Núnca antes Mafuyu se había despertado con tantas energías.
La pequeña foca se levantó con rapidez y fué dando pequeños saltos hacia el baño para arreglarse.
Primero peinarse el cabello con los dos listones azules, arreglar el moño de su traje de marinera y finalmente colocarse su gorro de siempre.
Salió de su habitación esquivando los juguetes que había dejado tirados del día anterior y llegó al comedor donde Rocma aún no se encontraba.
-Qué raro- habló sola, para romper el silencio incómodo de la sala.
Primero fue a la pieza de la mayor, para encontrar la cama aún hecha.
Recorrió la sala, miró debajo de la mesa y las sillas. Incluso detrás del sofá. Pero nada.Comenzado a preocuparse, Mafuyu se dirigió a la puerta para salir a buscarla, pero se detuvo a unos pasos.
-¡El desayuno!- recordó.Según la osa, la comida más importante del día. Así que núnca podía faltar, aún más en una niña en crecimiento.
Así algún día sería grande y fuerte.
Creyó que Rocma se enojaría con ella si olvidara algo tan importante, por lo que fue a la cocina a buscar algo para comer.
Como la osa le había prohibido manipular el agua hirviendo, se tuvo que conformar con media paleta de uva que había dejado del día anterior.
Después de llevársela a la boca, salió de su casa, dejando la puerta cerrada.Caminó un buen trecho, sin ver a nadie fuera, hasta que vió a Shiro corriendo.
-¡Perrito!- gritó, para llamar su atención.
Cuando este escuchó su nombre, casi se cae del susto.
Después de retomar el aliento, volteó a ver a la foca.
-M-mafuyu ¿Cómo te encuentras? - la voz del lobo sonaba un poco triste, aunque nada fuera de lo usual al tratarse de él.
-Bien, supongo ¿Qué haces corriendo?- preguntó, tras morder el último trozo de dulce.
-Estoy buscando algunas cosas que me pidió Yukisada ¿Quieres acompañarme?-
-¿Yo?-
-Si, no es seguro dejarte sola-contestó, algo nervioso.
-mmm ¡Está bien! ¿Qué quieres encontrar? - preguntó, tras meditar que no tenía nada mejor que hacer.
Quizás recorriendo el pueblo con el lobo, pudiese cruzarse con la osa.
Shiro se agachó un poco para tomarle la mano y comenzar a caminar, mientras iba describiendole cosas, de extraños nombres, de medicina que buscaba.
Estaba siendo más amable de lo usual.
Tras pasar una mañana entera buscando los materiales, llegó el mediodía sin noticias de Rocma.-¿Tienes hambre Mafuyu? Cerca hay una zona donde se pesca muy bien-
Tras afirmar con la cabeza, ambos fueron a una sección de la costa no muy lejos de la casa de Rock.
-Parece que ese pingüino sigue encerrado...- dijó, tras mirar la puerta cerrada de su cabaña.
-Sobre eso ¿Porqué no estas tu encerrado en tu cueva como de costumbre? - cuestionó la foca.
-Ya sabes, Yukisada necesita todo la ayuda que se pueda-
Mientras hablaba, intentaba atrapar un pez entre sus garras, que terminó escapándose.
-¡Entonces yo también quiero ayudar!- después de decir eso, saltó al agua y pescó un par de peces con su mandíbula de forma ágil.
-¿¡Mafuyu!?- exclamó entre sorprendido y asustado el lobo.
-Ten, uno para ti - habló, dejando caer un pez a sus pies.
-G-gracias ¡Eso fue increíble!-
Mafuyu recordó que eso era algo que solía hacer con su madre, de modo que se volvió a preocupar.
-¿Sabés dónde está mi mamá? -
Shiro, que estaba masticando, se atragantó con la comida.
-Bueno, ella... Te prometo que está en buenas manos-mientra hablaba, miró a Mafuyu con sus ojos increíblemente brillantes.
Eran lágrimas contenidas.
A la foca le extrañó, no que estuviera deprimido al punto de llorar, que era normal en el lobo.
Si no, que contuviera el llanto cuando el lloraba por cualquier cosa en cualquier situación.
-Gracias perrito, ahora estoy más tranquila-
Quizás Shirogane se estaba volviendo más fuerte.
-Vamos Mafuyu, Yuki nos debe de estar esperando -
El resto de la tarde la pasó con el lobo. Cuando estaban a unos metros de la casa del doctor, el mayor dijo que le esperaba dónde estaba, para que ella no sintiera el "mal olor"
-Será mejor que vayamos a dónde mi cueva, el resto nos debe estar esperando- comentó Shiro
-¿Porqué tu cueva? -
-Yo la ofrecí, creo que es hora que haga algo útil en la aldea-
-Eso es increíble ¿Vendrás a visitarme a mi casa?- preguntó, mirando al mayor.
-Claro, todo los días-
-¿Podré ver a Rocma entonces, cuando lleguemos a tu ex-cueva?-
-...Si-
-¡Genial, ya la estaba extrañando!-
Ambos apuraron el paso. Cuando llegaron, vieron que la entrada de la cueva estaba muy concurrida.
Peraco y sus hermanos, Suno-san, Yukisada, incluso Rock.
Todos.
-¡Wow! Está todo el pueblo- gritó al ver a todos reunidos en un mismo lugar, lo cual era muy raro.
Al escuchar la voz de la pequeña, todos voltearon.
Las totalidad de las miradas recayeron en la foca, que se encontraba confundida.
Las miradas estaban llenas de sentimientos como la tristeza, la lastima y la culpa.
-Dejenla pasar- habló el búho, sin el típico tono alegre que lo distinguía.
Todos obedecieron, moviéndose de forma que se formara un pasillo que llegaba hasta el centro de la cueva.
Y las miradas continuaron.
Ella caminó siguiendo el rumbo que le habían otorgado, hasta llegar a su destino, y en el, una caja de madera.
Lágrimas escaparon de sus ojos.
Y los ojos que antes la miraban, ahora lloraban con ella.
El único que no lloraba era Shiro, que le susurró a su amigo.
-Ahora nosotros somos los que tenemos que dar ejemplo de fortaleza, como ella hubiera querido-
-Mami...
DESPIERTA...
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MAFUYU~♡
FanfictionHabía una vez una historia dónde los protagonistas eran un lobo cobarde, una osa protectora y una orca asesina. Pero... ¿Y los secundarios? La pequeña foca que se refugia siempre detrás de la osa tiene algo que contarnos: ¿Cómo verá un mundo tan c...