Diodoro decidió que debía ir a San Euplo Kokone, pues ese pueblo sería desalojado debido a que se inundaría con el agua de la presa, y eso significaría que la criatura se iría de ahí y no podría volver a verla, no solo tomarle fotos, sino video ¡o incluso atrapar uno! El motivo ahí estaba, pero debía ir preparado, así que se llevó una pistola tranquilizadora con sus respectivos dardos, Una jaula lo suficientemente grande para que pudiera entrar un tigre, un botiquín de primeros auxilios en un maletín verde con una cruz blanca, una navaja suiza, una linterna, binoculares, y un rifle Mossberg 802, la cámara réflex digital, y su cajita de diazepam. Diodoro guardó sus cosas en la parte de atrás de su camioneta, y en eso llega el vecino
—¿Va a salir a acampar?— pregunta José
—Voy de cacería— Diodoro deja las cosas y saluda a su vecino y amigo José
—Supe que tuviste un choque ¿estás bien?—
—Oh sí, por eso el auto está en el taller, saldrá caro pero puedo sacar algo de dinero si atrapo a esa criatura—
—Este… ¿Qué criatura? ¿Un puma?—
—¡No!— Diodoro furioso aprieta los hombros de José, se calma y le dice con voz suave —un críptido-
—¿Un alienígena?—
—Puede ser— Suelta los hombros de José –pero podría ser el gran descubrimiento, hasta podría hacer dinero si lo vendo a algún laboratorio en Estados unidos o aquí en México, o quedármelo y salir en la tele.
—¿Con Maussan? ¿Con los de Extranormal?—
—¡No!… bueno, sí, pero yo le tiro a más, History Channel, National Geographic, Discovery Channel, además por fin podría tener algo de prestigio y credibilidad, y que le gente tome la criptozoología en serio y no que crean que ando persiguiendo fantasmas.—
—Tú sabes que respeto eso, pero creo que te obsesionas, como cuando dejaste a Gaby y tus hijos a tratar de capturar al monstruo de Ecatepec.—
—Suerte que otro lo atrapó primero, aunque el imbécil lo mató, yo al menos lo hubiera puesto en un frasco de formol.—
—Bueno, OK, pero no es la primera vez, de hecho tu esposa se la pasaba la mayor parte del tiempo sola, y cuando llegabas se ponían a discutir.—
—Sí, lo sé, es lo que llamaron «diferencias irreconciliables»—
—Dio, tú sabes que siempre te apoyé durante el divorcio, pero tampoco eh visto que vayas a visitar a los niños—
—Ya me sacan dinero, para eso pago, para no tener que verlos o que me los avienten en la casa y pueda seguir investigando críptidos cuando tengo tiempo libre de mi trabajo «oficial»… además ni les caigo bien, tal vez ella se la pase diciendo pestes de mí para que los niños le «den por su lado» y si ellos no me quieren ver, y yo tampoco, pues mejor— Diodoro abre la puerta de la camioneta y la cierra con fuerza.
—¿Estarás bien?—
—Sí, solo cuida la casa por mí, tratare de llegar antes de que se haga muy noche, ya sabes que hay mucho ratero.—
—OK Dio, cuídate—
Dio enciende el motor, después de calentarlo un tiempo, pisa el acelerador y arranca rumbo al monte, al pueblo de San Euplo Kokone ¿Qué encontraría en ese lugar? ¿lo encontraría a el? ¿por fin les mostraría a todos que tiene la razón?, de pronto empezó a sentir que le dolía la cabeza, sabía que era tiempo de tomar una diazepam
Después de recorrer 2 horas de carretera, y ver el letrero de PEMEX, decide llegar a una gasolinera antes de adentrarse a los caminos de terracería para llegar a San Euplo.
Diodoro detiene la camioneta cerca de la bomba de gasolina, donde el empleado de uniforme verde olivo quitó el tapón y metió la bomba para luego acercarse a Diodoro
—100 de la verde, por favor—
El empleado pone la cantidad de $100 de gasolina Magna que es color verde, que es la que mayormente usan todos los coches, con excepción de la Premium que es representada por el color rojo o el Diesel por el color negro.
—¿Le limpio el vidrio?— Pregunta el empleado, Diodoro lo mira, y nota un extraño color amarillo
—¿Joven?— baja un poco la cabeza y la visera de la gorra tapa sus ojos y pierden el brillo.
—Sí, y también cheque el aceite por favor— Diodoro cierra los ojos, inclina la cabeza hacia atrás, y cuando los abre, el empleado está limpiando el limpiaparabrisas, y logra fijarse en sus ojos, y no, no es que fueran color ámbar, eran un color amarillo poco natural, ¿tendría hepatitis?
El empleado abre el cofre, checa el aceite, todo está bien, finalmente paga los $100 más la propina y se dirige a la tienda de conveniencia OCHO que está justo al lado.
Agarra un periódico, un refresco de cola light y una bolsa de papas fritas, se acerca a la cajera
—¿Va a ser todo?—
—Sí— Responde Diodoro y es cuando nota que ella también tiene los ojos amarillos
—¿Gustaría redondear 50 centavos?—
—Sí— Diodoro vio como en un parpadeo rápido los ojos de la cajera mostraron pupilas verticales hasta que volvió a parpadear rápido y sus pupilas volvieron a parecer normales.
—Son 21 pesos ¿Alguna recarga telefónica?
—No, gracias— Diodoro paga con un billete de $50 y la cajera le hecha la botella de 600 ml y las papas fritas de 170g en una bolsa de plástica
—Su cambio— Diodoro toma la feria y sus cosas y se retira.
Finalmente enciende su camioneta y sigue su camino, ahora más decidido que nunca a encontrar eso que estaba oculto, aunque consciente que no debía preocuparse no solo por esa bestia.
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El pueblo de las lagartijas
HorrorUna criatura extraña aparece muerte en una calle en un pueblo, un hombre se encuentra con un ser reptiliano, y un pueblo cuyos habitantes se han aislado del resto de la sociedad, un hombre intentará descubrir que hay detrás de ese lugar cuyos habita...