Abrí los ojos lentamente, lleve ambas manos a mi cabeza sintiéndome de lo peor. Quería matarme de verdad, trate de tomar las cobijas que seguramente había empujado cuando estaba dormida. Al palpar un poco la cama, me topé con dos hermosos cuerpos a mi lado. Frente a mi estaba Harry, sin camisa y detrás de mí, Damon, de la misma manera.
Sonreí como tonta, mire por encima de sus hombros dándome cuenta de que me había despertado a tiempo para alistarme e ir a la escuela. Me senté tocando mi cabeza, recordaba todo, y eso era lo peor de todo, pero no podía hacer nada. Seguramente cuando ambos chicos se despertaran, estarían sumamente enojados conmigo.
Intente bajar de la cama haciendo el menor ruido posible, pero no funciono porque unos fuertes brazos me devolvieron. Damon subió sobre mí mirándome realmente enojado.
-Eso estuvo mal Admes –Dijo con voz ronca.
-Lo sé –Susurre apenada.
-¿Quiénes fueron los que te trajeron? –Trague saliva nerviosa, recordando a mis amigos los demonios. Pero claro que no iba a delatarlos, puesto que ellos no habían tenido la culpa- Hueles a algo...pero no logro descifrar aun a que.
-Hueles a demonio –Sentencio Harry a nuestro lado, lo mire, pero el solo tenía la vista fija en el techo. Aquello me dolió.
-Cierto –Damon se quitó de encima mío, para luego pararse por completo sumamente enojado- ¿Por qué hueles a demonio, Admes?
-No es de tu incumbencia –Logre decir. Y era verdad, para ellos sería su alma gemela, pero para mí no. Sentía algo por ellos, pero no tenían ningún derecho sobre mí.
-¿Qué acabas de decir? –Harry me tomo fuertemente del codo, haciéndome daño. Logre zafarme de su agarre para incorporarme.
-No me toques –Dije enojada y con las lágrimas a punto de salirse de mis ojos- ¿Quién se creen? –Chille enojada- No puedo ser todo lo que ustedes quieren, apenas soy una niña. Y si no les gusta, entonces vayan a buscarse una puta que los satisfaga de todas las maneras en las que yo no puedo –Solloce- Siempre le he fallado a la gente, y era obvio que lo haría con ustedes. Eso no lo puedo remediar, tampoco puedo prometer que no volverá a pasar. Porque así soy. Me gusta divertirme, bailar, tomar, hacer cosas locas, vivir aventuras y estar en peligro. Pero ustedes quieren privarme de todo eso, quieren que sea solo suya. ¿Y yo donde quedo? ¿Dónde quedan mis deseos?
-Admes... -Intento decir Damon realmente apenado, pero yo solo retrocedí.
-Ya entendí –No podía controlar mis lágrimas- No soy para ustedes.
Sin más que decir, salí de ahí azotando la puerta y bajando rápidamente las escaleras. Avente la mesa y el florero de la sala.
Fui a uno de los cuartos de huéspedes a ducharme, y en cuanto estuve lista me fui de la casa. Tome el jeep de los chicos sin impórtame que pudiera pasar y me dirigí hacia la salida de la manada.
Cuando estuve en la carretera, no tenía ni la menor idea hacia donde me dirigía. Tenía dinero y ropa conmigo, pero no sabía qué hacer. Solo lloraba con fuerza, y a mi mente venían las imágenes de los padres que jamás pude ver, la cara de Malia, de Damon y Harry con una enorme decepción. Solloce cuanto pude viendo los arboles pasar, y comenzó a llover, poco a poco, haciendo que el ambiente oliera a tierra mojada. Me encanto ese olor, pero aun así no me detuve.
Continúe, sin un destino, solo hacia donde el camino me dirigiera.
Y frene de repente, llorando a un más.
-¿Qué estoy haciendo? –Jale de mis cabellos realmente enojada con las lágrimas bajando por mis mejillas- ¿Hacia dónde voy? –Negué con la cabeza sintiéndome tan tonta. Abrí la puerta del auto y me baje de él. Golpee la llanta con mi pie sumamente enojada. Grite, grite tanto como pude liberando así a mis mil demonios.
Caí al suelo de rodillas, cerrando los ojos en medio de la carretera. Seguramente alguien podría pasar por ahí y atropellarme, pero era lo que menos me importaba. Suspire, toque el duro comento con ambas manos, extendiendo mis palmas. Y grite.
Junto con eso, un frio viento se desplazó a lo largo y ancho de Arrow Hills, convirtiéndose en un invierno frio y hermoso. Abrí los ojos mirando hacia el cielo, viendo como nieve caía de este, y me pareció la escena más linda del mundo, me hizo sentir extraordinaria. Yo lo había hecho, yo podía hacer que nevara, pero no solo eso, la carretera se convirtió en hielo, algo que me pareció sumamente peligroso, así que puse mi mano justo ahí, haciendo que este se convirtiera en agua.
Sonreí.
Yo era la Reina de Hielo. La Reina de los lobos.
Y me había comportado como toda una idiota.
Me incorpore nuevamente, suspire sacando todo lo que traía en mi interior. Mire mis manos, no sentía frio, para mí era la sensación más agradable del mundo. Y desee otra cosa, luego vi como la espada, mi espada, aparecía en mis manos, haciendo que esta brillara un montón.
Volví a sonreír. Debía volver con los chicos.
Agarre bien mi espada, subí al jeep y conduje de vuelta a casa. Estaba sumamente emocionada por todo lo que acababa de sucederme. Siempre espere que cosas así me pasaran. Y toda mi vida creí que era una simple humana dentro de una enorme raza de hombres lobo. Pero vaya que me había equivocado.
Entre a la manada y corrí hasta la mansión. Abrí la puerta azotándola.
Mi enorme sonrisa se borró al ver a mis mates. Apreté la empuñadura de la espada realmente enojada. Damon y Harry estaban con dos mujeres, pero no estaban haciendo nada, solo platicaban, ellas reían con ambos, eso me hizo enojar de maneras inexplicables. Un coraje enorme creció en mi corazón. El pomo de la puerta se congelo, al igual que esta.
Carraspee para que notaran mi presencia. Cuando los cuatro me miraron, las dos mujeres lo hicieron con una cara de horror.
Me reí con cinismo.
-Me voy unos instantes y ya se consiguen a unas putas –Dije hecha una furia, pero sin dejar de sonreír. Moví la espada en mi mano- Lo bueno de todo esto, es que apenas y nos conocemos hace unos días chicos, así que no hay rencores. Apuesto a que hay millones de chicos a los que les encantaría estar en la cama de la Reina de Hielo –Ladee mi sonrisa.
-¿De que estas hablando Admes? –Pregunto Damon confundido acercándose a mí. Pero no pudo hacerlo porque lo apunte con mi espada.
-Sé que no soy suficiente mujer para ustedes, pero creí que no serían tan capaces de hacer todo esto...
-Admes no es lo que piensas, cariño –Continuo diciendo Harry.
-Admes –Una de las chicas me hablo- Estamos aquí para protegerte. Y de un momento a otro, la rubia cambio su forma. Me refiero a que se convirtió en un hombre.
-Son cambia formas Admes –Explico Damon haciendo a un lado la espada- Sirven a los lobos.
-¿Y yo para que las necesito? –Solté enojada.
-Son para tu protección. Ahora tú eres su reina, ellas van a servirte todo el tiempo. Cuando la guerra se acerque, entonces te darás cuenta de que las necesitaras.
-¿Guerra? –Harry tomo mi mano.
-Guerra Admes –Sentencio- La guerra se acerca.
**
Hola mis babys.
NOTICIA IMPORTANTE:
Admes y el Origen de los Elementales ya esta en mi perfil. Ojala y se pasen a verla, espero que les guste. Es un libro sumamente grande. No se lo tomen como un fanfic si no como algo que leerían en la escuela, o en una tarde donde no tienen nada que hacer. Les aseguro que les encantara.
Tome seis meses en terminarlo. Estoy muy orgullosa de mi trabajo. Ojala y alguien lo valorara lo suficiente para publicarlo.
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Lycan Queen. (#1)
WerewolfLa guerra contra los vampiros había terminado hace más de diez años, no habíamos tenido incidentes con ninguno de ellos. Hasta esa noche, donde yo encontré a mis mates y me convertí en la reina de los lobos.