Bohemian Rhapsody (Max y tú)

Capítulo 14.

Max giró su cabeza a mí, dejando su mirada fría caer en mi perfil, ignoré su mirada lo más que pude.

-Lo sé, pero no creo que pueda ser más que una amiga- suspiró ella, esta vez yo le miré. Sus ojos y los míos sólo de miraron por pocos segundos.

Yo solo quiero estar tranquila.

-¿Cuántos secretos puedes guardar, Maxine?

-Los suficientes como para mantenerme en el margen de chica incomprendida que tanto ven tus amigos.

-Demonios, eso está bien, supongo- mi voz estaba apagada. Borracha del cansancio, pero mi cuerpo no quería que se acabará el momento.

Estoy cayéndome a pedazos, me estoy hundiéndome en su voz. No quiero verla, nunca. Tampoco quería apartar mi vista de ella.

Sonrió. Sólo se dignó a regalarme una vaga sonrisa, pero sus ojos inquietos examinaba mi rostro fino. Mis labios resecos y fríos, rotos se entreabrieron. Maxine acercó un poco más su rostro a mío. Cerré mis ojos.

-Acosadora, ¿te dormiste? Estás pálida - dijo Maxine tocando mi mejilla suavemente -.

Narrador Omnisciente.

Maxine iba acelerada, arrastrando sus ruedas por las calles solas de aquel sombrío pueblo donde las voces callaban después de seis, y, los ignorantes del peligro inminente, rondaban solos al anochecer. Maxine Mayfield era una de esos ignorantes.

Era angustiosa la situación de ____ para ella, incluso, hizo que su mente olvidara a Billy en esos momentos. Al llegar a la entrada de su ventana sus manos temblorosas tomaron su skateboard, cuyas ruedas ardientes rozaron sus palmas gélidas. Pero al entrar a esa penunbrosa habitación, sólo se podía oir gemidos que inundaron el estrecho pasillo. Aunque fuera disgustoso para ella, todo era mejor que un golpe de Billy. Sigilosa se acomodó para intentar dormir pero un un pensamiento perturbó sus adentros.

Era puramente asqueroso.

Era genuinamente descaminado.

Sacar de su mente ese destello de imaginación no era una opción, pues incluso si ese pensamiento abrumara sus adentros, era preferible que oir los gruñidos de Billy y los suspiros de alguna chica que ni el mismo Billy ha de saber el nombre, cuyo nombre tampoco era importante para él.

Labios rotos, lívidos qur casi podrían pasar por los de un cadáver. Sobre sus labios pecosos en una danza algo entorpecida, deseosa. Un pensamiento vergonzoso y errado en todos los sentidos. Electricidad pasó por el estómago bajo de Maxine, y parte de su aliento escapó de sus pulmones. Cerró sus ojos con brusquedad. El producto de su imaginación que la está atormentando ahora, es algo que la hace sentir salvaje, algo que no está en ella. Ella no debe. No puede. No debería.

Pero aunque ella misma se ha convencido de que ese repugnante pensamiento es algo que apenas ha imaginado. En su razón, dentro de su mente, aquellos acercamientos en la cálida habitación de la chica de rizos y cabello corto, inconsciente lo quería.

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Lamento no actualizar, hace unos dias me han diagnosticado trastorno mixto de depresión y ansiedad. Cosa que me ha perturbado por un tiempo y necesito estas fuera de todo esto.