Después de una estresante conversación. Llegue al cuarto de invitados con los nervios de punta, me quite la chamarra deportiva negra y la lancé al otro lado de la habitación, al igual que los tennis que traía. Deshice la cola de caballo y mi cabello se deslizó entre mis hombros.
El sonido de la puerta me hizo girar lentamente. Damon entro por ella, con el rostro completamente serio, seguido de un Harry con la misma cara. Cerraron la puerta con seguro y lo primero que hizo Damon fue darme un beso en la frente, como si estuviera asustado, como si no quisiera perderme. Pensé inmediatamente en cómo yo me sentía de la misma manera. La guerra era inevitable y el miedo también.
-Mi Luna -Senti las manos de Harry en la espalda, y luego su respiración en mi cuello, aspirando mi aroma, sin mucha prisa- No quiero que vayas -Susurro- Pero si algún día a nosotros nos sucede algo -Mi corazón comenzó a romperse- Tendrás que defenderte tu sola.
Yo sola. Las dos palabras sonaban en mi cabeza. Valiente y humana. La vida siempre nos ha enseñado que los héroes están en los libros, que no hay historias fantásticas en esta vida, que solamente consiste en crecer, estudiar, trabajo y familia. Pero la lucha va más haya de muchas cosas. Cada persona tiene un propósito grande, pero depende de cada uno de nosotros si decidimos seguirlo o no. Yo decidió hacerlo, cumplir con mi misión, no abandonar a los míos, seguir dando esperanza y ganar la guerra y terminarla de una buena vez por todas.
-No pienses tanto, pequeña -Susurró Damon contra mis labios, y luego centro sus ojos en los míos- Tienes una fuerza de voluntad impresionante.
-Eres magnifica -Susurró Harry contra mi oído. Una corriente eléctrica me recorrió de pies a cabeza. Yo sonreí adormilada- Eres todo Admes.
Fuimos a la cama, y mis preocupaciones se fueron, lograron hacer que me durmiera, que dejara de pensar. Esa noche no soñé con nada, fue obscuridad rodeada de paz.
A la mañana siguiente, los rayos de luz hicieron que abriera los ojos con molestia, pero dejó de serlo cuando admire el rostro de Harry dormir. Tan calmado. Sonreí sin darme cuenta. No quería despertarlo, así que me quede mirándolo por un buen rato, así como con Damon, era más duro que su hermano. Según las personas de la manada, un despiadado. Pero no lo parecía.
Creo que la vida a veces nos hace ser de ciertas maneras, pero eso no significa que seamos la mejor versión de nosotros mismos.
Me levante, sin despertarlos. Fui a la ducha, duré un buen rato ahí, nuevamente, pensando en todas las cosas que estaban sucediéndome, en mis 18 años de vida nunca logré imaginar que podría llegarme a pasar algo así, pero me sorprendió cuando todo comenzó a llegar, como si estuviera destinado a que pasara.
Estoy destinada.
Pero todo tiene su final. ¿Cual es el mío?
Suspire, apagando la ducha, tome mi ropa y me aliste de la manera más lenta posible. Sabía lo que significaba, después de esto, iría al campamento. Segun Sky, el bosque nos hacia una prueba de valentía, nosotros teníamos que mostrar nuestros poderes.
Hielo.
Baje las escaleras, al parecer Harry y Damon ya estaba listos. Llegue al comedor, que estaba al lado de la cocina y me senté en medio de estos dos.
El sonido afuera del comedor nos hizo a todos girar la cabeza.
-No nos iremos de aquí hasta verla -Se escucho la voz de Malia. Por inercia, hice la silla hacia atrás, corrí fuera del lugar y grité el nombre de mi hermana. Esta, al verme, salto en mis brazos- ¿Estas bien? -Preguntó cuando nos separamos. Yo asentí con la cabeza un poco indecisa, regalándole una media sonrisa.
La figura de Jasper, Killian y Nathan se hizo presente detrás de Malia. Corrí hacia mis amigos abrazándolos, uno a uno.
-¿Ya desayunaron? -Pregunto la voz grave del Alfa Antony.
-Pasen -Interfirió Sky amablemente- La mesa es muy grande. Hay espacio para toda la familia.
-¿Familia? -Me preguntó mi hermana con el rostro lleno de confusión. No supe cómo responder.
-Hola, prima -El primero en hablar fue Adrián. Camino hasta Malia y le extendió la mano, está la miro, sin saber que hacer o como reaccionar- Nuestros papás... -Guardó silencio- Eran hermanos -Malia por fin aceptó su mano- Adrián Amstrong.
-Malia Amstrong -Sonrió ella.
Después de las presentaciones, mi hermana parecía un poco más relajada. Comimos y hablamos de lo que estábamos por hacer, de los pendientes en estos últimos días.
Todos fuimos hacia afuera. Pude sentir el viento en mi rostro, entrando por mis fosas nasales, muy fresco. Me paré frente al bosque.
-No va a ser tan difícil -Dijo Demian, la mano derecha de Sky- Ella sabe lo que eres -El viento comenzó a soplar con mas fuerza. Luego el alzo las manos, mostrándome su elemento aire. Yo sonreí. Extasiada.
-Maravilloso -Dijeron Harry y Damon a ambos lados míos.
-Lo que para ti serán días, para nosotros serán horas Admes -Hablo Sky caminando hacia mi, entregándome una mochila con ropa y cosas que iba a necesitar. La puse en mi espalda. Le agradecí con una sonrisa- El campamento Termes es un gran lugar donde encontrarás gente maravillosa -Al decir esto, observo a su gente.
Me giré hacia mis mates, y por primera vez, con algo de amor, deposité un beso en los labios de cada uno.
-Volveré -Ambos parecían tener una lucha interna. No querían dejarme ir, pero era por mi bien.
Gire los talones en dirección al bosque, me detuve, queriendo verlos a todos por una última vez. Pero no lo hice, algo me dijo que no lo hiciera, así que continué.
Camine, camine, y camine. Por horas, demasiado tiempo, perdí la cuenta cuando comenzó a anochecer.
Me recargue en un árbol, realmente cansada, jadeando. Me daba pánico la obscuridad, le tenía un miedo profundo. No sabía que haría si no encontraba el campamento Termes antes de que la poca luz que quedaba se fuera por completo. Tome agua, la poca que quedaba.
Me comenzó a inundar el miedo profundo.
Sentí como la sangre se me subió a la cabeza cuando el sonido de una rama romperse sonó detrás de mi. Gire inmediatamente, hacia todos lados, pero solo escuchaba mi respiración agitada, asustada. Comencé a temblar. Podía jurar que si algo así volvía a pasar, terminaría por desmayarme.
Pero sucedió nuevamente, frente a mi, no tuve tiempo de voltear porque una criatura que no logré ver, me aventó por los aires hasta llegar a topar con un árbol. Caí al piso, de frente a este, comencé a toser, sentía como me sofocaba por el golpe en el estomago.
Alce la cabeza hacia arriba, esperando ver algo. Pero no, lo único que pude hacer, fue correr, tanto como pude, tenia las piernas pequeñas, pero daba grandes pasos. Porque no estaba dispuesta a morir.
-Admes -Me detuve. La voz. Sonaba fuerte, mounstruosa. Trague saliva. Asustada.
-¡Aléjate de mi! -Grite tan fuerte como pude.
-Admes - Algo paso tan rápido a mi lado, que lo único que pude sentir fueron unas garras clavándose en mi estomago causando una gran herida. Caí de rodillas, tocándome el estomago.
Jadeando, quise levantarme, pero la herida dolía tanto, y sangraba cuanto más me movía. Iba a matarme, si no hacía algo lo haría, y no podía permitir que algo así me pasara.
Si quiere guerra, guerra tendrá.
Como si eso me motivara, cerré los ojos, solté el aire por la boca, aire frío. Demasiado frío. Me levante, no se como lo hice, pero lo logré.
De mis manos sentía aire demasiado helado. Abrí los ojos.
-Ven a mi -Eso lo motivo. Escuché las ramas romperse a lo lejos, estaba corriendo hacia mi. Pero antes de que pudiera llegar, grité con todas mis fuerzas, soltándolo todo, las preocupaciones, el miedo, las heridas. Y el hielo llego a el, congelándolo por completo, frente a mis ojos- Gane -Susurre triunfante. Pero la herida me debilitó tanto que termine por desmayarme.
Solo obscuridad.
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Lycan Queen. (#1)
WerewolfLa guerra contra los vampiros había terminado hace más de diez años, no habíamos tenido incidentes con ninguno de ellos. Hasta esa noche, donde yo encontré a mis mates y me convertí en la reina de los lobos.