Capítulo 1

81 4 0
                                    

Camisa arruinada

Siempre pensé que este tipo de cosas solo pasaba en películas. No pensé que algo así me fuera pasar. Pero adivinen qué..... pasó...

Mi nombre es Grace... Grace Miller. Y vivo desde mis 13 años en Ohio, Estados Unidos. Actualmente tengo 19. Tengo una hermana mayor, llamada Olivia de 28 años y un hermano de 14, llamado Tyler. Mi padre es de Nicaragua y mi madre es de Puerto Rico. Ellos tienen una historia increíble. Me tomaré la libertad de contarles su historia. Mamá y papá se conocieron en Nicaragua, en un viaje misionero para llevar alimentos y artículos de necesidad básica a familias que habían perdido muchas cosas después de un terremoto. Mi padre estaba ayudando al grupo de puertorriqueños que estaban allí. En una actividad de compartir, mi padre conoce a mi madre y se intercambiaron los números de teléfono. Ellos se mantuvieron hablando por teléfono y al pasar de los años, papá tomó la valentía de venir a Puerto Rico y quedarse por 1 mes. Allí comenzó su relación de noviazgo. Luego papá se regresó a su país, aunque seguían siendo novios y más tarde, se mudaron a Ohio, donde se casaron y nacimos mis hermanos y yo. Y si... fue algo muy lindo, pero son historias que con el pasar de los años fueron acabando porque la gente de hoy en día a cambiado mucho.

Siempre vi a mi madre como un ejemplo a seguir. Ella trabaja en un centro de envejecientes y siempre fue muy generosa con todos hasta el sol de hoy. Es muy dulce y pasiva. Olivia heredó ese lado. Así que es también mi ejemplo a seguir, aunque antes era un poco más peleona. Ella actualmente es la supervisora de una empresa de planes médicos. Mi padre siempre trabaja duro para conseguir lo que desea. Es muy bueno en las matemáticas al igual que Tyler. Y de repente estoy yo. Todo lo contrario a mi familia. No suelo ser muy dulce y pasiva. Al contrario, aveces soy agresiva pero no al extremo. Súmale a eso que la torpeza habitaba en mi desde el día en que nací. Siempre me tropezaba con todo y me caía o dejaba caer las cosa al suelo. Pero ya eso estaba en mí. Tampoco tengo una buena relación con las matemáticas y era muy insegura de mi misma. Estoy estudiando fotografía. Eso sí, soy una de las personas que le encanta salir y viajar. Comparada con el resto de mi familia, soy la escandalosa. Y si....

Era un día común para mí. Llegué a mi casa y me tiré en la cama a dormir pero no pasaron ni dos minutos dormida, cuando Loren se antoja de llamar.

_ ¿Qué? ¿Acaso no sabes la hora que es? -Pregunté con desánimo.
_ Mira Grace, me haces el favor y sal de la cama y vístete. Son las 5:20 de la tarde.
_ Tengo mucho sueño. Ayer me amanecí estudiando para un examen de hoy.
_ ¿Y? Anda. No seas gruñona que te recojo a las 7 en tu casa. Ya Andrea y Tiffany dijeron que van. -Dijo muy entusiasmada.
_ ¿Para dónde vamos? -Pregunté.
_ Hoy es viernes... Y ya sabes a dónde vamos los viernes.
_ Ah, cierto. Vas a ver a tu príncipe. O mejor dicho al idiota mujeriego por el que estás loca.
_ Grace... es lindo...
_ Estás loca. Él se tira a todas las nenas. Además es un orgulloso. ¿Cómo te pudiste fijar en alguien así?
_ Cariño, yo hago el papel de Cinderella. No el de Bella. -Dijo quejándose.
_ Allá tú. -Dije.
_ Te busco..
_ Ni se te ocurra. Dije que no voy.
_ Te veo en par de horas.
_ Te odio.
_ Te amo. -Contestó y rápido colgó la llamada. Pero quién rayos se cree. Íbamos a salir y no sabía ni qué rayos ponerme. Perfecto. Me levanté de mi cama sin ánimos de ir. Me paré frente al closet y miré detenidamente. No tenía nada para ponerme. Era una fiesta en un restaurante Brasileño llamado "Río de Janeiro". De estos restaurantes que son muy populares y fiesteros donde hay música en vivo y gente bailando con vestidos tradicionales de Brazil.

Era la segunda vez que iba a ir. La verdad no sabía qué rayos ponerme. Entonces decidí irme sencilla, ya que siempre fui una sorterona y mis amigas ya tienen experiencia con novios y chicos, so saben cómo llamar la atención. Cosa que no me interesa. Tomé un pantalón negro con una camisa crema, mis botas negras, mi abrigo de cuero negro y una bufanda de color vino. Es perfecto para la ocasión, ya que es invierno. Me duché y luego me puse la ropa. Dejé mi cabello suelto, ondulado y puse un maquillaje bastante sencillo. Ni siquiera me puse labial. Mientras ponía en la cartera negra todas mis cosas, escuché la bocina. Bajé las escaleras casi corriendo y justo cuando llegaba a la puerta la voz de mamá me detuvo.
_ ¿A dónde vas?
_ Voy con Grace y unas amigas al restaurante Brasileño. -Contesté sin darle importancia.
_ Sabes que llegas a las 11:30 como tarde. -Dijo.
_ Bien, mamá.
_Disfruta, cariño.

Llegué al auto y allí estaba Loren y las demás. Como era de esperar, tenía un maquillaje muy cargado y llamativo. Vestía casual elegante. Andrea y Tiffany también iban muy bonitas. Yo era la más sencilla. Y ese fue el tema mientras estábamos de camino al lugar.

_ Niña estás bella vestida y sencilla pero yo diría que te tomaste muy enserio la sencillez. -Me dijo Loren.
_ ¿Porqué eso? -Pregunté pasmada.
_ Debes ponerte un labial vino. Tengo uno en mi cartera. -Comentó.
_ No gracias.
_ ¡Pontelo, Pontelo, Pontelo! -Decían todas cantando a su vez.
_ Bien bien... lo haré. -Me puse el labial y todas aplaudían como sendas tontas. Llegamos al lugar y estaba lleno. Nosotras seguíamos a Loren, quien buscaba a su "amigovio" y a los amigos. Entonces vimos la mesa donde se encontraban y nos sentamos. Eran realmente lindos pero demasiado mujeriegos, lo cual me hacía sentir incómoda. Me volví un ocho cuando Loren me pidió que conociera a Blake, uno de los amigos de Jason (amigovio de ella). Era tan pero tan imprudente, que notaba que lo que tenía de lindo, lo perdió con lo bruto y orgulloso. En un momento, todas se fueron a bailar pero yo no quise por miedo a que Blake hiciera el ridículo. Permanecí sentada con él y creo que fue peor.
_ Y cuéntame de ti... ¿Eres virgen?
_ ¿Qué demonios? ¿Enserio? ¿Ese es el tema que sacas ahora? Todos son iguales. ¿No puedes pensar en otra cosa? -Dije con molestia.
_ Lo siento. No quise...
_ Sabes... dame un segundo. -Dije y me puse de pie. Pasé por el medio de toda la gente que bailaba. Y un chico que también pasaba, derramó su jugo de naranja sobre mi camiseta crema. Me enojé por un momento.  Subí mi mirada y él se disculpó pero yo seguí mi camino.  Solo quería largarme de ahí.  Fui al baño y cuando entré escuché como unos besos que venían de un  cubículo y una voz que me parecía muy conocida mencionando el nombre de Jason.  Todo eso me hizo pensar en la persona a quien todo apuntaba, Loren.  Me enojé aún más.  ¿Acaso estaba loca? Ya besándose y en un baño... ni lo quiero imaginar.  Me dieron ganas de espantarlo pero sabía como era Loren, se iba a enojar conmigo aunque ella estuviera mal.  Salí del baño espantada y tenía mi camisa aún muy manchada. Tenía que hacer algo.  Por el otro lado, Blake me esperaba en la mesa y esto apenas iniciaba.

ORANGEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora