ØNE

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Sangre, solo veo sangre diluida en agua que alguna vez fue pulcra
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— ¡Despierta Mafuyu! Ya está listo el desayuno —

—¡Ya me levanto! —

La pequeña foca se levantó con lentitud y fue arrastrando los pies hacia el baño para arreglarse.

Primero peinarse el cabello con los dos listones azules, arreglar el moño de su traje de marinera y finalmente colocarse su gorro de siempre.

Salió de su habitación esquivando los juguetes que había dejado tirados del día anterior y llegó al comedor donde Rocma no se encontraba sola.

—¿Y-yukisada?—

—Buenos días Mafuyu, espero no haberte despertado — dijó el búho levantado su vista de una taza de té humeante que tenía entre manos.

—Tranquilo, la desperté yo antes de que llegaras—

—Yo, eeeeh... Buenos dias—

La niña fue de puntilla hacia su taza de té situada en unos de los extremos de la mesa y sé concentró en ella sin olvidar de levantar una oreja para escuchar la conversación de los adultos.

— Cuando termines, ve a ordenar los muñecos que dejaste tirados ayer—

—No esperaba que fueras una madre tan estricta, Rocma—

—No cambies de tema ¿De qué me querías hablar? — dijo la osa con el ceño fruncido.

—Ah sobre eso... —volvió a tomar un largo sorbo antes de hablar.

Por lo que pudo intuir la menor, lo que contaría Yuki a continuación...
¡Sería algo muy interesante!

—Es sobre la orca— dijo de una vez

—¿Qué? ¿Ah vuelto?—

—Lo ví junto a Rock fumando, aunque no me acerque mucho—

—Hiciste lo mejor, con suerte se irá nuevamente sin causar problemas—

—Buenooo, sobre eso...—

Desde el ángulo de la foca, se podía ver una gota de sudor caer por la sien de Yusisada.

—¿¡Pasó algo!? —Rocma se paró en un sonoro golpe, con las pupilas más estrechas de los usual.

—Es sobre Shiro... Parece más activo de lo usual, no para de salir y entrar de su cueva e incluso lo han visto por el pueblo a escondidas—

—Entiendo, entonces temes que su comportamiento se deba a la llegada de la orca. Al final, ese lobo es su presa favorita—

—Solo quería pedirte ¿Podemos ir a verlo juntos? Creo que un poco de compañía no le vendría mal—

—¿Porqué debería? No soy su amiga,
y no soporto su irritable presencia— contestó gruñona.

—No seas mala Rocma ¡Seguro que el perrito lo está pasando mal!—

Ambos mayores voltearon a ver a la pequeña que acababa de hablar.

—¿Ya terminaste Mafuyu? Entonces vé rápido a ordenar tú habitación que saldremos—

—Ha ha, al final la única que consigue ablandar ese corazón es Mafuyu—

—No digas algo de lo que te arrepentirás— dijo Rocma, cerrando la conversación.

...

Los dos caminaban a buen paso por los largos caminos congelados en dirección a la cueva del lobo.

MAFUYU~♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora