Lycan Queen. (#1)

14. Autosuficiencia.

-¿Que fue exactamente lo que te dijo, Admes? -Preguntó la luna Sky después de haberle contado la experiencia que tuve la noche anterior. Confiaba en ella, pues pasó por lo que yo tendré que atravesar en un futuro.

Después de haber visto a aquel demonio, fui directamente a hablar con ella, solamente nosotras dos.

-Me hablo sobre la infratierra, como necesitaban un sacrificio, mi sacrificio -Corregí- Para que todos los mounstros que viven ahí salgan libres por fin -Me detuve por unos segundos, agitada- ¿Sabes lo que eso significa Sky? -Ella asintió con la cabeza, teniendo las manos recargadas en el escritorio, como si estuviera a punto de quedarse sin aire.

-Significa que si no hacemos algo moriremos todos.

-¡Tenemos dos problemas muy grandes! -Grite alterada mirándola fijamente- El vampiro Rox no descansará hasta vernos muertos a todos.

-Admes, Rox era amigo de Gazel...uno de los vampiros que me declaro la guerra. Siempre han querido un lugar en nuestro mundo, porque saben que nos pertenece a nosotros primero. Y no pueden siquiera soportar la idea.

-¿Que debemos hacer? -Pregunte, sentándome en uno de los sillones de piel enfrente del escritorio del despacho.

-Primero lo primero Admes, necesitas entrenarte. Si sacaste esa espada, eso quiere decir que hay un poder dentro de ti que quiere salir a la luz. Solo podremos conseguir la ayuda que necesitamos en un lugar al que yo fui hace muchos años. El campamento Termes, con Mila.

-No quiero que se repita la historia, Sky. No quiero que haya miles de muertes por mi -Los ojos se me llenaron de lagrimas.

-No te equivoques, Admes, esta guerra tiene toda la vida. Tu naciste para ser una líder. Para darle esperanza a la gente, algo que siempre nos ha hecho mucha falta. Un propósito y esperanza.

-¿Que hay con mis padres? -Pregunte por fin inclinándome hacia ella.

Sky guardo silencio unos segundos, como si estuviera dudando entre decirme o no lo que tenía en mente.

-Estuve investigando -Soltó un suspiro que pareció durar toda una eternidad, luego me envió una mirada seria- El padre de Amanda, Adrián y Jackson es hermano del tuyo. Por eso el mismo apellido -Sky vio como algo cambiaba en mi rostro, incluso en mi mente, como un brillo, como si de pronto Malia y yo no estuviéramos solas, después de todo.

-Son familia -Sky asintió con una sonrisa ligera- Pensé que Malia y yo estábamos solas.

-No están solas, también nos tienen a nosotros- Ella rodeó el escritorio y posó una de sus manos sobre la mía- Somos una manada.

Alce la mirada y también sonreí. Después de hablar aquella mañana, el día pasó demasiado lento, hasta llegar al otro. Harry y Damon estaban serios, y las cambiaformas me seguían casi a todos lados. Segun Sky ellas podrían convertirse en mi y distraer a quienes quisieran atacarnos, pero yo estaba tan cansada, que queria despedirlas.

-Tienes cara de que no has dormido bien -Señaló el alfa Antony mientras caminábamos por el jardín. Yo sonreí, apenas lo hice.

-La verdad me preocupa todo últimamente. Mi familia, mis mates, ustedes.

El sonrió.

-Eres como Sky -Se detuvo frente a mi entregándome una pequeña flor amarilla- Por eso sabemos que lograrás superar cualquier cosas que se te ponga en el camino.

Hice una mueca, cansada, preocupada. Podía jurar que mis ojos se cerrarían en cualquier momento. No dejaba de pensar en aquel horrible demonio, en la forma en la que me amenazo. Necesitaban mi sacrificio. ¿Como evitaba la guerra con un vampiro?

De pronto, una idea vino a mi cabeza. El alfa Antony se dio cuenta de aquello, y luego pregunto:

-¿Que sucede?

-Creo que Rox quiere abrir la infratierra. Las coincidencias no existen Alfa Antony -El me miro con los ojos bien abiertos, sorprendido. ¿Por que no lo habíamos pensado?

-Si eso es así -Hablo la voz de Sky detrás de mi, ambos la vimos llegar- Entonces tienes que comenzar a entrenar cuanto antes Admes, y luego buscaremos el castillo de hielo, una fortaleza. Mataremos a Rox y buscaremos una forma de desaparecer la infratierra del mapa de una vez por todas.

Mire a él Alfa, y después a Sky, quienes sonreían con autosuficiencia, me llenaron de confianza, así que sonreí de la misma manera. Iba a entrenarme, para que nadie pudiera detenerme. Ni hoy ni nunca.

Próxima parada: campamento Termes.

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Hola de nuevo.