Stranger things 3

Capítulo 10

Todo estaba oscuro otra vez. La luz encandiló a Jane, pero después todo se tornó negro.
La chica, notó que su brazo estaba fracturado. Le dolía mucho, y lloraba del dolor. Le dolía la cabeza y cuando se tocó, su pelo estaba corto. Estaba aterrada.
Ahora no se encontraba en el bosque, se encontraba en el hospital. El hospital estaba abandonado, frío, oscuro, con plantas saliendo de las paredes, pero eran como enredaderas azules. Eran muy raras.
Estaba encerrada en una habitación  y no podía salir. Escuchaba voces. Escuchó a Will, pero cuando intentó hablar, su voz no salía. Le pasó lo mismo con Hopper y Joyce. Estaba aterrada. No entendía lo que estaba pasando. Se puso a llorar de la desesperación. Sabía que algo andaba mal y tenía miedo de no poder salir jamás.

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Mike cerró la puerta, y se acercó a la camilla donde se encontraba Jane.
Cuando pudo acercarse más, pudo ver que sus parpados seguían oscuros. Sus ojos estaban cerrados, le habían cortado el cabello, lo tenía mucho más corto que Mike, pero igualmente se seguía viendo linda. Tenía una venda en su brazo izquierdo, raspones en el rostro, estaba más pálida y tenía una mascarilla para respirar.

— ¿Qué te han hecho? — Preguntó Mike, con lágrimas en sus ojos. Se sentó en un asiento, al lado de la camilla, acariciando su cabello (Lo poco que tenía), y comenzó a hablarle. — Sabes, tenía el presentimiento de que te pasaría algo. Me sigo preguntando porqué no te seguí. ¿Qué ha pasado?. ¿Cómo fué?. ¿Dónde? Quiero que me hables. — El chico comenzó a llorar. — Quiero que vuelvas...
Hoy tuve un día pésimo. No estabas y no tenía a la chica que tanto me gusta, preguntando cómo los profesores lograban guardar tanta información...no estabas para que te contara que volvimos a jugar “ Calabazas y dragones, dragones y mazmorras ”. Iba a ganar, estoy seguro, pero Nancy arruinó la partida. También hablé con mi madre. Ella sabe que la ví. Ya ni siquiera le hablo. Esa noche, te hablé por el walkie talkie, pero seguro Will lo tenía, porque no contestaste...

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Jane estaba sentada en el frío porcelanato, llorando. Hasta que escuchó la voz de Mike. Intentó hablarle, pero la voz no le salía. El chico le contó cómo le fué en su día, que la extrañaba y que la quería devuelta. Ella quería decirle que también quería volver, pero no sabía cómo.
El chico se estaba despidiendo. Se estaba yendo. Jane estaba desesperada, ni siquiera pudo decirle cuánto lo quería....

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— Espero que despiertes pronto. Recuerda, cuando despiertes, corre a mi casa. Yo te estaré esperando en el sótano con waffles. No importa cuánto tiempo pase, no importa si tardas mucho en despertar. Yo siempre te esperaré. Tómate tu tiempo, yo no quiero presionarte a nada. Cuando estés lista para despertar, te estaré esperando con un abrazo, besos....emmm, digo...pesos...muchos pesos para comprar waffles. — El chico besó su frente y se paró del asiento. — Mañana volveré a contarte lo que aprendimos en el colegio. Te extrañaré mucho, y espero con ansias el día de mañana.
Adiós, Jane.

Mike, caminó hacia la puerta, se estaba por ir, hasta que las luces parpadearon. Mike corrió hacia la camilla sin pensarlo dos veces. Sin dudas, era ella. Jane quería comunicarse.

— ¿Jane?, Jane, sigo aquí, estoy aquí.

— Mike...— Susurró Jane. Abrió sus ojos, y lo vió. Pudo ver a Mike. Pudo ver su sonrisa, pero no duró mucho tiempo. La niña volvió a cerrar los ojos, y no volvió a abrirlos.
— ¡AYUDA! — Gritaba Mike. — ¡SE HA DESPERTADO!.

Un doctor entró, pero Jane seguía dormida.

— Ha abierto los ojos. Me ha visto y ha dicho mi nombre. Lo juro — Decía Mike, mientras los doctores la observaban.
— Niño, estás delirando. Eso es imposible.
— Pero...
— Pero nada. Además, no puedes estar aquí. Tienes que irte.