MAFUYU~♡

FØUR

Morir desagrada no estaba mal, era como si la vida se escapara lentamente del cuerpo... Era mejor que ser comida viva almenos.
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"Madre e hija" jugaban en su casa.
O mejor dicho, solo la niña jugaba.
La madre estaba mirando con preocupación atraves de la ventana, dónde parecía que el viento solo empeoraba.

-Rocma ¿Que sucede? - preguntó algo molesta la menor, al ver que la otra la estaba ignorando hace rato.

-Parece que afuera solo va ha
empeorar-dijo volviendo la vista hacia la foca.

-Pero es común que nieve mucho en el iceberg-

-Si, pero no en esta época del año-

-Entonces solamente no tenemos que salir- contestó, restándole importancia.

-Tienes razón, Mafuyu ¡Ven, juguemos a otra cosa!-

-Siiii-

[En la casa de un búho]

-Entiende porqué Rocma no te podía llevar hasta tu cueva- dijo arropando al lobo en su cama.

-Arg. No puedo creer siquiera que me cargara hacia aquí- dijo algo adolorido por el trato que había tenido la osa para con él cuando lo había cargado hacia la casa de su amigo inconciente.

-Bueno, no creas que al comienzo no se opuso. Pero insistiendo un poco y con algo de ayuda de Mafuyu... -

-Lo suponía, pero viendo como estoy ahora Arg hubiera preferido quedarme en aquella cueva-

-Podría haber regresado Idate, y hablando de la orca ¿Porqué no nos dijiste que estaba en el icebrg? -

-Y-yo no lo sabía hasta ayer, cuando apareció mientras pescaba-

-¿Entoces porqué salías de tu cueva tan amenudo?-

-No lo sé, supongo que mis instintos... me advertían que algo malo vendría. Por eso fuí a buscar comida para unas semanas-

-Núnca esperaste que eso malo fuera Idate-

-Lo pensé, pero sentía que era algo diferente-

¡BOOOOOOOOOOOOOM!

Un terremoto corto pero brusco, acompañado de un gruñido de la tierra, alertó inmediatamente a todos los habitantes del iceberg.

-¡Mami! ¿Qué fué eso?- preguntó Mafuyu entre lágrimas, llendo hacía los brazos de su protectora.

Ella no lo pensó ni un segundo, tomó a Mafuyu con fuerza y salió corriendo a la intemperie. En el momento que ambas cruzaron el umbral de su hogar, el techo de este se vino abajo.

-Unos segundos más y hubiéramos quedado atrapadas... con suerte-

Mafuyu solo lloraba contra el pecho de Rocma, asustada de pensar que en menos de un segundo, ambas pudieron haber muerto.

-¡Debemos buscar refugio! - gritó con fuerza la osa para que la menor supiera su intención, por sobre el insoportable sonido del viento.

Después de escapar de un peligro, se avecinaba otro. No podían quedarse afuera con una tormenta de nieve de esa magnitud.

[Unos minutos antes]

Idate estaba confundido. Estaba sumergido bajo el agua con un gran dolor de espalda ¿Qué rayos había sucedido?

Subiendo, llegó a la superficie y encendió un cigarrillo.

-¡Oh cierto! El lobo se me debe haber escapado mientras dormía... Miérda-