TEN

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Todo comenzó cuando Idate se molestó al no recibir respuesta de Rocma respecto a su propuesta.

Es más, pareciera que ella no lo hubiera escuchado siquiera.

Todos sus sentidos estaban centrados en un solo punto: Mafuyu

Al ver esto, la orca decidió regresarla a la realidad, dándole un recordatorio de la situación en la que se encontraba.

En un rápido movimiento, Idate pasó de sujetar a la foca de su capa a sujetarla de sus cabellos.

Al sentir como todo su peso era sostenido por estos, Mafuyu no pudo contener un gritito y un par de lagrimas.

Ahora, tanto madre como hija estaban centradas.

Rocma corrió hasta él con sus garras listas para cortar carne. Pero Idate se le adelantó y usó a la menor de escudo.

Para evitar lastimarla, la osa tuvo que hacer un movimiento brusco hacía la derecha, que le hizo perder el equilibrio. Pero antes de caer al suelo, Idate la pateó de forma que saliera disparada hasta chocar contra un bloque de hielo.

Entre los escombros helados que cayeron, ella se levantó ante la mirada atónita de todos, que pensaban que con ese golpe ya estaría vencida.

—Ahg...— Rocma no pudo ocultar su expresión de dolor. Pudo sentir como su ropa se empezaba a mojar de un líquido espeso.

Sangre

—Mierda, las heridas— Yuki miraba con preocupación como las heridas que el había vendado a su amiga, se volvieron a abrir.

—Me sorprende que sigas conciente, pero eso no quita que hayas perdido osa— dijo burlón al ver como su rival estaba en tal mal estado.

Rocma lo miró. Incluso si pudiera ignorar el dolor, la ventaja que Idate poseía le había concedido la victoria desde un principio. Tener a Mafuyu en sus manos, limitaba por completo la fuerza que podía usar la osa.

Desvió sus ojos hacia Mafuyu...

—No...  ¡Habré perdido cuando no pueda moverme más! — gritó, corriendo hacia él.

Mafuyu lloraba, pero no por el dolor que sentía al ser tironeda por los cabellos.

Lloraba por la misma razón que la hizo sentirse tan mal cuando era cargada por su madre en medio de la ventisca.

Sentía impotencia, al no poder ayudar a su salvadora cuando esta tenía problemas o dolor.

A ella, que le había otorgado amor, seguridad.

A ella, que le había obsequiado una segunda oportunidad.

Y Rocma pudo ver a través del significado de sus lágrimas.

—Hehehe ¿Quieres continuar?—Idate dejó su cigarrillo en sus labios.

Con cada ataque que proporcionaba la otra, él lo esquivaba con mucha facilidad.

—Oh no...  Ha perdido mucha sangre—fueron las únicas palabras que pudieron escaparse de la boca del búho, que miraba la pelea, sin el valor siquiera de darles la espalda para pedir ayuda.

MAFUYU~♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora