Capítulo 5

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Solté la almohada, ¿los dioses griegos oyeron mis súplicas? ¿Será aquel ruido ___?

Me levanté de mi cama, secando mis lágrimas.

Caminé hasta mi ventana, antes de que Billy sintiese el estruendo que hace la ventana al ser golpeada.

Abrí llena de valor aquella ventana, para encontrarme con el rostro color chocolate de Lucas.

—Hola...—saludó nervioso.

—Hola.—Murmuré, Billy si le oía enloqueceria. Billy es racista, lo comprobó en la discusión que tuvimos hace unos instantes.

—¿Max? ¿Por qué lloras?—cuestionó él, aún abajo.

—No estaba llorando.

—¡Maxine, tu mejilla tiene una magulladura!—enojadamente él me contestó, puso él su mano en mi mejilla.

—Me caí de mi skate.

—¿___ no te ha pegado en la otra mejilla?

—Sí, sólo me he caído del puto skate.

—Patrañas.

En tono alto él. Ocasionando pasos de parte de Billy hacia mi habitación, fuertes y con los pies al ras del piso.

—Mierda.

Tomé mi sudadera y empujé a Lucas por la ventana, para luego yo saltar de esta.

—¿Qué haces, mocosa?—el grito de Billy hizo pasar dentro de mí una acidez estomacal—¡Responde, Max!

Trató de tomar mi brazo, pero yo ya había salido por aquella ventana. Corrí hasta la bicicleta de Lucas.

Me subí, él pedaleo lo más rápido que pudo, ignorando los gritos de Billy, junto sus amenazas.

Tenía pavor a lo que me haría Billy mañana, pero es mejor de que me lo haga hoy.

Agarré a Lucas de la cintura para no caerme, él tragó saliva.

—¿Por qué visiste a mi casa?—cuestioné, no había pensado en eso antes.

—Quería ver cómo estabas, pues la última vez que te ví en la noche, ___ te golpeó. Estabas mal, así que ahora estamos escapando de tu hermanastro ,el gilipollaz.—contestó Lucas.

—Respuesta válida, ¿a dónde vamos ahora?—él tardó unos segundos en contestar.

Prácticamente me fugué de casa para dormir en la calle.

—Vamos, acosador. No tenemos toda la noche.

—Dormirás en mi casa, supongo.

No sé ni que es peor, además he dejado mis cosas mi casa con Billy. ¿Qué haré mañana en la escuela sin libros?

—¿Mañana podríamos llegar un poco tarde?

—¿Para qué?—contestó él ,con una pregunta.

—Para esperar que Billy se largue de la casa e ir nosotros a buscar mis cosas.

—Muy bien.

—Gracias, acosador.

Seguimos el camino en completo silencio. Me sentía segura con él, no sé el porqué.

Llegamos a su casa, entramos por la parte trasera. Todo en esa casa estaba apagado, claro. Si mañana es martes y ya son más de las diez.

—Has silencio, mis padres no saben que he salido.—dijo él, caminó de puntillas hasta las escaleras.

Bohemian Rhapsody (Max y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora