-...aún así, ella no hizo el reposo que le ordené ¡Esa osa no tiene caso!- terminó, frustado.
Mafuyu no podía sentirse felíz, no hasta verla en persona.
-¿D-donde está?- sintió como su voz temblaba.
-Quitando los escombros de su casa, desde ya tres días... -
-¡Gracias Yuki!- Mafuyu corrió hacia el y le estampó un beso en la mejilla, para después salir por la puerta.
El doctor demoró en reaccionar.
-E-espera ¡Aún no testeo tu salud!-
-¡Me siento bien!- respondió gritando desde la puerta.
Yukisada suspiró.
-El fruto no cae lejos del árbol ¿Verdad?-
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.-... entonces, cuando desperté ¡Mi puta puerta estaba jodidamente rota!- exclamó, por poco dejando caer la caña de pescar al agua.
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MAFUYU~♡
FanfictionHabía una vez una historia dónde los protagonistas eran un lobo cobarde, una osa protectora y una orca asesina. Pero... ¿Y los secundarios? La pequeña foca que se refugia siempre detrás de la osa tiene algo que contarnos: ¿Cómo verá un mundo tan c...