Miquihuana, un poblado a dos mil quinientos metros sobre el nivel del mar, una extraña criatura aparece muerta, los pobladores están asombrados aunque inquietos. Parece una especie de reptil, algunos dirían que es parecido al chupacabras.
—¿Usted es investigador paranormal?— Pregunta una persona mayor, con sandalias y sombrero, a otra de camisa manga corta, tenis y pantalón de mezclilla.
—No, señor, soy un criptozoólogo— Respondió el hombre.
—¿Y eso que es?— El hombre mayor se quita el sombrero y se rasca la cabeza.
—La criptozoología es el estudio científico de especies animales desconocidos o mitológicos, señor— le responde
El hombre mayor se rasca la cabeza mientras mira el cadáver —¿y cree que esta cosa sea un chupacabras?—
—Una criatura inusual sí es, nada que sea oficialmente reconocido, por lo que fácilmente podría catalogarlo como críptido, pero no parece coincidir con las descripciones más comunes del chupacabras—
—Mire señor, la gente está asustada y me han pedido que queme ese cuerpo, creen que es el el diablo, y debido a los usos y costumbres. así se hará—
—Bueno, al menos deje tomar una muestra antes que lo quemen, por favor- Diodoro busca su navaja suiza y una bolsita para guardar la muestra, pero no encuentra nada. —¡Maldita sea! nomás venía de paso y cuando oí la noticia en al radio vine sin siquiera pasar por mis cosas en la casa—
—Es como ir a la guerra si fusíl, ni modo, siga participando— El hombre avisa a otros para que hechen gasolina y le prendan fuego, los habitantes que estaban alrededor veían ahora más aliviado que ya no estaría tan horrible criatura asustándolos, o que atrajera más forasteros o peor, al gobierno. El hombre se resignó y se marchó del lugar.
Ya en la tarde, aquel hombre estaba en su laptop revisando las fotografías en la mesa de una taquería, si hubiera de comparar a la criatura con un reptil conocido, sería algún tipo de varano, tal vez del mismo tamaño del dragón de Komodo, pero había algo que no encajaba en todo esto...
—Disculpe, ¿usted no es el Licenciado de la Rosa?—
—Así es, Diodoro de la Rosa, Biólogo, con especialidad en Mastozoología, aunque aún no me han dado el título, y menos la cédula profesional—
—Mucho gusto, soy Pedro Amézcua, soy periodista— Le estira la mano a Diodoro y este estrecha su mano. Hay una breve plática donde Pedro le dice a Diodoro que en San Euplo Kokone, poblado cerca de ahí se han reportado casos de avistamientos de esas criaturas, las cuales le han llamado lagartijas, y también se han encontrado cadáveres sin piel, pero las autoridades o lo callan o lo catalogan como guerras territoriales entre bandas criminales, Diodoro se interesa en ir a ese poblado.
—Si va a ir, vaya pronto, que están reubicando a los habitantes, pues ese pueblo será hundido para dar paso al agua de la presa— Y después de decir esto, Pedro se retira.
Ya atardeciendo, se dirige a Cd. Victoria, son como 2 horas de camino, dejando atrás los caminos empedrados de Miquihuana ahora cruzaba por terracería entre los cerros. Diodoro estaba escuchando la radio del coche, cuando de pronto se empezó a ir la señal, así oprimió el botón seek para que buscara otra estación de radio, hasta que se topó con una señal que parecía ser alguna radio comunitaria y estaba un sujeto hablando sobre ovnis y fantasmas, su voz parecía de un predicador o alguien en eterno estado de shock, empezó a hablar de seres reptiles que eran adorados como dioses, quienes usaban al hombre como animales de carga, trabajos pesado y como alimento, pero que un ser reptiliano desarrolló homo sapiens concientes y que estos se rebelaron contra sus creadores. En ese momento le pareció gracioso, aunque por otro lado con gente así afirmando ver al chupacabras o cosas así sentía que desprestigiaba a quienes tenían un interés genuino por descubrir esos críptidos ¿el monstruo de Loch Ness sería algún plesiosaurio? ¿Pie Grande un Gigantopitecus? Puede haber explicaciones razonables a ello y sin embargo...
Un objeto pesado choca contra el coche, el vidrio se rompe, Diodoro pisa el freno, por suerte tenía el cinturón de seguridad puesto. Cuando voltea a ver qué fue lo que chocó, descubre un venado cola blanca, Diodoro e baja del coche para ver los daños, el impacto fue mayor en el cristal que en el capó, el venado debió estar huyendo ¿pero de qué? En eso escucha las ramas moverse, Diodoro voltea pero no logra ver nada, a pesar que aún no oscurecía totalmente, el cielo era púrpura, pensó que tal vez sería algún cazador.
—¿Hay alguien ahí?— Gritó en dirección a donde se habían movido los arbustos, vuelve a gritar, en ese momento recordó que no era temporada de cacería de venados, por lo que podría ser un cazador furtivo, por lo que podría ser peligroso, «no quiero problemas, solo llévate el venado y ya» pensó. Para evitarse problemas empujó el cuerpo del venado, deslizándolo por el capó hasta que quedó en el suelo; Diodoro se metió a su coche. Fue entonces cuando de al lado del camino y de entre los matorrales vió aquellos ojos que brillaban como los de un gato en la noche cuando alguna luz reflejaba sobre los mismos, su cabeza parecía la de un reptil ¡el reptíl! El que la gente cree que es el chupacabras, se bajó y se acercó, ¡un críptido! Se fue acercando hacia el venado y con las luces del coche pudo verlo mejor. Era de gran tamaño, parecido al de un humano, con el cuerpo inclinado, casi paralelo al suelo, con la cola extendida, aunque la forma de la cabeza parecía más de iguana que de los dinosaurios.
Diodoro sacó su cámara fotográfica, le tomó unas fotos pero sin usar flash, pues creyó que eso haría que huyera o quisiera atacarlo. La criatura se fue, llevándose consigo el venado hasta que se fue perdió entre los árboles. Estuvo sin moverse varios minutos después de lo sucedido, con su antebrazo se limpiaba el sudor y puso su cabeza sobre el volante, no podía creer lo que vio.
Le empezaron a llegar recuerdos sobre las mentadas lagartijas, y sobre ese poblado llamado San Euplo Kokone, ahora entendía que sea lo que sea que haya en ese pueblito, tenía que averiguarlo.
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El pueblo de las lagartijas
HorrorUna criatura extraña aparece muerte en una calle en un pueblo, un hombre se encuentra con un ser reptiliano, y un pueblo cuyos habitantes se han aislado del resto de la sociedad, un hombre intentará descubrir que hay detrás de ese lugar cuyos habita...