Capítulo 12

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Tenemos que hablar

Comencé a gritar. Él quedó inconsciente. Podía ver que le salía de su boca. Respiraba muy aceleradamente.
_ ¡Aiden! ¡No te vayas! Por favor quédate. ¡Respira! ¡Alguien ayuda! -Caí en desespero. Comencé a llorar cuando vi que él no respondía. Al poco rato llegaron policías y cuando vi que lo montaban en la camilla de ambulancia, me mareé. Comencé a temblar y mi corazón palpitaba demasiado rápido. Sentía que iba a morir. Mi vista comenzó a nublarse y caí al suelo.

POV. Joshua

Recibí una llamada de Tyler a eso de las 8:24 pm.
_ Mi hermana tuvo un accidente. -Dijo preocupado.
_ ¿Qué? Gr... Grace.... ¡¿Dónde está!?
No pude hablar cuando me fui de prisa.
Llegué al hospital y vi los padres de Aiden llorando en una esquina. Fui a ellos.
_ ¿Qué sucede? -Pregunté muy preocupado.
_ Aiden.... Está grave.... Dijeron que el cinturón afectó a sus pulmones por la presión del impacto. Por eso tiene una maquina conectada que le da oxígeno. -Dijo la señora Lee sumergida en llanto.  Era la primera vez que la veía llorando por Aiden.  Realmente estaba preocupada.  Corrí a la mesa de registro de visitas y no me permitieron pasar a verlo.  Pregunté por Grace y me dejaron pasar.  Fui a su cuarto y allí estaba la señora Miller y Tyler. 

POV. Grace

Abrí mis ojos y me encontraba en el hospital. Mamá estaba a mi lado muy asustada.
_ ¿Y Aiden? -Pregunté preocupado queriendo ponerle de pie.
_ ¿Ese es el chico que estaba contigo? -Preguntó acariciando mi cabello.
_ Sí. ¿Cómo está?
_ Él está en su habitación.  - En ese momento la puerta se abrió.  Era Joshua. 
_ ¡Joshua!  -Grité y extendí mis brazos para que me abrazara.  Él corrió hacia mí y se agachó para abrazarme.  Automáticamente comencé a llorar.  Luego saludó a mamá y a Tyler. 
_ ¿Qué pasó?  -Preguntó sentándose a mi lado.  Tomó mi mano. 
_ Y Aiden... ¿Cómo está?  -Pregunté con lágrimas en mis ojos. 
_ Está bien.  Estará bien.  -Contestó.
_ ¿No lo has visto?
_ No.
_ Yo lo tengo que ver.  -Dije tratando de pararme pero el me forcejeó para que permaneciera allí.
_ Escúchame.  No puedes pararte de ahí.  Yo voy a ver cómo está.  -Dijo con cara de preocupación.
_ ¿Porqué no has ido?
_ No me dejaron pasar.
_ Está grave.  Si no te dejaron pasar es que está grave.  -Dije llorando aún más.
_ Él estará bien.  Lo prometo.  Ya verás que é debe ser... fuerte.  -Dijo con dificultad. 
_ No...

Al otro día me dieron de alta.  Yo solo tenía una pequeña lesión en la rodilla derecha.  Inmediatamente fui a ver a Aiden antes de salir del hospital.  Era temprano.  Me dejaron pasar.  Estaba dormido pero según el doctor, ya había mejorado bastante.  Me senté a su lado y tomé su mano. 
_ Más te vale que te mejores idiota...  Sé fuerte.  No sé que me haría sin ti.  -Dije y besé su mejilla.  Luego me levanté y me fui a casa.  Allí me llevé tremendo regaño.  Me senté en el comedor con mamá y papá.

_ ¿Porqué mentiste?  ¿Cuánto tiempo llevas mintiéndonos?
_ Mamá, papá... la verdad lo siento.  Mentí porque ya estoy cansada de que no me dejen salir a los sitios con mis amigos. Ni siquiera les presenté a Aiden porque aunque trate de confiar en ustedes siento que me sobreprotejen. 
_ Eres menor de edad. 
_ No mamá.  Te equivocas.  No quiero faltarles el respeto pero ya me cansa.  Quiero ser yo, salir con mis amigos y estar tranquila.  Saben que no soy una irresponsable. 
_ Crees que te dejaré salir con tus amiguitas?  Yo las monitoreo y las fotos que suben a las redes no son muy sanas.    -Dijo mamá molesta.
_ Yo no soy ellas.  Además gracias a Aiden descubrí que ellas no son buenas amigas.  Son unas hipócritas. 
_ Como quiera que sea... el accidente no fue con ellas.  Fue con un chico que nos siquiera nos presentaste.  -Agregó mamá.
_ Para empezar, nunca me abrían dejado salir sola con una amigo. 
_ Jamás.  ¿Te crees que te mandas?  -Dijo papá.
_ Tienen que entender que no soy una niña.  Sé que se preocupan por mí, pero no tienen que llegar a ese punto.  Ya me dieron valores desde muy pequeña.  Sé lo que está bien y lo que está mal.  Lo lamento.  Yo misma odio tener que mentirles.  Me sentía que los estaba traicionando... pero si no fuera por eso, ni siquiera abría conocido a Aiden.  Él es  mi amigo.  Hasta él se enojaba conmigo cuando yo les mentía a ustedes.  Porque ¿creen que yo le decía que ustedes no me dejaron?  No.  Y la verdad lo siento mucho.  -Dije con lágrimas en mis ojos.
_ Lamentamos ser tan duros contigo, Grace.  Seremos más compresivos desde ahora.  Pero por favor, nunca vuelvas a mentir.  Mira lo que sucedió.  Si algo peor llega a ocurrir.... -Decía mamá y comenzó a llorar. 
_ Perdón -Dije.
_ Tranquila. Estás bien.  Estás viva.  Ahora vete a descansar.  Necesitas dormir.  -Dijo papá. 

Aprendí la lección.  No es bueno mentir.  Tarde o temprano todo sale a la luz.  Y es que hasta uno se siente mal cuando miente.  Por más tonta que sea la mentira, una te lleva a otra y a otra y te acostumbras a mentir inconscientemente.  Entonces... prometí no volver a mentir. 

Al otro día fui temprano a ver a Aiden al hospital.  Compré un jugo de naranja para no perder la costumbre.  Entré a la habitación y estaba viendo televisión cuando abrí la puerta. 
_ Tontín... apaga esa porquería de programa.  -Dije.  Él me miró y su cara valía un millón.
_ ¡Grace!  -Yo sonreí y me senté a su lado.
_ ¿Cómo estás? -Pregunté.
_ Mejor.  -Contestó.
_ Idiota.  Casi me matas del susto.  -Dije.  Él comenzó a reír. 
_ ¿Y eso? -Preguntó señalando el jugo de naranja. 
_ Es para ti.  Jugo de naranja ya que te cambiaste el color de cabello.  -Dije.
_ Gracias.  -Dijo riendo.  En ese momento la puerta se abrió.  Era Joshua. 
_ Hola. ¿Todo bien por aquí?  -Preguntó.
_ Sí.  Dijo Aiden. 
_ Bueno chicos.  Me tengo que ir.  Debo ir un momento a la universidad.  -Dije levantándome. 
_ Pero si acabo de llegar. -Se quejó Joshua. 
_ Sí.  Y yo me tengo que ir o llegaré tarde.  Llámenme los dos más tarde.  -Dije y besé la mejilla de ambos.  Fue gracioso porque luego de hacer eso los dos se miraron como si hubieran visto un fantasma y pusieron sus manos en la mejilla que les besé.  Sonreí y salí.  Caminado por los pasillos me encontré de frente con Tiffany. 
_ ¿Qué rayos haces aquí? -Preguntó.
_ Lo mismo qué haces tú.  Visitando a alguien.  -Contesté. 
_ Grace... tenemos que hablar... -Dijo ella seriamente.

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