¿Patas o manos? {Yoonmin/Sukook}

Se lo suplico.

Suga

-Puedes dormir en ese cuarto, es el que solía usar mamá, pero como se fue a vivir con ese señor, ¿Lo recuerdas? Es el que te regaló un collar, ¿de qué color era? -frunció el ceño y yo sonreí observando el cuarto, había dormido en esa cama tantas noches a escondidas. Amo, su mamá me adoraba.

-Era azul y tenía una campanilla -dije antes de arrugar mis labios y entrar mirando todo con algo de nostalgia y mucha curiosidad, después de todo seguía siendo un gato.

-Oh, sí, eso mismo -rió a mi espalda, volteé a verlo y asentí antes de continuar mi tour-. ¿Qué sucedió con ese collar?

-Casi muero ahorcado, así que Jimin lo cortó por mí -recordar esa escena se me hacía muy cómico.

Quiero jugar con un ovillo de lana.

Dios, ¿a qué vino eso? Fruncí el ceño y me dejé caer sobre el colchón ¿Por qué de pronto me volvían esos instintos? ¿A Jimin le sucedería lo mismo?

-¿Cómo es eso? ¿Por qué nunca lo supe? -Porque siempre estuvo más al pendiente de Yoongi.

-Pues es que sucedió una tarde en la que usted... bueno, lo que paso fue que me resbalé de una rama en el árbol de por allá, y mientras me preparaba para caer sobre mis patas el collar se enganchó de una rama a unos dos metros del suelo, así que quedé colgando y en mis intentos por soltarme la campanilla sonó mucho, entonces llegó Jimin e hizo de todo hasta cortarlo -miré su rostro y estaba realmente impactado. Amo, su rostro es muy gracioso.

-Lo siento mucho por no enterarme -dijo al rato, acercándose rápidamente y sujetando mis manos.

-Está bien... -tartamudeé como idiota, él seguía con esa expresión de preocupación.

-Soy un pésimo dueño -susurró-. Pero voy a recompensarlo. Ahora que eres humano podemos ser amigos -sonrió-, quiero conocerte bien

Negué con la cabeza y su ceño se frunció.

-¿No quieres que seamos amigos? -negué de nuevo y su mueca de temor y arrepentimiento fueron... wow-, ¿de verdad fui tan malo?

-Amo, tal vez no me crea, pero dado que llevamos tanto tiempo viviendo juntos y, a pesar de ser un simple y mullido gato, no pude evitar enamorarme de usted -parpadeó varias veces y soltó el agarre que mantenía en mis manos, suspiré y bajé la mirada-. Lo amo demasiado, tanto que duele. Y fui tan feliz de volverme humano para poder estar con usted, pero lo que sea que me haya convertido en lo que ahora soy debe tenerme un gran odio, porque me volvió idéntico a ese hombre que lo ha lastimado, y yo no quiero que se fije en mí pensando en él

-Suga, yo... -mordió su labio inferior.

-Creo que es muy pronto, voy a dormir, Amo -avisé y me recosté en la cama, di media vuelta dejando a su vista sólo mi espalda, volví a suspirar cuando oí sus pasos alejarse y la puerta siendo cerrada.

Cerré los ojos y me acurruqué buscando mi propio calor.