The Ending {Elijah Mikaelson}

14

—Pensé que podríamos tratar ciertos temas visuales... —Liam señaló los ojos de Sky y ella finalmente cayó en cuenta de que la última vez que se vieron ella tenía los ojos verdes y ahora estaban azules. —¿Qué pasó?

—Liam, han pasado muchas cosas. —Sky con sus manos comenzó a tocar los bordes de la chaqueta que Liam le había puesto sobre los hombros.

—Puedo decir lo mismo, pero quiero saber que pasó contigo. —Liam se detuvo de golpe y se quedó de pie frente a Skylar. —Porque primero es el cambio de ojos y ahora resulta que muchas personas nos están viendo.

—Te acostumbras. —Sky se encogió de hombros, restándole importancia a que varios vampiros la estuvieran viendo. Por suerte Klaus arregló las cosas con Marcel. Hablando de Klaus, el bastardo... La bastarda tenía su daga. —Liam, te quiero y por eso...

—Me quieres. —Liam sonrió de forma coqueta, esa maldita sonrisa que Sky no pudo evitar comparar con la de Elijah.

—Y por eso. —Ella no se corrigió. —Te recomiendo que te vayas antes de que algo malo pase.

—¿Que podría pasarme? —Se encogió de hombros, volviendo a caminar junto a Sky.

—¿Recuerdas a Hannah? —Él asintió, ¿Como no recordar a Hannah? Fue su mejor amiga y se llevaban muy bien cuando él tenía el permiso de subir, Hannah era... —Está muerta.

—¿Hannah Banana está muerta? —Por poco lo grita. Sky se mordió el labio y eso lo hizo por un segundo olvidar a Hannah. —¿Cuándo pasó?

—Hace dos días... —Sky contestó con voz temblorosa. Si, su relación con Hannah no era tan fuerte como lo fue tiempo atrás, pero la quería. Incluso llegó a pensar que haría buena pareja con Klaus hasta la llegada de Sol. —Ella...

—Luego me dices... —Liam tragó saliva, se acercó y con los brazos rodeó a Sky. Ella no correspondió al principio, pero lo hizo. Un abrazo dulce y lleno de afecto, lo que Sky necesitaba. —Te convertiste en vampiro, ¿No?

—Si. —Contestó Sky con la cabeza apoyada en el hombro de Liam. —¿Qué haces aquí?

—Busco a mi madre. La encontré. —Contestó dejando un beso en la frente de Sky y todos los vampiros chismosos que los veían pensaron lo mismo: «Ese hombre es suicida».

—¿Dónde está? —Interrogó Sky aun en los brazos de Liam.

—En el cementerio Lafayette. —Sky se tensó ligeramente y Liam lo notó. —No la conocí, está bien, Sky.

—Lo sé, pero debió doler. —Sky recordó a su madre, aunque le dolía más que hubiera sido Elijah quien la envió con los ancestros. —Pero entonces no tienes razón para quedarte. 

—Estás tú. —Finalmente Liam se apartó del largo abrazo. —Y dónde estás tú, por inercia debe estar Logan.

—Liam... —Tenía muchas cosas que hacer, visitar a Jesse y saber cómo estaba, ver al pequeño Riley, buscar a Brian y sacarle los dientes uno a uno con un cuchillo para mantequilla. —No confío en ti.

—Paso a recogerte esta noche, suficiente tiempo para que te quites la ropa de dormir. —Sky bufó, pero al final terminó asintiendo y recordó que estaba casi en paños menores. —Quédate con mi chaqueta, es garantía de que te debo volver a ver. —Se acercó y, por costumbre, le dio a Sky un beso en la piel que hay entre la nariz y los labios. —Nos vemos. —Dijo mientras los vampiros pensaban «Va a morir»

Sky se quedó embobada, inundada de recuerdos. Entre esos recuerdos llegó Hannah, colgada cual piñata en medio de un club nocturno después de que ella y Elijah bailaran Havana.