La universidad, ese templo educativo al cual muchos anhelan entrar desde pequeños y otros temen con su vida poner siquiera un pie dentro del terreno.
Craig por su parte, lo veía como una etapa más que tendría que afrontar con aburrimiento. Llevaba media carrera y aún así las clases se le figuraban eternas, no se confundan, él escogió una carrera que le gustaba y se le facilitaba pero siempre estaba pensando en la hora de salida, por una simple razón: Tweek.
Regreso en sí cuando la última hora de clases por fin aparecía. Salió del enorme salón y sin despedirse de nadie entro a su auto azul marino y condujo dos horas hacía su hogar.
Era su parte favorita del día: Regresar a ver a su bonito novio y ayudarlo en la cafetería. Siempre conducía un poco más rápido de lo usual al volver a casa y eso le había valido varias multas en el pasado, sin embargo, cuando se trataba del nervioso no lo podía evitar. Además de que hoy en concreto sería un día especial.
Empezó a desesperarse cuando el semáforo no cambiaba a verde.(Vamos, cambia, cambia, cambia ¡Cambia, mierda!) Son los pensamientos incesantes que tiene ahora. Después de una espera eterna el semáforo cambio y él arrancó a su destino. Bajó del auto y entró al lugar sorprendiendo a varios clientes por la brusquedad con la que abrió la puerta. Dio una vista periférica del entorno y sonrío cuando atrás de la barra vio esa cabellera rubia despeinada y luego esa misma sonrisa se borro al ver una ushanka verde aparecer.
Kyle Broflovski había decidió posponer su universidad unos años, no tenía prisa. A pesar de lo que otros creyesen de él y de lo que su madre hubiera decretado el peli-rojo aún quería hacer cosas extras antes de matarse estudiando por quien sabe cuánto tiempo.
– ¿Qué haces aquí, Broflovski? –Le preguntó directamente
– Estoy trabajando, ¿Qué no ves, Tucker? –
– Tú no trabajas aquí –Miró a Tweek por un poco de apoyo– Él no trabaja aquí –
– Sí, él trabaja aquí –Debatió su novio
– Yo trabajo aquí –Dictaminó Kyle
– Joder –Murmuró
– Ni modo, vas a tener que posponer tus pensamientos impuros para otra ocasión –Molestó mientras se iba con una bandeja y una orden
– ¿Por qué está aquí? ¿Desde cuándo? ¿Por qué no me avisaste? –Demandó Craig
– Mi padre lo contrato ayer, dijo que yo necesitaba ayuda en estas fechas –
– ¡Yo te puedo ayudar! ¡Y lo sabes! –Ofreció sin dudar
– ¿A qué hora según tú? Estás en la universidad y jamás permitiría que salieras o perdieras clases por esto –Tweek se puso delante de Craig y tomó sus manos– Tranquilo, puedo controlarlo –
– Cuando alguien está cerca de alguno de esos engendros siempre pasa algo –
– Ya somos casi adultos, eso quedó en el pasado, no pasará nada –
Un enorme estruendo los alarmó, ambos salieron corriendo para darse cuenta que había un enorme agujero donde se supone que iba la puerta principal, clientes lastimados, un Kyle tirado en el piso y gente viendo desde afuera sorprendida.
– GAHH!! NOOO! ¿Qué ha pasado? ¡Oh dios! Agh!¡La tercera guerra mundial! ¡Corre Craig! ¡Estamos en peligro! –Agarró con fuerza la mano del otro
Pero Tucker quedó estático en el mismo lugar mientras apuntaba indignado el desastre
– ¡Ves! ¡¿Qué te dije?! ¡Son unos engendros! ¡EN-GEN-DROS! –
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¿Ayuda?
FanfictionKenny vio la posibilidad de ayudar a Tweek y de paso joder un poco a Craig. Pero... ¿Realmente podrá ayudar? ¿O lo empeorará? Todas las imágenes mostradas junto con los personajes pertenecen a sus respectivos autores. La historia es...