Terrible Things ·Ashton Irwin·

3. ¿Puedo decirte algo maravilloso?

Durante el trayecto a casa de Ashton no me sacaba las palabras que Irene me había dicho mientras me ayudaba a hacer mi maleta, “no te lo pienses mas, ese chico quiere algo contigo” y yo sabía que tenía razón porque había estado a punto de besarme antes de la catástrofe, o al menos esa era la sensación que me había transmitido, esa era la parte que me daba más miedo de todas, que yo estuviera completamente equivocada e hiciera el mayor ridículo de la historia, pero por una vez haría caso a Irene, tenía que empezar a pensar menos y actuar más.

-No te había dado las gracias por dejarme quedarme contigo y tu familia.- el nerviosismo era evidente en mi voz.- Así que… gracias.

-No tienes por qué darlas, es todo un placer.- contestó con su espectacular sonrisa mientras sacaba mi maleta de los asientos traseros.

Lo seguí en silencio por el camino de entrada, planteándome mil formas de preguntarle si yo le gustaba en algún otro sentido.

-Ashton.- le agarré del brazo para que dejara de caminar.- Hay algo que tengo que preguntarte.

-¿Si?

-Yo… me pre-preguntaba si…- cogí aire para que la voz dejara de temblarme, notaba los latidos de mi corazón por todas partes. Le miré a los ojos, esperando que ocurriera algún milagro que me sacara de aquella situación, pero no ocurrió nada.

-Alice, ¿estás bien?- preguntó después de que llevara un par de minutos tartamudeando.

-No, no estoy bien, tengo que preguntarte algo y no puedo, me da mucha vergüenza.- notaba las mejillas arder. Ya no tenía nada que perder.- ¿Ibas a besarme antes de que pasara todo?

-¿Eso es lo que te daba tanta vergüenza preguntarme?- preguntó riendo inocentemente.

-Pues sí, no quiero que las cosas se pongan incomodas entre nosotros.

Soltó la maleta sin más y colocó su mano en mi mejilla, acercaba su rostro lentamente al mío, haciendo que mi respiración se entrecortara. Nos fundimos en un beso cálido y lento en el que él llevaba las riendas, yo tenía una gran confusión de sentimientos que me impedía reaccionar, pero cuando separo sus labios de los míos no podía quitar la sonrisa de mis labios.

-Te has puesto incluso más roja que antes.- susurró riendo.

-Cállate.- contesté colocando las palmas de mis manos sobre mis mejillas.

-¿Esto sirve como contestación a tu pregunta?

-A esa pregunta concreta creo que si.- ese beso me había dejado en las nubes.

-¿Puedo preguntar algo yo?-asentí, esperando que preguntara lo que yo quería que me preguntara.- ¿Quieres salir conmigo?

Suspiré profundamente, expulsando el aire que llevaba acumulando durante años, esperando que algún chico que me gustara hiciera esa pregunta y al fin había ocurrido.

-Podría intentarlo… no puedo prometer que lo vaya a hacer bien, porque nunca he tenido “novio”, pero si me gustaría intentarlo.

Fue lo último que pude decir antes de que Ashton uniera sus labios con los míos. Nos fundimos en un beso cálido y lento en el que deje que llevara las riendas, yo apenas podía respirar, tantos sentimientos mezclados me quitaban el aliento.

Al separarnos no pude evitar sonreír.

-Te has puesto roja.- dijo con una sonrisa en sus labios también.

-Cállate.- conteste apartado la mirada y continuando hacia la casa.

Me daba bastante vergüenza el hecho de tener que convivir con su familia tan de repente, ¿y si no les gustaba? Ahora mismo la presión era más alta que hacía cinco minutos.

-¡Mamá ya hemos llegado!

-¡Alice!- Harry apareció de la nada, como si llevara esperando a escondidas la llamada durante horas.- ¿de verdad te quedas con nosotros? ¿Cuánto tiempo?- parecía que le gustaba la idea.

-Hola chicos- automáticamente comprendí de donde había sacado Ashton su sonrisa, de su madre.- ¿Estás bien?- antes de poder contestar ya me estaba abrazando.

-Sí, gracias y gracias por dejar que me quede aquí.- contesté cuando me soltó.

-No hay problema, ya hemos preparado la habitación de Lauren para que puedas dormir allí.

Ashton miró a su madre asombrado, no entendí muy bien que era lo que le sorprendía, pero su madre si lo sabía.

-¿No pensarías que os iba a dejar dormir juntos?

-Si Ashton, ¿en que estabas pensando?-dije burlándome cariñosamente de él.

En el fondo a mí también me daba un poco de pena no poder dormir con él, se había convertido en mi protector, lo sentía así y quería estar todo el tiempo que pudiera con él, así sentía que no me podía pasar nada.

Ya era bastante tarde, nos habíamos pasado toda la tarde en el hospital y estábamos exhaustos.

-Si necesitas algo siéntete libre de cogerlo o de molestarme en mitad de la noche. Si tienes una pesadilla mi cama es lo suficientemente grande para dos.- dijo guiñando un ojo.

-Seguro que la de tu hermana también es lo suficientemente grande para dos.- le estaba tomando gusto a esto de tomarle un poco el pelo.- pero seguro que tú abrazas mejor.- añadí para compensar.

En lugar de contestar unió sus labios con los míos, pillándome de improvisto, esto de tener “novio” era tan… nuevo.

Comenzaba una nueva aventura en mi vida, algo que estaba dándome esperanzas de que todo no es siempre malo y esa sensación no la cambiaría por nada en el mundo.