- ¡Megan!
Me revuelvo entre las finas sábanas de mi cama y suelto un leve suspiro.
- ¡Megan, baja! -vuelve a gritar mi madre.
No hago caso e intento concentrarme para dormirme de nuevo. No sé que hora es, aunque tampoco me importa.
- Megan, te he llamado miles de veces. -entra mi madre a mi cuarto- Son las 9 y media, ¿no piensas ir a clase?
- Mamá déjame -reniego y me doy la vuelta, dándole la espalda.
Oigo como la puerta de mi cuarto se cierra y sonrío al salirme con la mía.
Pero es entonces cuando recuerdo que tenía que hablar con Kate.
Joder, todo son problemas.Abro los ojos lentamente y los ruedo hacia arriba, haciendo un gesto de cansancio. Me levanto de la cama y voy hacia el armario, donde cojo una sudadera gris y unos pantalones de chandal. Me pongo los bambos y bajo al salón.
- ¿Me has hecho el desayuno?
- No. -contesta seca mi madre.
- Ah bien.. -susurro- Me voy. -cojo la mochila y salgo intentando cerrar la puerta lo más suave que puedo. Mi madre parece cabreada y no quiero más peleas.
De camino al instituto me paro en una panadería a comprarme el almuerzo.
Entro y comienzo a mirar cuál será mi desayuno de hoy.
Me decido por una napolitana de chocolate. Qué bueno, joder.
Voy hacia el mostrador y dejo la napolitana sobre este mientras saco el dinero.- 1.20, ¿no? -le pregunto a la dependienta sin acordarme.
- sí.
Le doy el dinero y cojo mi napolitana. La saco de la bolsita y la miro con deseo.
Justo cuando me dirijo hacia la puerta, alguien la abre y se dispone a entrar.
Una vez dentro, puedo ver quién es.
Mierda, ¿qué hace aquí?
Porfavor, que no sea él. Que se parezca, pero que no sea quien es.
Porque sino si que estoy jodida.———
heeeey, el anterior capítulo no ha llegado a 5 comentarios pero me da igual, tenía ganas de subir capítulo.
Espero que os siga gustando igual que antes.
Bbesos
